martes, junio 30, 2015

Apurando la fiesta.


Dicen que las fiestas de San Juan y San Pedro han bajado de nivel, por motivos obvios (menos presupuesto) y también por falta de originalidad y calidad en la programación. En verdad que hay cambios absurdos. ¿Dónde han escondido este año las carpas de las asociaciones de vecinos e inmigrantes? Fui incapaz de encontrarlas ayer, siquiera fuese para tomar un té moruno. La feria seguía en el mismo sitio, eso sí. Solo gasté un par de ñapas en la clásica tómbola de sobres. No cayó nada. En fin, ya bastante suerte he tenido este mes para otras cosas. En todo caso, no hace falta tirar de talonario para conseguir actividades atractivas. Anoche asistimos a un programa doble de grupos de la tierra, y fue un show vibrante, con poco que envidiar a infraestructuras más grandes. 


Conseguimos un palco privilegiado en la terraza del Rigoletto, uno de nuestros cuarteles generales, desde donde escuchamos a Sunset Boulevard e Inexistentes, entre el rock y el hard rock. Bueno, en el caso del último grupo, con una heterodoxia en ocasiones desconcertante. Para la apoteosis final, con ambos grupos entonando el Maneras de vivir, ya pasamos al patio, porque siempre es más divertido y, en aquel entorno, no tan agobiante como en otros conciertos. Digno cierre de unas fiestas en las que solo he participado tres días. 


Lo que más tirón tiene, desde luego, siempre es la verbena, aunque a mí me resulte más divertido mirar a los asistentes, intentando bailar todos esos temas que se pretenden atemporales. Sí, incluso de grupos one-hit-only que ya se hundieron en el sumidero de la historia musical. ¿Próxima parada? La Semana Negra de Gijón, supongo, aunque no lo puedo asegurar. Julio tiene muchas piezas por encajar todavía, si esta aplatanante temperatura lo permite. 

viernes, junio 26, 2015

Y, mientras tanto...


Día agridulce. Múltiples atentados con víctimas mortales, pero no debe olvidarse que el Supremo de EEUU ha validado las bodas entre personas del mismo sexo para toda la nación. Por otra parte, en múltiples ciudades e incluso pueblos de España ha lucido hoy la bandera arco iris en los ayuntamientos. Ciudades tenidas por conservadoras como esta, Oviedo, o Valladolid, lo han hecho. Pueblines más pequeños que León lo han hecho. Y, mientras tanto, en mi ciudad... Bueno. He tenido que mudarme, y asistir a un insólito pacto de gobierno en el último minuto para poder vivir en una ciudad con ese gesto inclusivo. Porque es eso, un mero gesto, pero con un significado muy amplio. Yo ya me he largado, y no voy a volver salvo causas de fuerza mayor. La próxima vez que no quieran tener ese gesto, que se pregunten por qué la gente, al menos determinada gente, se larga. ¡Y lo que te rondaré, morena!
No me gustan las exposiciones orales. Y esa, sin embargo, fue la razón de matricularme en el curso que terminé hoy. En muchas ocasiones tenemos que asumir el reto y enfrentarnos a lo que no nos gusta, si eso nos va a beneficiar a la larga. No tengo la menor duda de que este pequeño curso, que hice por esas cosas de Bolonia, me beneficiará a la larga. Y lo mismo digo de las críticas que mis compis hicieron a mi exposición esta tarde, acerca de la defensa del idioma español. Alguna no la comparto porque considero que se basa en criterios personales en los que no tengo por qué coincidir, pero ha sido un ejercicio constructivo. Eso sí, yo no estoy a favor de que haya habido notas numéricas. La mía (notable alto), algo menor que la del resto de mi grupo, me trae sin cuidado pues ya he dicho aquí que tenía catarro y no me encontraba en condiciones de asumir algo para lo que no fuimos avisados. Si no es una prueba oficial, ¿para qué dar notas? Los más listos fueron los del otro grupo, que se autoconcedieron a todos la máxima puntuación. Debería haber ido allí, además estaba el tío con el que más he hablado en estos días. 
De comunicación escrita, ya solo con este blog, creo que ya he practicado lo suficiente. Los frutos de este curso espero que comiencen en la defensa de la tesina. Seguiré los pasos de mi hermano Paco, ¡las suyas sí que son conferencias y lo demás tonterías! Tras unas tapas para refresh my mind, lo dejo aquí y el domingo volveré a León, porque sigue siendo una gran ciudad, a pesar de que no se haya sumado al cambio. ¿Habrá tiempo aún para ello? 

miércoles, junio 24, 2015

Buenos deseos.



Sí, aquí en Oviedo también se celebra la noche de San Juan. Coincidiendo con el cambio en el Ayuntamiento, se llevó la hoguera a la plaza de la catedral, con el cabreo de los religiosos ante el posible daño que podría producirse en esta. No parece que tanto, pues estaba bastante lejos. Además, no hay de qué quejarse, esto les haría recordar los gloriosos tiempos evocados en el ensayo que estoy leyendo ahora: Calibán y la bruja, de Silvia Federicci. Anoche ya solo faltó que arrojaran a un par de bruxas constrictor a las llamas. En cambio, la gente arrojaba papeles. Buenos deseos. O apuntes de la carrera, tal vez. Mal hecho, nunca se sabe cuándo se van a volver a necesitar. 


Yo los buenos deseos ya me los propuse antes de llegar a San Juan y, gracias a la persistencia que me ha permitido alcanzar cierto grado de sociabilidad aquí, es por ello que anoche me acerqué hasta el centro y no me quedé en casa. Es la primera vez en varios años que no lo celebro en León. Motivos académicos, y ninguna intención de hacer tres viajes en la misma semana. Hoy es día laboral en Oviedo, claro, y la fiesta no fue tan lucida. Hubo un prólogo de fuegos artificiales, reducido pero resultón, también para mis fotos. 

En otras partes del país hubo intoxicaciones y quemaduras debido a las hogueras, cabe deducir que más pequeñas que la de anoche. Ya puestos a quemar lo viejo, también podrían haberse planteado quemar su estupidez, así hubieran acabado la jornada con más salud. Mezclar alcohol y fuego debe constituir un atentado frontal en contra del instinto de supervivencia. Como Abrasadores que somos, y así se ha bautizado este blog, a mí el espectáculo de las llamas me fascina, pero a cierta distancia, tal y como nos colocamos ayer. 


Cierto colocón, también, con el aroma de la hoguera, que era totalmente vegetal, sin monigotes ni ningún añadido artificial. Todo ello le daba el tono a la fiesta pagana que era en su origen. Tras la medianoche, desde luego, no esperamos siquiera a que se apagaran los rescoldos ni a apurar la noche más corta del año. Yo hoy no me sentía capaz de salir de la cama. A diferencia de aquellos a quienes el amanecer les pilla sobados en la playa, a eso de las 6 am, mi razón era más sencilla: catarro. El contraste entre los 30-33 grados de León el pasado fin de semana y el nubladejo clima de esta semana aquí. La pereza tiene un límite y, del mismo modo que estoy ahora escribiendo esto, luego espero concluir el borrador de la segunda novela que termino en este año. Para un concurso literario de la universidad. Esa es la excusa, al menos, muy dudoso que la premien pero lo importante es haberla llevado hasta su última página. Ese es un gran deseo, ya lo creo, y cumplido queda. 


domingo, junio 21, 2015

San Luis helenístico.

Comienza el verano en hora y media, dicen. Pues se la podían ahorrar. Para mí ya comenzó este fin de semana, de noche con manga corta y de día, como diez minutos de esta mañana, achicharrado y con un aplatane que me llega hasta ahora mismo, pese a estar escribiendo aquí. Suerte que todavía tengo plazo hasta que salga el tren. Esos diez minutos fueron necesarios para obtener el volumen de Filosofía Helenística: Estoicos, epicúreos, cínicos y escépticos, adjunto al periódico de hoy. No se me ocurre lectura mejor para contrarrestar los exceso festivos de esta época, con sus Charanga Wars
Y lo digo de modo literal. Ayer, en el aseo de caballeros, sentí un asalto a golpes, no hacia mi persona pero sí hacia alguna puerta o pared que estaban sufriendo los embates de alguno de esos peñistas, demasiado perjudicados con su trompeta o saxofón en ristre. Más tarde, como si se trataran de casas en liza de Westeros (me niego a escribir Poniente), otros dos individuos de colores diferentes se liaron a collejas y patadas, suerte que tenían acompañantes más serenos. Dan mucha animación a las fiestas, sí, pero a ser posible sin llegar a las manos, que así disfrutamos todos más. Yo el San Juan no lo paso aquí. San Pedro, imagino que sea posible. Me temo que esta festividad no podrá dar tanto de sí como el año pasado. El listón permanece alto, no todos días es posible aprobar un señor Advanced y conseguir una buena fiesta en la misma jornada.
En todo caso, bienvenido sea este verano, que, contra todo pronóstico, albergará un par de clases la semana que viene. No me podré quejar. Y, si lo hiciera, recordaré cómo dejé pasar los cursos de febrero y marzo como quien ve pasar el arroyo. Como en otros años, no obstante, visitaré Madrid el mes que viene, por si acaso no estuviera sudando bastante por las tierras del norte. ¡Un poco de estoicismo no vendrá mal, y ya estoy en ello! 

martes, junio 16, 2015

Traición.

La traición es un motivo común en este mes, por razones varias. La traición aparece en las obras que analizo para la tesina, traición de la madre adoptiva de Jeanette Winterson, no solo hacia su hija sino hacia toda la comunidad de mujeres a la que pertenece, frente al poder patriarcal y eclesial. Traición como elemento cotidiano tanto en Juego de Tronos como en la saga en que se basa. Lo comprobé de nuevo viendo el fin de la temporada en directo, que nos deja in albis para el año que viene. Traición, también, en el mundo real, con un par de episodios traicioneros que he tenido que vivir yo mismo. 
¿Significa ello que la primera quincena del mes ha ido mal? Qué va, todo lo contrario. He tenido que esperar a los estertores finales del curso para encontrar algunos factores que aportan estabilidad a mi estancia aquí. Eso no quiere decir que, desde que llegué en noviembre, esto haya sido una travesía en el desierto. Para nada. Desde el comienzo conocí gente, visité la ciudad, pero ahora veo cómo surgen algunas amistades que prometen más. Y, al mismo tiempo, posibles amistades del pasado se autodestruyen por voluntad propia. Qué decir de esa persona que, con palabras literales, me expresó cuánto valoraría que pudiéramos ser amigos y compartir el tiempo aquí, para terminar despachándome con un mensaje tóxico y fruto de la toxicidad (o eso, o ha perdido la chaveta. Todo es posible). Eso me recordó a cómo en la primera jornada del mes también me enfrenté a otra situación poco sincera, pero que no me sorprendió. Fue provocada por alguien que hace ya tiempo que perdió toda noción de habilidades sociales. Y persiste en ello. 
Me he acordado de una sentencia que dijo mi compañera de máster María, a la que confío en ver este verano: Las gallinas que entran por las que salen. Animalización aparte, tengo la suerte de que, cuando algunas personas se descartan a través de un comportamiento absolutamente impropio, otras surgen para acompañarme en mi periplo ovetense. Otro de punto de anclaje es haber ejercido, por primera vez en esta ciudad, mi trabajo como profesor. Estoy muy contento con mi alumna, también compañera de facultad. Si ayer se la deseé en persona, le deseo ahora toda la suerte para su examen de Inglés. Yo ya tuve que sufrir de eso hace un año. Ahora me toca hacer planes. No en este blog, sino para la comisión de seguimiento académico. Con ese afán reiterativo que muchas veces tienen en la universidad, repetiré muchas de las actividades que ya puse en el plan de investigación, aunque con un nuevo enfoque. No creo que me pongan quejas. Considero que el aprovechamiento de este curso ha sido fructífero para mí. Y el del curso que viene creo que será mejor, en muchos sentidos. Ya lo comprobaremos, pero este mes he plantado varias semillas prometedoras. 

domingo, junio 14, 2015

Corregir y ser corregido.

Hace unos días me referí a ese artículo de prensa del año pasado, cuyo titular resaltaba la preparación que estaba llevando a cabo para el examen de Advanced. Tal y como indicaba, no he abandonado la práctica de ese idioma, pero jamás imaginé que, la primera vez que me solicitaran como profesor particular en Oviedo, sería para algo relacionado con el Inglés. En realidad, la primera vez fue para clases de gramática española, pero no tuve más noticias de ello. 
Esta semana, el mismo día en que recibí las primeras correcciones por mi tesina, también conocí a mi primera alumna particular. Sorpresivamente, pese a que ella está cursando Filología Inglesa (o su equivalente en grado), me requirió para que le revisara unos ejercicios de Reading y Writing, de los cuales solo me falta uno con el que me pondré cuando acabe con el blog. No soy ningún experto en la materia, ya lo creo; en todo caso, de leer y escribir sí que algo se, he realizado buen número de correcciones y espero poder ayudarla mañana, cuando nos veamos de vuelta allí, de cara a su examen del miércoles. 
Así pues, ha sido una semana de corregir y ser corregido. En la tesina, nada nuevo bajo el sol. Si ya en el TFM me avisaban de mi escaso gusto por el estilo académico y de mis veleidades literarias, que no pueden descansar siquiera bajo esos engorrosos parámetros, pues ahora lo mismo y dos tazas más. Sin problema. Mientras sean aspectos de estilo... Lo malo sería que lo que escribiese fuera basura y hubiera que empezar desde la base. Para septiembre habré pulido mucho, y me servirá como un muy apropiado entrenamiento para la tesis. Incluso en el curso de Comunicación Oral, en reducidos grupos de cinco, nos corregimos unos a otros respecto al lenguaje no verbal de nuestras exposiciones. Nada que me agrade, pero no me puedo quejar, nadie me obligó a matricularme en algo así. Por otra parte, mis compis se mostraron muy corteses. Sin críticas constructivas, como las que yo mismo haré en mi retomado empleo como profe, es imposible avanzar en un doctorado. Y en los dos o tres próximos meses creo que me esperan al menos un par de tribunales, así que habrá que aplicarse el cuento... 

martes, junio 09, 2015

La hemeroteca contraataca.

Gracias a este blog, siempre buen recordatorio de tiempos pasados, y a funciones análogas que aparecen en las redes sociales, he podido rememorar aquel mes de junio de 2014, proclive al narcisismo en versión impresa, y digital, gracias a un par de reportajes que me hicieron respecto al premio fin de carrera. El primero de ellos no fue exclusivo, pero, aparte de utilizar mis palabras para el editorial del periódico, sí aparecía en un recuadro con este titular: Estoy con el inglés y haré el doctorado en el extranjero. Bueno, al menos la primera parte era verdad. La segunda, solo parcialmente. 
Estaba con el inglés en junio del año pasado. Lo saqué, y sigo con él. Leo en esta lengua, escucho películas y series y, lo que es más importante, escribo whats ups (algo es algo) y hablo con algunas amistades que he hecho durante este curso en Oviedo. No intercambios de cinco minutos tipo academia, sino verdaderas charlas de tapeo y sidrería. El idioma para la vida diaria y para relacionarse, que es lo que cuenta. 
Cabría preguntarse, dado que se trata de personas que han venido a España a estudiar o trabajar, por qué me molesto en hablar en inglés cuando son ellas las que deberían hablar en español. No es algo que me importe, antes bien me beneficia. En el Advanced, la parte oral me quedó al incómodo nivel de borderline, así que, cuanto más hable, mejor. No me preocupan los errores sobre la marcha, sobre todo pretendo poder comunicarme correctamente, que es lo que necesitaré si vuelvo al extranjero, no esas preguntas pomposas que nos hacían en el examen. 
Y haré el doctorado en el extranjero. Sí, eso pensaba. Podría haberme pasado meses y meses buscando doctorados fuera, y no encontrar nada. En la vida hay que tomar decisiones, por fortuna no siempre tan drásticas como la del último capítulo de Juego de Tronos, así que la tomé. ¿Qué hay de verdad en las palabras que dije? Bueno, pues que el doctorado no solo invita a irse tres meses fuera, para obtener la mención internacional, sino que, además, están los congresos y el hecho de que hay muy pocas actividades presenciales en esta ciudad. La compañera con quien comparto directora es china y os aseguro que no vive aquí. No se cómo se las apañará para realizar actividades de formación, como el curso que comencé ayer, pero es la viva muestra de que este doctorado lo puedes hacer en el extranjero, aunque sea de la Universidad de Oviedo. Mientras funcione el wifi...
Así pues, al margen de los tres meses de la estancia, yo desde luego que no descarto pasar más tiempo fuera, currando o simplemente preparándome para el futuro. La hemeroteca ataca, aunque en este caso la incongruencia no ha sido tan grande como parecía en principio. 

viernes, junio 05, 2015

Las ñapas.

Tal y como señalé en la anterior entrada, no voy a pagar dinero si no estoy seguro de que la tesina va a estar a punto para la defensa. Aquí no hay segunda oportunidad. Primero pagas y luego, si no te presentas o si te la tiran abajo, hay que volver a pasar por caja para una próxima convocatoria. Cuando comencé este proyecto, sugerido primero por mi tutora y luego por mi directora, contaba con que habría que afrontar un carta de pago, pero no me preocupé demasiado por el factor ñapas. 
Este término me vino a la cabeza cuando me informaron del montante final de la tesina. Lo utilizó una vez un compañero de la carrera, al decirnos que un diccionario etimológico le había costado treinta ñapas, y eso que lo encontró en una librería de lance. Dado que él abandonó la titulación aquel curso, me pregunto si le habrá servido de algo, aparte de para favorecer su cultura general. En todo caso, el otro día tuve un momento glups al saber que la tasa estaba en unas 170 ñapas. Yo comprendo que hay que juntar a tres miembros del tribunal, que deben de haberse leído la tesina completa (o no), pero me sigue pareciendo un poco excesivo porque es más o menos la misma cantidad que la matrícula del doctorado. 
Eso no me echa para atrás a la hora de defender el proyecto, pero lo que no voy a hacer es pagar aprisa y corriendo para luego entregar una chapuza. El último día es el 23, y ahora mismo no tengo ni tribunal, ni fecha de defensa. Por no hablar de la impresión, encuadernación (más ñapas), etc. Vaya, que esto tiene que quedar bien para que merezca la pena. En contra de lo que se pudiera suponer, dejarla para septiembre no significa que me tome vacaciones ahora y la retome cuando estemos a 35 grados o similar. Esta misma semana estoy con el bloque práctico, el más importante. En junio haré el borrador, el resto del verano para las correcciones de todo el conjunto. El TFM lo finiquité en julio, sí, pero esa era otra historia. Estaba deseando acabar con el máster para afrontar mi inescrutable futuro. Siendo la tesina parte integrante, en algún modo, de la tesis (por eso la hago), dos meses no significan absolutamente nada. Ahora solo queda que mi directora, que ya se puso en contacto conmigo, esté de acuerdo. Y creo que sí, no en vano ella tendrá que dar el visto bueno y siempre será mejor darlo a un trabajo pulido y, si se puede decir, mimado. Que las 170 ñapas no vayan a saco roto.