Ha sido una semana con suerte, sí. Bueno, no todo en esta vida se puede justificar a través de la buena o mala suerte, también influyen otros factores, como, en el caso del doctorado, el esfuerzo y la progresión continua. Hay un camino desde julio del año pasado, con sus dos artículos rechazados en la misma semana, hasta el día de hoy, en el que, al fin, he recibido uno con los dos informes positivos. Aceptación condicionada, sí, pero así pasó también con mi primera reseña, ha habido una importante evolución desde el curso pasado y, ya en sí, resulta un hecho positivo. Tendré que incorporar las recomendaciones, no imposiciones, las cuatro cosas que vienen en los informes y esperar que sirva, pero lo más difícil ya se ha conseguido. Además, de modo inesperado, un domingo a las ocho y media de la mañana; ni siquiera debería haber estado despierto pero, como me he acostumbrado a los buenos hábitos, por así decirlo, me llegó el mensaje en directo y confieso que se me humedecían los ojos, pensando en todo lo que ha pasado hasta llegar a este punto. Así que ahora no voy a defraudar. Ni con este artículo ni con la tesis. No será la mejor tesis, ni yo el mejor investigador, y puede que ni siquiera esto me proporcione una carrera en ese mundo académico en el que, ya se sabe, si no publicas, pereces...
En todo caso, el doctorado sí lo tengo que sacar, y, aunque siempre hubiera dudas, los últimos obstáculos se están disipando y el camino está ahí, a mi alcance, si quiero darlo todo y superar la última prueba.
domingo, marzo 24, 2019
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