Hace cosa de un año, sucedió en este piso una de las historias más surreales que recuerde, una plaga de ratoncillos que se colaban por los conductos de aire acondicionado y que, para colmo, resulta que venían del Telepizza que tenemos justo debajo, huelga recordar que es en el que yo trabajo.
Tras ver la película de nombre tan complicado de escribir, la verdad es que siento un poco de lástima aunque comprendo por qué Víctor y Adri tuvieron que ejecutar a escobazo limpio a aquellos roedores. Ya lo decía el padre de Remy a su hijo, el mundo de los humanos está lleno de peligros. Yo era muy escéptico con esta película. Tras el bodrio de Cars, vi que otorgaban muy buenas críticas a esta, y pensaba que estaban sobrevalorándola. Pues no. Es tan genial que nos reconcilia con el género ratuno y, de hecho, para mí quisiera tener bajo la gorra del Telepi a un roedor así que me guiara los pasos cuando se forma un caos tan grande como el de ayer. Un compañero parece que se ha despedido de nosotros de manera tan francesa como la ambientación del filme, por ello hubo momentos en los que no dábamos a basto. En fin. Que yo sepa esos locales tampoco son frecuentados por críticos gastronómicos...
Tras ver la peli, me entraron ganas de cocinar eso sí. Nacho y Víctor, os espero como conejillos, que no ratas, de Indias. Y, como hacía Rambo, yo al menos ya no podré decir eso de ¡Odio las ratas... las odio!!
1 comentario:
Pues yo pa empezar voy a comer cocido hoy. Que huele que alimenta...
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