Este viaje a Madrid ha sido muy productivo, aunque no estoy muy seguro de que vaya a poder contarlo aquí. A diferencia de en febrero, ahora hacía menos frío, pero lo hacía, puede que por eso haya cogido un virus que me ha convertido en un zombi lento, no zombi rápido, aunque espero que los efectos no pasen más allá de un constipadillo que me llevó a no ir a clase ayer por la tarde, para ir hoy y que no hubiera. ¡Pelillos a la mar! Al menos me podría haber unido al campeonato de Trivial de la facultad, para demostrar veteranía...
Gracias al menor frío (y a la falta de estudio), pude escribir un poco en el piso. Los cónclaves con escritores y gente creativa estimularon el continuar una novela que estoy escribiendo en borrador, por ahora. Esta no creo que la vaya colgando por aquí, podría colgarla en otros formatos, eso ya lo vería. Estuve escribiendo ayer en la cafetería, y ahora me gustaría seguir también pero, ejem, maldito virus... Pero, en fin, ¿qué serían de estos restos de carrera sin algún virus? Este me librará de ir a la espicha de mañana de mi facultad aunque, de todos modos, tampoco tenía plan para ir. Triste, pero verídico. Sea como fuere, me quedo con la espicha de Segundo, que fue lo bastante surrealista como para llenar cinco años.
miércoles, abril 18, 2012
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