viernes, enero 10, 2014

Winter has already come.




Un viaje a Madrid nunca es un viaje inútil, poco importa que fracase la misión principal que me lleve allí. Y, bajo mi punto de vista, no fue un fracaso absoluto. Fue un viaje relámpago, por el cual he perdido dos clases de Inglés y una del máster, como daño colateral. Respecto al máster, en plena recta final de aquí a dos meses, la asistencia es importante, pero tampoco es que nos obliguen a asistir convertidos en armas bacteriológicas andantes, puesto que me fui a Madrid con catarro, y he vuelto, claro está, con catarro, al permanecer en un piso frío; supongo que tampoco ayudó el hielo en el que están enterrados los botellines de cerveza de la foto de arriba, pero, en fin, también tenía que disfrutar un poco del viaje, aunque se tratara de un viaje oficial... 
Mi papel, de hecho, fue el correcto. Fui a enseñar un piso a una posible interesada, que a la postre no lo estaba tanto, pues no apareció. Y tampoco avisó. Un cambio de parecer al que estoy acostumbrado, en muchos aspectos de mi vida, pero que no por ello me resultó menos irritante. Ni se dignó a contestar mi mensaje. Suerte tiene de que en esta sociedad la seriedad se valore poco, y por un asunto así no vaya a perder la cabeza sobre los hombros. No digo esto porque vaya a comprar una espada, sino porque, como podéis comprobar, he comenzado a leer el libro Game of Thrones, primero de una saga inconclusa a día de hoy. ¿A qué se debe el retraso? ¿Por qué no me sumé al carro cuando comenzó la serie televisiva basada en dicha saga, de la cual tampoco he visto ni un capítulo? Bueno, yo no suelo seguir modas. Pero el género fantástico siempre me gustó, y ahora estoy terminando de leer una trilogía de estilo semejante. En Reyes me cayó un pequeño volumen de frases del enano Tyrion Lannister, uno de los personajes, y la verdad es que me gustó la prosa. El libro era en inglés, y este tomo también lo he comprado en inglés, compensando así un poco el fumarme las primeras clases del año. 
Solo he leído el prólogo, y está bastante bien. Aparecen, a priori, unos personajes congelados, lo cual me recordó cómo la noche anterior me quedé aterido en la cama, por haber colocado solo una manta en vez de dos. Winter is coming... Como en los medios insistían siempre en las escenas de desnudos de la serie, estuve por llegar a la conclusión de que la saga era una especie de Tolkien con tetas. Tópicos que deberé revisar. Por cierto, también he estado leyendo ensayos del maestro JRR, ya que no me dio tiempo a ver la segunda parte de El Hobbit. Menuda erudición que tenía, yo jamás llegaré a ese nivel, claro que tampoco me preocupa... Espero que el final del máster concuerde bien con esta manía que me ha entrado de ir acumulando tochos que leo simultáneamente. En el caso de los libros de George RR Martin, orondos como el propio autor, tampoco es que tenga demasiada prisa en terminarlos. Así le voy dando tiempo para que acabe los que restan... 

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