domingo, mayo 31, 2015

Tesina... Antes o después.

Mañana comienza un mes cuya planificación, salvo algunos retazos, permanece en el aire. Una ventaja respecto al anterior, el curso de formación transversal será en el campus de Humanidades de mi barrio, pasa de cinco a cuatro horas diarias y no caerá siempre en lunes. Versando sobre la comunicación oral, cabe esperar un matiz más interactivo. Materia imprescindible esta, como pude comprobar en las recientes jornadas Research Matters. Este es el penúltimo escalón del curso. El último, tal vez haya que posponerlo. 
¿Importaría eso? Existen paralelismos con el TFM, así como diferencias notables. El TFM era obligatorio para adquirir el título de máster, la tesina es una actividad complementaria y no requerida por el doctorado. En ambos casos me he constituido en una especie de vector gafe, con directoras que se han puesto de baja durante la supervisión de los trabajos. En el TFM, no obstante, pudimos ir trampeando de buena o mala gana los borradores de cada capítulo para pergeñar la versión definitiva. En la presente tesina, he estado durante todo el mes de mayo sin tener la menor idea de si voy por el camino adecuado. No culpo a mi directora, desde luego, que desde noviembre ha sido una fuente de motivación muy importante para mí. Todos somos humanos. Todavía hay tiempo para exponer el análisis práctico en tres semanas y corregir errores a la carrera, pero yo no voy a gastar dinero en la matrícula si no estoy seguro de que voy a defenderla en julio. Bastante pasta ya me sacará dicho mes cuando llegue la expo de Iker, la Semana Negra, etc. 
Confío en que mañana pueda tener esa palabreja tan usada en el doctorado, feed-back, para poner en marcha la maquinaria o ralentizarla, que no detenerla. La tesina se va a hacer, ya lo creo que sí. Aparte del bloque teórico, ya establecido con sólidos pilares, la comparativa de las dos obras autobiográficas de Winterson ha llenado de lápiz las mismas, con el material suficiente para llegar a cuarenta folios o más. Si los tengo que preparar en verano, así sea. Tras disfrutar de este fin de semana aquí, regresaré a León para mi santo o para san Pedro, quizá con alguna hipotética fiesta del Orgullo como la que el año pasado me propició uno de los encuentros más felices del año. Con la posibilidad de repetir algo así en vista, si al final el mes se me carga de trabajo lo haré con gusto. 

martes, mayo 26, 2015

Nada es para siempre.

Ya lo creo. Nada es para siempre, ni siquiera telenovelas sobre institutos como la que llevaba ese título, hoy felizmente sepultada al igual que otras variantes. El domingo por la noche, dentro de una agónica jornada, lo pudimos comprobar. Me alegré al saber que en el Ayuntamiento de León ya no habría mayorías absolutas y sí una mayor, y en verdad necesaria, diversidad, con la llegada de fuerzas como León en Común; un par de puestos solo, pero se harán notar. Más sorpresa causó, y a través de una espera más dilatada, que en la comunidad también se derrumbara la mayoría absoluta, por la mínima. La lucha por el escaño decisivo tuvo lugar en la provincia de León, que, merced al colectivo minero entre otros factores, acabó con esos 24 años de reinado absoluto. Hemos sido un poco aldea de Asterix. Hay que dar por hecho que, si León votara como comunidad en sí, no habrían llegado a 24 seguidos, eso seguro. Aquí en Asturias, es otro cantar. Ya lo pude comprobar ayer mientras tomaba un pincho de tortilla en Gijón, al terminar el curso, y repasaba los resultados de esta tierra. Incluso Oviedo podría cambiar de rumbo. 
Y, aunque ya no paso demasiado por esos lares, me alegro de lo que ha ocurrido en Madrid, desde luego. Imagino que el próximo verano estrenaré el nuevo período en la capital. Hasta entonces, quedan unos últimos retazos del primer año. Ayer concluyó el curso de Propiedad Intelectual. Cabe decir que el contenido me ha parecido muy útil y, por tanto, mereció la pena el trasladarse, además de romper así con la monotonía. En todo caso, como campus prefiero el de Humanidades, y allí será donde tenga lugar el segundo curso, cuyo horario aún no ha sido confirmado. Ya se sabe cómo son estas cosas. Para colmo, hoy es fiesta aquí y no tengo la menor idea de por qué. Si al menos hubiera mirado el calendario escolar... Así, hoy me levanté y parecía que me hubiera teletransportado al domingo. Tan contento yo, con mi lista de la compra y mi bolsa de gimnasio. Menos mal que me salvó el comercio de barrio. Quizá sea por eso que hoy tengo cierta pereza. No tanta, porque ya he estado un rato con Jeanette Winterson y sus libros no son para lectores perezosos, mucho menos en inglés y tomando notas. El proceso de ralentización de la tesina se comprende, en parte, por el hecho de que lleve todo este mes, que ya acaba, sin supervisión en la misma. ¿Seré gafe con mis directoras? Dos de las tres últimas han estado de baja durante mis trabajos. Eso no me impide seguir, pero, como sea que las considero entrenadoras además de directoras, no se si el equipo va a llegar lejos esta temporada. Si no, imagino que siempre quedará la repesca de septiembre. 
El próximo fin de semana tengo pensado volver a León. Gestiones, y aprovechar antes de junio. Poseo, sin haber terminado la lectura de ambas obras, una cantidad considerable de anotaciones para la parte práctica del trabajo, no hay razones para el pesimismo por ese lado. Si me pongo, del tirón, no regresaré allí hasta las fiestas de San Juan y San Pedro. Más vale tomarse un par de días, pues. 

domingo, mayo 24, 2015

Ese es el espíritu.



El año pasado destilé un tanto de amargura en mi reflexión post-electoral y en este quiero compensarla con una breve entrada. ¡Pero qué majas todas las miembras (como dijo Bibiana Aído en serio y repitió Pedro Sánchez en broma) de la mesa! Y la presidenta que, en esta ocasión, no me arrebató los sobres sino que me permitió ejercer el simbólico acto de introducirlos en la urna. Luego me deseó un feliz día. My pleasure! Eso sí que es profesionalidad. Yo creo que no llegué a tanto cuando me tocó a mí ese puesto, pero, sin duda, sí gané en el terreno de las camisas psicodélicas. Desconozco cómo quedará la votación, pero tengo mejores perspectivas que hace cuatro años. No hago spoilers si digo que voté a la lista en que se presenta mi hermana Claudia. Ahí arriba estamos, en la fiesta fin de campaña. Creo que, si al menos sacara un par de concejales, la diversidad en León ganaría mucho. Para las cortes pensé en votar de broma, pero no; no estamos para bromas. 
Por lo demás, Eurovisión se vuelve a Suecia, con un mozo bien plantado, una canción enérgica y un ejército de monigotes muy graciosos. ¿Será en Malmö otra vez? Sería estupendo que me pusieran un congreso allí en esas fechas. Ya que no pude ir a la Universidad de Lund como alumno, siempre cabe la opción de ir de ponente. Hasta entonces, todavía queda mucho bacalao por cortar. Eso es todo, me esperan largas jornadas hoy y mañana. Y un recuento más largo que el eurovisivo. Yo ya he dado mis points. La próxima, allá por noviembre (sin descartar adelantos, según por dónde vayan los vientos). 

sábado, mayo 23, 2015

La batalla por el futuro no está perdida.

El mes de mayo, en contexto académico, suele ser complicado, ya sea carrera, máster o la investigación doctoral que estoy llevando a cabo. Hace un par de semanas compré un libro al que ya había echado el ojo varios meses antes y que percibí como buena herramienta para la motivación en este período final de curso, que se alargará hasta mediados o incluso finales de julio. Se titula  Sobradamente preparado para limpiar váteres en Londres y, bajo ese llamativo título, se esconde una historia con la que mucha gente en España, joven y no tanto, podría identificarse. 
El libro apareció como producto de un fenómeno viral, de esos que ahora surgen como setas y se desinflan como globos. El propio autor, Benjamín Serra, admite que no es una obra literaria; no obstante, a mí me parece que está bien escrito, desde una perspectiva optimista, sarcástica y con un carácter testimonial que se quiere hacer extensible al hipotético lector o lectora que pudieran encontrarse en su situación. Con dos carreras (y Premio Fin de Carrera que no es premio, al igual que el mío) y máster, se trasladó a Londres con una beca y, al terminarla, pues se tuvo que buscar la vida porque esa ciudad es la más cara del mundo, tal y como señala. Tras encontrar trabajo en una cadena de cafeterías, escribió el tuit que le haría célebre: Tengo dos carreras y un máster y limpio WCs. 
Lo publicó junto a un mensaje de Facebook en el que explicaba con mayor detalle su situación. El problema de Twitter es que no deja mucho espacio para la reflexión, por lo cual todo se simplifica. Sirve sobre todo para coñas fáciles, como la que yo acabo de hacer respecto a los presidentes o presidentas de mesa electoral. Él lo había publicado para familiares y amigos, no pretendía hacerse famoso. El caso es que, quizá por el contraste entre la formación y el componente escatológico, que siempre llama la atención, se expandió como la pólvora. Otro episodio que comenta es cómo tuvo que recoger una compresa (usada, se entiende), del suelo. A mí me ocurrió lo mismo en el Rodilla, solo que era más bien un trapo como los que imagino se usaban en la Edad Media. Por aquel entonces no tenía perspectiva de género, ni había escuchado hablar de Kristeva y lo abyecto... 
Sea como fuere, la confesión del currante consiguió que se formara una bola de nieve que le dio un protagonismo que no había pretendido, en medios nacionales e internacionales, como la imagen de la crisis española. Yo, de hecho, me enteré de su historia por televisión. El problema es que hay una saturación de novedades editoriales con el motivo de la crisis (muchas de ellas dirigidas a gente que, a priori, no tendría mucho presupuesto para comprar libros). Las modas pasan rápido y este libro a poco ya no lo encuentro. 
El autor recibió muchas críticas, porque las redes sociales son así. A mayor repercusión, más gente que opina de ti sin tener la menor idea de quién eres ni de cómo eres ni de por qué escribiste lo que escribiste. El fenómeno fue a menos, como todos, y no obstante de ahí surgió este libro, que constituye un buen acicate para quienes vean su futuro en el extranjero, ya no solo en la capital británica. No se me ocurre una lectura mejor para la jornada de reflexión. Para mí, el mes y medio que pasé en Suecia también me dio para escribir un libro, de tono bastante más personal, pero no se trata del mismo caso. Yo, sobre todo, iba a buscar un máster. No lo encontré y el de León me llevó a la senda en la que estoy ahora, de la cual me siento muy satisfecho. Ahora mismo no me cabe duda de que sí tendré que regresar a buscar trabajo en el extranjero, cuando termine la tesis o antes si surgiera la ocasión. No es algo que me preocupe. Parafraseando el epígrafe del libro, la batalla del futuro no está perdida. 

martes, mayo 19, 2015

Un día de suerte.

Ayer asistí al curso de Propiedad Intelectual de forma íntegra y satisfactoria. No fue así la semana anterior, cuando me esfumé a media jornada porque me habían metido prisa con el trabajo de la  nota menguada, la cual no se si se habrá convertido en brote verde o no. A pesar del adelanto en la fecha de entrega, una semana después todavía no se nada de la misma. En todo caso, tuve suerte. El profesor, viendo que el alumnado también iba menguando tras la primera y la segunda pausa del lunes anterior, ayer pasó lista dos veces. Cosas de completar los veinte créditos para la formación transversal. Yo los completaré con mucho gusto y otros veinte más en junio, pero lo cierto es que la gente del doctorado suele moverse en horarios bastante prietos, entre las actividades asociadas al mismo y el trabajo necesario para subvencionarlo. Demasiado como para tirarse toda la tarde allí aunque yo, por fortuna, sí me lo puedo permitir y saco provecho de ello. 
Suerte de reencontrarme con un viejo amigo, el único de estas características que tengo en Asturias. El resto de gente que he conocido, ahora mismo, anda también liada con asuntos académicos o laborales. El sábado no pudimos coincidir en Gijón, tras mi periplo playero, pero qué duda cabe de que en el próximo verano alguna ocasión habrá de pasar buenos momentos en estas ciudades tan cercanas. Incluso tuve suerte de ver una profecía cumplida cuando al llegar a casa, ya algo tarde y por casualidad, vi cómo estaban poniendo un vídeo protagonizado por un conocido mío. Cuando lo vi en el ordenador, pude comprobar que era demasiado bueno como para que fuese desaprovechado por el programa en el que salió. Me vino a la mente la reflexión sobre la fama de Warhol, y otra sobre qué hubiese sucedido si algún vídeo de Vagos y Maleantes hubiese acabado en la tele. Eso, según el vídeo, podría haber sido una suerte o una desgracia. 
Ya dije que la campaña electoral, al menos, servía para echarse unas risas. Cada cual usa las herramientas que tiene el alcance, ya sean partidos humildes u otros no tan humildes, como el que esta mañana me metió un folleto en el buzón, a todo color, que parece un catálogo de Ikea. ¡Luego no hay pasta para becas! No solo por el voto iré a León, llevo medio mes sin pasarme y ya tengo ganas. Aprovechemos las circunstancias, que si luego toca currar más lejos (como parece), esto no será cosa de cada quince días. 

domingo, mayo 17, 2015

La increíble playa menguante.



En este blog no solo menguan las notas (la última, por cierto, se hace de rogar, pese a que me metían prisa para entregar el trabajo). Estaba cansado de ir todos los lunes del mes a Gijón tan solo para visitar el campus de Viesques y su edificio de Energía, que será muy eficiente pero poco estético. Así, para airear la tesina, ayer me desplacé a la ciudad para ir a la playa y descubrir nuevos lugares. No hacía para jornada de verano, cierto. Mejor así, evitando la saturación de la escasa arena. Nublado, pero tampoco frío. Me tumbé un rato, leí algún ensayo sobre Tolkien, paseé en pantalón corto mojándome las piernas. Lo del baño lo dejamos para cuando el sol no se esconda. Tampoco es que pudiera tumbarme mucho tiempo, porque la marea se estaba comiendo la playa. Leí que quieren echar arena para impedirlo, aunque confiando en que se trate del mismo tipo que el que hay ahora. En todo caso, antes de que esta menguara, pude inaugurar la temporada playera de forma oficial, en mayo. Teniendo en cuenta que algunos años apenas llegué a pisarla, creo que resulta un avance positivo. 
Pasé luego frente al palacio de Revillagigedo, sede de la exposición de Cuarto Milenio cuya entrada saqué para julio. ¡Buf! Julio me parece muy lejos ahora mismo, con todo lo que tengo que hacer hasta entonces y todo lo que haré cuando llegue. No en vano, la comisión de seguimiento del doctorado será entre mediados y finales de julio. Un curso sin apenas clase, pero bastante alargado. Tuve la suerte de pasar por delante de la biblioteca pública Jovellanos y sacar un par de libros pendientes, que confío en devolver cuando vaya para el último día del curso. Uno de ellos es From Hell, cuyo denso sentido esotérico se perdía, como era previsible, en la adaptación fílmica. Mañana regresaré allí, no solo por la formación sino porque tras esta confío en ver a un viejo amigo con el que hacía bastante que no coincidía. Así que encararé el regreso a la ciudad con una predisposición más alegre. 

viernes, mayo 15, 2015

Summer is coming... Verano fofisano.

Hoy en una feria del libro pude ver una obra (cuesta llamarla así) con el título de Virgen, una novela romántica, al menos eso parecía, con el subtítulo de ¡No se lo cuentes ni a tu mejor amiga! O similar. Narraba la historia de una joven de 21 años buscando... Pues eso, lo mismo que cualquier tarugo de la saga American Pie. Al igual que hay rosquillas listas y tontas, esta sin duda sería una novela tonta. Lo positivo de estos libros es que, comprobando que son basura ya solo con mirar su cubierta, ahorran tiempo y dinero. Amigas y amigos escritores, quizá haya motivos para la esperanza en el mundo de las letras, pero, desde luego, no hay que buscarlos ahí. 
Mal tiempo hoy, frente al calor que ha asfixiado otras partes del país esta semana. El Norte no olvida... Yo veía esta mañana furgones y helicópteros, luego resulta que Rajoy vino de visita y le llovió, no precisamente agua. El calor me aplatana, aunque contaba con que mañana luciera un poco el sol, puesto que pretendo ir a Gijón, no al campus de Viesques (allí me quedan dos lunes) sino para dar una vuelta por la playa y despejarme así del Tetris de fechas que me espera este mes y el que viene. 
No tengo bañador (para eso no hace todavía) pero, si por alguna extraña razón hiciese para quitarse la camiseta, llevo protección y una nueva figura, moldeada por la disciplina del doctorado. Eso sí, daba igual perder kilos o quedarme como antes. Ahora dicen que se llevan los fofisanos. Sí, no hace falta ser filósofa y teórica queer para inventarse palabras. Fofisano sería alguien con cierta tripa y buena cintura, sin llegar a gordinflas prototípico. Un concepto cuya inventora lo explica, cabe señalar, con argumentos bastante machistas. Leonardo Di Caprio, por ejemplo, muy lejos queda ya el Titanic. Claro que, si yo fuera él, poco me preocuparía. Seguirá ligando con modelos rubias y delgadas, que parecen comer del aire. Yo, aunque no llegue a tanto, sí me puedo considerar ex-fofisano, listo para la temporada playera, que en el Cantábrico suele ser corta. 
Veré el mar y la semana que viene volveré a la meseta. León me esperar para el fin de esta campaña electoral, siempre desternillante como todas. Valga ver el lapsus linguae de la candidata a la alcaldía de Zamora, del PP, diciendo que su partido no había follado a los ciudadanos... no había fallado... Suerte que estaba al quite el presidente Herrera, recordando cómo en la comunidad el castellano se habla claro y rotundo. El hombre me cae bien, pero que no cuente con mi voto, claro está. Ya puede darse por contento, que le prevén la única mayoría absoluta del país. Hasta saber si es así, que siga el festival del humor. Y la señora de Zamora, de buen ver, por cierto. Hablando de fo... fallar. En fin, me voy a ver la obra de otro experto en surrealismo, Buñuel: Viridiana

domingo, mayo 10, 2015

El terror como infección.



Ayer, para coronar una jornada en la que el adelanto en la entrega de un trabajo me obligó a reorganizarme (hoy queda la otra mitad), vi este filme, que había recibido muy buenas críticas, algunas al nivel de la obra maestra que no es. Pero sí, no me cabe duda, una de las mejores películas de terror que he visionado en los últimos tiempos. Terror indie, así lo llaman. Es una manera de decir que no es ninguno de los refritos y secuelas que sacan como churros para estirar el beneficio al máximo. Sin ir más lejos, este mismo mes saldrá una innecesaria versión de Poltergeist. Pereza me da verla. 
It follows riza el rizo en un conocido motivo del cine de terror: la maldición asociada a la práctica de sexo. En este caso, como si se tratara de una metáfora del vih/sida, lo que se transmite como infección es el fantasma que persigue a los incautos y las incautas que se dejan llevar por sus instintos. Si hay medidas profilácticas, en el filme nada se dice. En realidad solo hay un fantasma, con varias formas. Ni siquiera se si debería llamarlo fantasma, porque su corporeidad es evidente, así como el hecho de que se dedica a lanzar televisiones, cual si fuera un chiste de vascos. 
La temática sexual de la película no se queda ahí, puesto que la entidad tiene cierta tendencia a metamorfosearse en sujetos desnudos del todo, o mujeres con una teta fuera. El desnudo frontal era habitual en el horror de los años 80, tal como me dijo un amigo de Oviedo en cuyo blog se habla mucho de terror (El señor de los bloguiños). Yo vi una versión japonesa, en la que había un círculo borroso alrededor de entrepiernas masculinas y femeninas. Válgame. Tanto puritanismo y luego nos inundan con sus huevos masturbatorios y demás. Condenaría a los censores a leer el ensayo Coño Potens, de Diana J. Torres, uno de los libros más didácticos y clarificadores que he encontrado últimamente. 
Por si alguien dudaba todavía, aclaro que la maldición solo se transmite, a priori, por coito vaginal, a diferencia de la percepción general que se tiene con el sida. La peli será indie, pero no tanto. Incluso cierto estallido de promiscuidad por parte de la protagonista queda fuera de plano. Oiga, ni siquiera algo de lesbian chic, como suele pasar. Dejémoslo, si acaso, para la previsible secuela. Creo que esta es la película de terror paranoica por excelencia. No solo por el tema de la infección, sino porque la amenaza que plantea puede llegar en cualquier momento, de cualquier rincón de la pantalla. Cualquier figurante, que se pasee por una esquina del encuadre, puede ser la encarnación del Mal que se acerque sin que personajes o espectadores se lo imaginen. Es una diabólica variante de ¿Dónde está Wally? De este modo, la película tiene más chicha de lo que podría esperarse (de ahí le viene la buena crítica) y merece la pena el re-visionado. 
Por otra parte, se beneficia de contar con un terrorífico escenario real, que solo se utiliza hacia la parte final: la ciudad de Detroit, con sus casas abandonadas y cierta sensación de apocalipsis tras una epidemia. Frente a ello, la seguridad de los suburbios (no tanta, al parecer). En fin, esta es mi recomendación dominical. Con reservas hacia gente paranoica que tienda a notar que es seguida en la calle (de ahí el título, que no se han molestado en traducir). Quienes vivan solos, como estoy yo este fin de semana, a su discreción. Yo ya me curé de espanto con Cuarto Milenio cada domingo. Hoy lo veré también si consigo meterle caña al trabajito queer. Vamos con ello. 

sábado, mayo 09, 2015

La era troll / How old...?

¡Ha vuelto a suceder! Otro fantasmagórico repunte de 200 visitas en un día para el blog. Bueno, me alegro de que este aumento de caché no se haya visto acompañado por la aparición de algún que otro troll. En todo caso, no he podido librarme de alguno por las redes sociales. Qué le vamos a hacer, es un clásico moderno. No se quién se inventó el término troll en su acepción cibernética, pero guardan bastante en común con las versiones tradicionales que aparecían en la obra de Tolkien, etc. No les gusta la luz del sol y, por tanto, tampoco les gusta dar la cara. Quizá tengan problemas para aceptar su apariencia física y de ahí viene la frustración que les lleva a boicotear espacios ajenos. No es algo que me preocupe. Solo desde la mediocridad se puede llegar a estar cómodo en semejante faceta. Un troll no tiene nada que hacer contra un hobbit. Está comprobado. 
Sin embargo, reconozco que esta era virtual, de falso anonimato, propicia este tipo de situaciones, que ya no son como la típica escena de saloon, estilo: Eso no me lo dices en la calle. Según Beatriz Preciado, quien ahora creo que firma como Paul B. Preciado, estamos en la era farmacopornográfica. Estoy leyendo sus manuales para el trabajo de Teoría Feminista. No es que me vaya a masturbar el brazo, según las indicaciones que da (no estoy tan aburrido para eso), pero sí me gustaría saber si alguna de sus próximas obras será un diccionario con todas las palabras que se ha inventado durante sus libros previos. Igual coges media página y ves que la mitad de los términos no aparecen en el diccionario del RAE. No se lo critico, con todo. A mí también me encanta inventarme palabros. Demos la bienvenida a la era troll. 
Por último, otra anécdota bizarra. Con una aplicación de esas también propias de la era virtual, que te dice cuántos años aparentan las personas que salen en una foto, me lo he pasado pipa (y sí, he perdido un poco el tiempo). Cuál no sería mi estupefacción al aplicar el test a algunas instantáneas, perdidas por la noche de los tiempos y la noche de los pecés: si una mujer de mi edad es considerada una adolescente de 19 años, resulta que un adolescente de 19 años es considerado como... ¡una mujer de 26! ¿Mande? Y a mi sobrino, de siete meses, le ponen como si fuera una niña de dos años. En fin, ligeros divertimentos mientras espero a ver si se soluciona cierto atasco en la gestión de la tesina. Por cierto, a mí el how old bla bla ese me quitó varios años sin necesidad de photoshop, así que puedo estar contento. ¡Chúpate esa, trolleras (en los dos sentidos del término)! 

PD- Usando la aplicación para la foto de perfil de mi blog, la de los Abrasadores, me temo que quien más mayor me señala es Juancho, y yo aparezco de benjamín, más joven que Espe. Anda, Juancho, tú que eres informático, a ver si creas una versión un poquito más acertada...

domingo, mayo 03, 2015

Jardines en la niebla.



Cierto, León es una ciudad repleta de cafeterías, bares, pubs, etc. Pero no todos tienen el mismo significado, claro está. Cuando alguno especial cierra, sientes que se esfuma en la niebla, niebla como la que había hoy en el monte, parte de la memoria asociada a los buenos recuerdos relacionados con el mismo. Ayer me sucedió. Un lugar que ha dejado un reguero de instantes memorables desde hace siete años, de repente convertido en otro bar de tapas más. No más motivos literarios en las paredes o en estanterías donde podías hallar, y llevarte, un volumen de los Ensayos de Montaigne (aquí mismo lo tengo). Tan solo una estética de jardín, si bien percibía más vida allí antes de que se desplegara toda esa vegetación ficticia. Es curioso, pero nunca suelen cerrar los bares en los que nos han tratado de una forma bastante mejorable. La mala yerba...
Cafés de vida propia, como uno que ayer permanecía huérfano de clientela, y eso que era la jornada que más echa a la gente a la calle en la ciudad. En este caso, dudo que vaya a cerrar la trapa para siempre, ya son muchos años y muchos tertulianos (y polemistas) fieles. En fin. ¡Ley de vida! Todavía tengo que encontrar sitios así en Oviedo. Lugares con encanto. Un encanto que nunca se perderá del todo, pues hemos dejado parte de nuestras vidas en ellos.