En el inicio de esta semana, más que puente un acueducto con alguna clase aislada a modo de islote, debería haberme trasladado a aquella cueva de Alí Babá llamada Campus de Ponferrada, a recuperar de una vez por todas mi título tan merecido como poco valorado.
No obstante, ha habido una emergencia. Mi portátil, ya casi una alargación natural de mi brazo, entró en la UCI el sábado pasado, exhausto tras una intensa vida de servicio. El coma se instalaba dentro de la tendencia de este mes: teclados desconfigurados, conexiones subterráneas que a veces afloran, etc. Veo la luz al final del túnel, hoy ha llegado el router con el que cual creo que entraremos plenamente el siglo XXI. Celebremos ahora que el viejo HP (vaya dos letras que escogieron para llamarle) esté recuperando su energía de cara a servir una vez más en el propósito de trasladar la escaleta de ÍTAKA a un soporte duradero. Larga vida tenga.
2 comentarios:
ya sabes que los de la guardia civil me saludan en barajas y me poreguntan, que cuantos lleva hoy?
Cuando quieras vamos a por el siguiente
paco
Ja, ja. De momento no es necesario, este aguanta lo que le echen. Ayer mismo ya entramos en la era wifi adsl, y gracias a ello es que puedo estar escribiendo a estas horas mañaneras.
Quizá alguna videocámara... Jaja. Todo se andará.
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