viernes, julio 31, 2009

El enlace prometido.

http://www.facebook.com/ext/share.php?sid=115738516405&h=f0Km5&u=a-5wk&ref=mf

Para amenizar la espera del próximo capítulo, os dejo el enlace a este programa, a modo de aperitif. Breve pero intenso, espero que os guste, lo mejor está al final... Por mi parte, ayer acabé la escaleta, es decir, la estructura del guión y ahora solo queda la parte más amena y divertida, que es poner los diálogos; esa será tarea apropiada durante el curso. Ahora, dentro del díptico drama-comedia (conste que a mí me gusta mezclar géneros...), esbozaré un poco la obra de teatro Esperando a Follot, antes de y durante mi estancia en Madrid, que será más larga en tiempo y en presupuesto, je, que la anterior. Posiblemente me vaya el 20 y volveré en el mes de septiembre, no a exámenes por fortuna pero sí a la matriculación y un curso de verano pendiente. Por ahora toca seguir saliendo por esta pequeña y mediana ciudad con los coleguillas, y que no falte. Acaba un mes que empezó fuerte y luego se fue deshinchando, así como mi mente se está deshinchando ahora así que... ¡Hasta agosto!

PD- ¿Os gusta la mamonada que he añadido a las entradas? No se por qué lo hice, pero bueno, supongo que porque hoy no rijo bien. Y porque no hay posibilidad de escoger una reacción negativa...

miércoles, julio 29, 2009

Tras la cámara.

Anoche, tras una ronda de tapeo, nos preparamos para ver el reportaje sobre Pigmalión en la 2. Se hizo de rogar, eso sí... Coincidencia o no, ayer se informó de que el cine español pierde espectadores, al igual que el extranjero, así que no era mala fecha para explorar nuevos campos de la ficción en Internet. Antes de ello hubo que soportar varios clips con personas que me hacían pensar en la canción People are strange... Estaba esa especie de Frikópolis llamada Campus Party e incluso apareció la mismísima Deborah Hombres, no se a cuento de qué. Pero al fin pude ver una familiar escena, con una joven corriendo entre árboles, tanto la de la serie como otra recreada de cara al programa. Fue algo corto, como sospechaba, pero los planos salieron bien y dio la impresión de no ser nada improvisado, desde luego. Hubo que compartir el espacio con otras dos series hermanas, y es una pena que no hubieran grabado el reportaje cuando estábamos rodando Vagos y Maleantes. ¿Os imagináis una escena de Martín y su tanga, de la realización del potorro, de Divine? Demasiado fuerte, incluso para la una y media de la madrugada.
En fin. Como dije en su momento, lo bueno de que el séptimo capítulo se retrasara es que el octavo, esperemos, no lo hará. Cuando asome el hocico os lo haré saber, de momento felicito a los participantes en el programa y, si descubriera algún enlace al mismo, para el blog que irá.

martes, julio 28, 2009

De aquí a la fucking fama.

Esta mañana compré la Fotogramas, comprobando que el único estreno del mes que me estimula es, una vez más, la producción anual de Pixar, Up (y si acaso el último Lars Von Trier, pero miedo me da...) Los de esta revista ya no es que se repitan, es que dan pena; la portada de agosto del 09 es la misma que la de... agosto del 08. Ejem. Cansado estoy de ver los morros de Angelina Jolie, estoy hasta la punta de una parte de mi cuerpo que se adaptaría perfectamente a los mismos. Si no fuera porque es una tradición infantil me pasaría a la Dirigido, y encima podría dármelas de cinéfilo...
En fin. Nosotros no tenemos a Angelina, ni puta la falta que nos hace. A una hora intempestiva pero aún razonable, la una de la mañana, en el programa de la 2 Tras la cámara va a emitirse un reportaje sobre Pigmalión, cuyo contenido es un misterio para mí y por ello estoy deseando que llegue... No tenéis excusa, al menos los estudiantes y parados; basta con tomar un algo para celebrar nuestro estreno en la cadena más salvable de todas, y luego a amenizar la espera, por ejemplo, leyendo la Fotogramas y la gran cantidad de guarradas que le da por traer este mes. Si alguien padece insomnio, luego echan también ahí una de las múltiples secuelas de Aeropuerto. Espero que eso no quite las ganas a quienes tengan la suerte de volar el mes próximo... Bueno, pues espero que esto sirva para darnos un empujoncito, al menos. Si hay algún enlace, ya os lo pasaré mañana.

domingo, julio 26, 2009

El criticón (III)

En resumen, creo que los materiales eran adecuados pero los directores ni por sí mismos ni con la ayuda de la señora ministra han sabido tratarlos. Una pena, porque con tantos guionistas jóvenes y en paro que pudieran haber aportado sus propias vivencias, bastante más creíbles… Yo tenía ganas de ver esta película, aunque también me daba un poco de miedo. Ahora pienso que, aunque mala, me ha hecho aprender algunas cosas; casi prefiero una historia mala que me provoque reacciones antes que una buena que me deje indiferente… El mayor incentivo para haberla visto es que, pese a la desmesura del conjunto, tiene algunos detalles en los que sí me puedo identificar. Desde luego que ese es un factor extrínseco a la película, que en otros espectadores podrá cambiar. Como decía Alicia por Facebook, eso no tiene nada que ver con el arte ni con que el filme sea bueno, en todo caso lo remarco como motivo para haber perdido una hora y cuarenta minutos viéndolo antes que otras miles y miles de películas mejores que jamás visionaré.
Es un retrato generacional, pero no de toda una generación y profundizando solo en determinados aspectos. Salvando las distancias, podríamos pensar qué pasaría si Rebelde sin causa fuera transportada al presente (y raro es que aún no hayan pensado en rehacerla): James Dean haría de Nico, y Sal Mineo de Tony, imagino… Bueno, elucubraciones aparte, creo que ya he escrito más de lo que debería. Mi último deseo es que los directores recobren el buen pulso que han demostrado en trabajos anteriores, ya que su imaginario, al menos, tiene bastantes puntos en común con el mío.

sábado, julio 25, 2009

El criticón (II)

Volveré a la crítica de Jordi Costa. Ahí dice que lo mejor de la película son los involuntarios picos de humor que produce. Hombre, yo no se si será lo mejor, pero en todo caso es un elemento muy destacado, para su desgracia. Es una pena que, partiendo de una buena premisa, al menos a mí me lo parece, luego el filme naufrague por alcanzar el propósito contrario al que deseaba. Cuando quiere hacer comedia, exagera; cuando se pone dramático, incluso trágico, no mueve a ese sentimiento. Por ejemplo, la escena de vodevil con Alejo Sauras haciendo de la enésima reencarnación de Alejo Sauras (qué ironía, él que se hiciera famoso interpretando a uno de los primeros gays televisivos…) Después de que la cámara se recree en la anatomía de varios efebos, más que en las mujeres, resulta que cuando quieren ponerse chistosos lo hacen a costa de las gordas, lo cual me resulta algo irritante. Entre tanto gesto involuntario, no se si se habrán dado cuenta del homenaje a la escena de Lo que el viento se llevó de Mammy apretando la faja, o lo que fuera, a Escarlata…
Los diálogos, al margen de su calidad, están mal escogidos. ¿Cómo es posible que, antes del trágico sacrificio, Ana de Armas diga Ese tío me está jodiendo. No, está jodiendo con otra en el baño, el cabrón? ¿No se dan cuenta de que con esa expresión, a lo Camilo José Cela, están arruinando el dramatismo de la escena? Y no es la única. Creo que se han desaprovechado elementos dramáticos como las relaciones de los personajes con sus familias, que tenían mucho más potencial y hubieran aportado aire fresco frente el cansino droga-sexo, sexo-droga. Y, cuando quieren meter algún mensaje de crítica social, suena como si ya lo hubiéramos escuchado mil veces, en plan Tu Iglesia no admite a los gays como yo.
Como aspecto negativo, Jordi Costa alude a algo externo al filme en sí, que son las implicaciones de su éxito. Bien mirado. Aún es pronto para que las imitaciones de la película empiecen a florecer, sin embargo esta tiene ciertos paralelismos con otro fenómeno juvenil que la ha superado en taquilla, el de Fuga de cerebros. También protagonizado por Mario Casas, este filme que no he visto ni pienso ver es otro rollo, en plan homenaje a las comedias americanas de los 80 como Porky´s. En ambos proyectos lo que más miedo me da es la dependencia que el cine está creando de las estrellas televisivas. Y luego está el dilema del cine español: ¿Buenas taquillas con mala crítica, o buena crítica y mala taquilla? El término medio es deseable, desde luego, y quizá haya que esperar a Amenábar con su Ágora para lograrlo. O la antes mencionada Pagafantas podría ser buen ejemplo, a juzgar por los comentarios escuchados. ¡Hay cabida para todo, incluso para el irreductible Garci!

viernes, julio 24, 2009

El criticón (I)

Así pues, quizá en la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso pudiera averiguarse cuál fue la aportación de la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, al guión de esta película, ya que por ahora yo no me lo explico. Otro misterio, para mí, es cómo los directores de una de las pocas películas españolas que he visto más de una vez, Sobreviviré, han perdido cuatro años en realizar un proyecto que, al margen del éxito de público, va a lastrar su carrera artística. Aquel filme, que también trataba el tema de los diversos vericuetos del amor y la sexualidad del ser humano, lo hacía desde un enfoque mucho más sabio; allí había actores, más que estrellas de televisión, y romanticismo antes que exhibicionismo. Quizá aquí buscaron volver a sus inicios, a ese Más que amor, frenesí que yo no he visto pero cuya imagen de un polvo gay en la ducha se me quedó grabada en mi infantil retina, ja, ja.
Yo no necesito hacer una crítica de esta película porque os recomiendo la concisa y, como casi siempre, certera de Jordi Costa en Fotogramas. Tomándola como base, comentaré algunos aspectos bajo mi prisma. En primer lugar, el enfoque religioso del que hablaba anoche. Dejen de leer quienes no quieran saber el desenlace de la historia, pero lo cierto es que no se pierden nada, y para mí fue bastante previsible. Hay un personaje episódico en la trama llamado Cristo, interpretado por un Asier Etxeandía más parecido a un elfo oscuro, sin embargo ese no es el auténtico Mesías del filme. Ese papel recae en un Mario Casas con ridícula voz aflautada; con él comienza la historia, en una pose de crucificado, y con él termina, primero en una especie de Piedad, ambientada tan solo con cantos corales, y luego en una aparición fantasmal con reminiscencias de resurrección. Con todo, yo me quedo con una escena poco antes del desenlace, en la que nuestro héroe, con un colocón casi místico, realiza una especie de Última Cena, en la que en vez de hostias ofrece pastillas, y luego alza sus brazos hacia el cielo como diciendo Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Al observar todo esto yo me pregunto, ¿realmente esa es la visión que querían darle sus guionistas? Bajo unos personajes tan planos y unos diálogos tan risibles, ¿se esconde una versión homosexual y actualizada del, pongamos, Evangelio según San Mateo de Passolinni? Más misterios sin resolver…
Antes de ver esta película yo me decía Ya verás como al final muere el gay… En efecto. Hay un par de lesbianas (o al menos creo que lo sean, pese al no me gustan las etiquetas), que salen vivitas y coleando; sin embargo Tony, que así se llama este Mesías, parece morir como un chivo expiatorio por todo ese desenfreno descerebrado; parece morir por, literalmente, nuestros pecados, los de toda una generación ante la que sirve de advertencia. Es la víctima inocente. Lo lógico hubiera sido que muriera el acabado, el pasado de vueltas que interpreta Hugo Silva. Pero no… Recuerda un poco a la muerte del Plato de Rebelde sin causa. Como apunta el libro, y luego documental, El celuloide oculto, hubo un tiempo en el que un personaje no podía admitir su homosexualidad de forma abierta en el cine sin sufrir algún castigo al final, ya fuera un personaje positivo o negativo. Pero, claro, necesitaban inmolar a un personaje que inspirara lástima, alguien sensible; de nada hubiera servido matar a otros más desagradables, de los que el guión anda sobrado.
El personaje de Tony es el lado tenebroso y gay del Pagafantas, y esta comparación la hace el propio director de esa película, que no he visto pero que estoy seguro de que será bastante mejor que esta. Es cierto; su supuesto amigo, de quien hace Yon (¿o Poyón?) González, ya no es que le pida fantas, es que tiene los huevos de pedirle el dinero de la carrera para pastillas. Uno de los puntos positivos que veo en esta película es que, dentro de las hordas de adolescentes que habrán ido a verla, sin duda existirán grupos de chicos gays o bis que podrán identificarse con el protagonista, y tomar como ejemplo su valentía a la hora de decirle las cosas claras a su obtuso amado. Seguro que comparten su sufrimiento, esperemos que no su trágico desenlace…

Moraleja.

Cuando uno está escribiendo un guión de largometraje, creo que puede ser positivo el que se imponga cierto tipo de ejercicios, aunque algunos constituyan verdaderos autos de fe. Acabo de hacerlo con el visionado de Mentiras y Gordas, y el símil religioso no es baladí; me ha parecido una película religiosa a su manera, moralista, y no soy el primero que lo dice... Me ha dejado tan acongojado que creo que, aunque todos los días que restan del mes escribiera sobre ella, aún me quedarían cosas por decir. Así pues, de lo malo se aprende, y mucho, por suerte mi guión no tiene demasiado en común con este, escrito a ¿seis? manos. Bueno, alguna parte sí, como la del menáge a tróis, pero el mío es menos onanista y tiene más sentido... En fin, asumamos esta inenarrable experiencia mediante el sueño.

martes, julio 21, 2009

El continente perdido.


Hoy terminé la campaña del juego de ordenador, con el hundimiento de la Atlántida (no así de sus habitantes), y el sacrificio de mi héroe, convertido en una especie de semidiós. ¡Loado sea Zeus! Tras mi victoria, llegaron los títulos de crédito en los que aparecían fotos grupales de los frikis que diseñaron el juego, emborrachándose o divirtiéndose en general (bueno, no se si serán frikis pero parecen tener una buena cultura mitológica)

Ahora podré sacudirme la indolencia y dedicar más tiempo a este blog y otros menesteres; creo que la siguiente campaña, la de ampliación, la dejaré para el próximo curso, para esos días tontos o resacosos en los cuales uno no sabe qué hacer. En el fondo tengo ganas de que llegue dicho curso, pero no por los madrugones ni por las clases vespertinas (esperemos que haya pocas), sino porque cada vez me gusta más esta carrera, y de haberse quedado en tres años se me hubiera hecho corta.

Si el último capítulo de la serie se estrenó con retraso, también con retraso os pondré el enlace, aunque no por ello deje de animaros a que sigáis nuestra creación, que dentro de una semana saldrá en un programa de La 2, Tras la cámara, el cual por lo visto se emite a la una de la madrugada, como si fuera el porno del Plus... En fin, los ociosos no tendremos problema para ver este reportaje, que se promete jugoso. De momento, podéis ir abriendo boca con esto:


viernes, julio 17, 2009

Mi vida como un jabalí.


¡Qué grandiosa es la vida, cuántas coincidencias, ironías y casualidades utiliza para sorprendernos! Lo he comprobado hoy mientras jugaba al Age (dígase Eich) De hecho, es de lo poco que podría hacer hoy tras haber estado anoche en la fiesta que montaron los de la revista Azul Eléctrico, en la cual espero colaborar, esta vez sí, para el próximo número.

Esta semana, que he empezado a escribir un guión llamado, por ahora, Los cerdos, resulta que en dicho juego me he visto convertido en un pariente cercano, el jabalí. Tras la Ilíada viene la Odisea, y en uno de esos extraños recovecos que tiene el juego he pasado de Egipto a la isla de Circe, la pérfida hechicera que me convirtió en jabalí, con la misión de escoltar a una piara de cerdos, que en realidad son los compañeros de Ulises, hasta que logremos el asalto a la fortaleza de la bruja. Lo que pase después lo desconozco porque no he seguido con la partida, pero sospecho que va a tener poco que ver con Homero. Por desgracia, algunos de los puercos que tenía bajo mi amparo han acabado tan despedazados como el cochinillo que me metí el pasado domingo (una delicia... ¡Suerte de tener gustos omnívoros!)

Circe, a quien iba a referirse uno de los personajes del guión cuando continuara la escritura, qué curioso... Espero verme sorprendido más veces por esa clase de positivas señales.

jueves, julio 16, 2009

Retrasillo.

Bajo ese título genérico de razones técnicas, no muy esclarecidas pero con las que debemos ser comprensivos, el estreno del séptimo capítulo de Pigmalión se ha retrasado algunos días. Un motivo de disgusto para sus seguidores, que espero que hayan ido creciendo estos meses, y también para mí, ya que lo considero un capítulo interesante, en el que veremos facetas hasta ahora desconocidas de algún personaje. Como dice Hopewell, no hay mal que por bien no venga y así la espera hasta el octavo será menor... En cuanto salga a la luz el esperado episodio, lo haré saber por esta vía.
Por otro lado, me he estado fijando en las plazas solicitadas para la Universidad de León de cara al próximo curso. Como siempre, hay grandes desigualdades. El grado en Lengua Española y su Literatura tiene catorce plazas, el doble que los Siete Magníficos que solemos ir a clase, y con los cuales espero seguir contando en Tercero. Curiosamente, pese a no ser muy popular, el grado tiene plazas limitadas. Y me ha sorprendido ver que tiene una plaza más que el grado en Lengua Moderna o algo así (vamos, lo que era Filología Inglesa), el cual de momento se queda en 13. Falta aún la matriculación de septiembre, claro, no en vano yo me incorporé a la carrera en dicha fecha. Y falta ver qué decisión toman todos aquellos que están en lista de espera para las carreras más solicitadas. Parece que todo el mundo quiere ser enfermero o enfermera... ¿Será porque ahora se están quejando de que hace falta un cupo muy superior? No se. Con todo, la filología es un plato muy delicado como para que lo degusten paladares de cualquier clase... Más vale pocos pero selectos y, como diría Virgilio, más vale un campo pequeño pero bien cultivado.

miércoles, julio 15, 2009

Los cerdos.


Ayer tuve un cónclave con tres hermanos muy queridos por mí, tanto que espiritualmente podría considerarme uno cuarto. Durante el mismo expuse las escenas iniciales y algunos conceptos básicos del guión que estoy escribiendo. Tras meditarlo, creo que no voy a escribir aquí la sinopsis, tarea engorrosa y que ahora mismo no tengo segura del todo. A algunos de los lectores de este blog os enviaré el guión, una primera versión, y si antes de ello os comento algo supongo que será a viva voz. Es mejor así, para no romper la magia de un proyecto que no se muy bien cómo clasificar, a mí que nunca me han gustado las etiquetas. Solo diré que su protagonista es Jonás Virgil y que empieza en un autobús, como me gusta que suceda en mis historias (aunque soy consciente de que no todas pueden comenzar así)

A veces me sorprendo de la gran cantidad de ideas y esbozos que tengo por mis cajones, como si fueran un almacén con víveres a la espera de tiempos de sequía creativa, una escasez que por fortuna no suele afectarme. Lo cierto es que me siento a gusto escribiendo este guión, y soy feliz por ello. Me entusiasma, supongo que porque tiene muchos aspectos personales, mezclados como siempre con la ficción de manera que proporciona una grata sensación catártica a la hora de escribir, a veces amarga pero del mismo modo que cuando tienes que tomar una medicina...

Con gran interés sobre todo he redescubierto la escaleta de ÍTAKA, la primera cosa que escribí justo después de reiniciar Filología en León. Ese sí que sería un buen proyecto para retomar, por no hablar de El ser reprimido, Lejos del Arco Iris... En fin. Más vale que sobren, eso es obvio. Aún no he podido ver el último capítulo de Pigmalión, pero en cuanto lo haga os pasaré otro pequeño recordatorio.

martes, julio 14, 2009

Vuelven las Piérides.

Quiero decir, vuelven las Musas. Disculpad el cultismo, estoy leyendo a Virgilio para continuar recogiendo los frutos del curso. Esto lo hago por placer, no por obligación, ahí está la clave. Hay gente que está esperando que llegue el verano para apoltronarse en alguna playa o piscina abarrotada, tostándose bajo los efectos nocivos del sol, aguantando las caídas pieles de los cuerpos ajenos o, en el mejor de los casos, avistando algún top-less en el horizonte con más o menos chicha... Yo no, a mí lo que me gusta del estío es el tiempo que tengo para escribir y para leer, ya sean clásicos o no. Aparte de otras muchas actividades, claro, no me las voy a dar de anacoreta. Pero es que a veces parece que durante el verano haya, casi por obligación, que hacer algo especial. ¿Y por qué? Si yo quiero viajar, y lo seguiré haciendo estos meses, me puedo dedicar a ello durante el resto del año, sin tener que soportar este puñetero calor que le hace ser la estación más detestable, al igual que detestaba los campamentos veraniegos (posiblemente en mi perjuicio, pero no por ello me arrepiento de haberlos detestado)

Este blog no suele irse de vacaciones, ha estado unos días inactivo por visitas familiares y por la deliciosa sensación de no hacer nada que uno puede permitirse en estas fechas. Es parte de mí, pero no me siento atado a él. En contra de lo que pudiera creerse, el juego de ordenador antes mencionado no ha tenido mucho que ver en el parcial abandono. Quería terminar la campaña, pero esta se está volviendo eterna. Ardió Troya, bajé al Hades y tras mil vueltas ahora andamos por Egipto, merced a todas las curiosas licencias que se han tomado los programadores del juego. Tras el encanto de la novedad ahora toca dejarlo un poco de lado, porque hoy mismo voy a proseguir con dos proyectos, ambos relacionados con mi título de guionista (que no es un título fantasma, ni un título momia)

El primero tiene el título provisional de Los cerdos, y es un guión de largo cuya escaleta he comenzado y que, a diferencia de anteriores tentativas, quiero acabar. Quizá mañana pueda colgar aquí la sinopsis, aunque siempre se me da mejor escribir mis ideas antes que explicarlas. El otro, desde luego, es continuar con los guiones de Pigmalión, cuyo séptimo capítulo se estrena mañana. Allá va el enésimo recordatorio:



http://www.pigmaliontv.com/



¡El juego continúa! Y esta vez sí que no me refiero a Age of Mythology...

viernes, julio 10, 2009

Va a arder Troya.


Madrid es una ciudad peculiar, agobia cuando estás cuando allí pero al marcharte sientes algo de nostalgia (a León le pasa algo parecido a veces) Lo cierto es que, de no ser hipersensible al calor, me hubiera gustado quedarme unos días más, pero creo que habrá mejores ocasiones a lo largo del verano.

Tras la tempestad viene la calma, y me siento un poco vago, con ganas de no hacer nada de provecho. Esa actitud, no obstante, se confronta con el deseo de ponerme a un par de proyectos literarios en breve. Después de ahorrar en Madrid por la técnica del despiste, me he comprado un juego de ordenador, cosa rara en mí. Pero tiene su lógica, se llama Age of Mythology y me atraía por varias razones, aparte del irrisorio precio:

1) Me permite recrear mitos que he estudiado durante el curso, sobre todo los griegos.

2) Es de estrategia, de ese tipo de juegos que hacen pensar, entretienen y de vez de cuando también te cabrean, y mucho.

3) El Héroes está un poco amortizado ya...

Lo estrené ayer y lo cierto es que me ha encantado, traté de compatibilizarlo con la escritura y la lectura con resultados un poco nefastos para mis ejércitos, que se perdían por el mapa para acabar más asaetados que un San Sebastián. Ahora mismo estoy en la toma de Troya, se nos dijo que duró unos diez años pero yo creo que, si Hefesto nos ampara, la tomaremos antes, pues ya estoy en el episodio del caballito de madera (que no sale en la Ilíada, aunque ese es otro cantar) El juego se toma licencias, desde luego. Como que los habitantes de la Atlántida ayudaron a los griegos (!) en la toma, o durante la misma aparecen héroes que no participaron como Hércules o Jasón, amén de muchas criaturas mitológicas emparentadas con las del Héroes. Aquiles no aparece por ninguna parte pero sí está Agamenón, el pobre sin pisparse de lo que le pasará cuando llegue a su casa...

En fin. Que está sitiada cual hija de la gran puta y que Paris se lo pensará dos veces la próxima vez antes de ceder a un ataque de lujuria. Ya os iré comentando acerca de mis proyectos, que no creo que vayan a verse resentidos por mi ansia de conquistar civilizaciones antiguas.

miércoles, julio 08, 2009

¡Bazura!


Ladran, luego cabalgamos (por cierto, si esta frase está en el Quijote yo no recuerdo haberla leído) Pero viene al caso respecto a los criticadores habituales de las fiestas del Orgullo, que cada vez parecen estar más de los nervios. Ya no saben qué sacar para construir algún argumento medianamente útil, lo último ha sido algo tan banal como la cantidad de basura que generan, algo que se podría aplicar a centenares de festejos y cuyo volumen varía según lo extendido de los mismos (y, en Madrid, ahora mismo no hay fiestas más concurridas que estas que acaban de pasar) Así que ya pueden acusarnos de basura moral y basura física. En general, ¡bazura!
Aunque yo odie las comparaciones, a veces más dañinas que un cáncer, no puedo evitar aplicarlas a dos fiestas muy cercanas entre sí, el Orgullo y San Fermín. A todos los que vienen con lo de circo y ridículo... ¿Qué es más ridículo? Con todos mis respetos, para mí es lanzarse a un posible suicidio televisado en directo (no en vano eran las fiestas favoritas de un conocido y suicida escritor) Pero no son tratadas por igual. Ni en apoyo institucional, ni en apoyo mediático. Tuvimos que soportar cómo el domingo por la tarde, en el telediario de la cadena pública, se sacaron de la manga un concurso de dobles del literato antes citado y, en cambio, no dedicaron ni un segundo a una manifestación que reunió a más de un millón de personas.
Sí, he dicho manifestación; no circo, ni fiesta, ni carnaval. Pero, eso sí, es una manifestación festiva, lo cual no tiene nada de malo. Vamos a empezar a triturar tópicos, porque aquí todo el mundo se cree con patente de corso para opinar, incluso cuando está a años luz de la idea sobre la que opina. La web de El Mundo sacó un artículo antes del Orgullo en el que un par de colectivos, de extrema izquierda y de extrema derecha, trataban de hacerse propaganda a base de criticar, más bien de forma zafia. Cuán cerca están los extremos entre sí... Yo me alegro de que surjan alternativas al movimiento más mayoritario, pero si el único bagaje que muestran son una catarata de tópicos y lugares comunes... Trataré de analizar alguno:
1) El coñazo de la carroza: vamos a ver, en esta manifestación hay dos partes que yo diferencio claramente. Está la primera, que contiene la cabecera principal y luego las asociaciones, sindicatos, partidos, ONG,etc. Luego están las carrozas, que a mí no me gustan especialmente pero no obstante respeto. Así que eso de los musculitos bailando encima de la carroza... No, que no. Los habrá, pero que no se conviertan en el emblema de la marcha porque sería denigrarla. Yo vi más bien una mayoría de gorditos velludos...




2) La fiesta: el Orgullo es una manifestación, no un sepelio. Se pueden reivindicar las cosas con alegría, que a veces se deforma hasta convertirse en esperpento, pero no hay por ello que culpar a la mayoría. Lo que pasa es que, claro, se refleja lo que vende, y también lo que se puede usar como arma. En el periódico no veréis una foto de la pancarta Escuelas sin armarios ni tampoco de alguna delegación de ciudad de provincias... Más bien podréis toparos con la enésima variación del mamarracho que va a lucirse y que le hagan fotos como si fuera un fenómeno de feria. Voy con otro símil, imaginad una manifestación contra el terrorismo en la que solo salgan reflejados algunos neonazis jóvenes junto a residuos falangistas y frikis por el estilo. ¿Es esto imparcial?
Y lo de la basura... Ejem. ¿Tendremos que clausurar también el Barrio Húmedo de León? Vale que mucha gente tenga un problema de civismo, pero eso no entiende de orientaciones sexuales. Y, si no, fijáos en las espichas, en las que se da una heterosexualidad apabullante como la que tengo pensado reflejar en mi próxima obra Esperando a Follot.
Así que, si a ellos les parece risible la manifestación, a mí me lo parece su actitud, unas pataletas que provienen del hecho de no saber meterse en sus asuntos y dejar a los demás que se metan en los suyos. ¡Hakuna Matata, vive y deja vivir!
Podría escribir cientos de líneas sobre esto, pero prefiero diversificar un poco mi escritura. Ayer me vinieron a ver las musas, así que ya tengo perfilados los dos proyectos que empezaré (pero no creo que acabe) este verano: uno cómico y el otro dramático, aunque sin pureza total en ninguno de los géneros. No abandonaré el blog, pero mis reflexiones no serán tan profundas como quisiera. ¡No se puede abarcar todo, my friends!

PD - Ahí tenemos a Claudia, desarrollando junto conmigo una labor insólita: dar apoyo a la policía para abrir paso a los políticos y demás capitostes. Los fucking jefes de la seguridad, jaja.

sábado, julio 04, 2009

La Tonta.

Cuando voy a Madrid, en vez de listas yo hago tontas, y esta vez con todo el sentido de la palabra. El jueves por la mañana debía de tener mi mente algo nublada, aunque no por la resaca, el caso es que metí todo tipo de chorradas que no creo que vaya a usar demasiado y en cambio me dejé la tarjeta de crédito. ¡Increíble! Si no fuera porque tengo unos amigos y una familia estupendos, merecería pagar la penitencia de ir a la concurrida plaza de Chueca con un cartel que pusiera MAMADAS A 5 EUROS. A este respecto diré que ayer me abordó una prostituta a vagina armada, en plena Gran Vía y a las nueve y media de la noche, menudo método de ganar clientes... Se me tiró literalmente encima, con una presa de kung-fu que casi no me pude quitar, me sentí agredido y molesto porque siempre me vengan las feas. Tenía que haberle dicho que no me gustaban las mujeres pero para qué mentir, me bastaba con añadir No me gustan las mujeres como tú. En fin, esas cosas solo pueden pasar en Madrid...
En fin, como no suele haber mal que por bien no venga, gracias al desliz no derrocharé en estos pocos días que voy a estar aquí. Y menos mal que son pocos, porque el calor me está atorrando y nuestro piso cada vez tiene menos muebles y más cucarachas. Je, je. No vuelvo sin un Cucal de esos, las mata bien muertas. Creo que todas las criaturas tienen derecho a la vida, pero en el caso de las cucarachas lo cierto es que tengo que revisarlo. Bueno, pues no añado mucho más porque el banco de este locutorio es casi peor que el de nuestras aulas de Filología. Hoy es la manifa, luego habrá que salir un poco a ver si podemos ver gente conocida entre todo el barullo, mañana espero ver al viejo amigo Hall y pasado al aún más viejo, como amigo, Hopewell, con quien estuve rodando un corto ayer de figurante, tarea en la que quizá aún se me recuerde de la serie Siete Vidas...

miércoles, julio 01, 2009

¡Hasta el Día Bisex!

Hoy por fin puedo decir que el curso está finiquitado, a falta de un par de créditos de Libre Configuración que quizá me saque en un curso de verano. Me sorprendió sacar buena nota en el desganado examen del lunes, por ello me he permitido el capricho de estrenar dos trapitos en la gran cena de filolologos de esta noche. Nada que vaya a sacar a los comerciantes de la crisis, puesto que estaban al setenta por ciento rebaja, a poco me los regalan. Pillé una camiseta con la inquietante faz de Heath Ledger como el Joker. Me da un poco de mal fario, dada la ironía de que ese personaje no murió en la película pero sí el actor en la vida real poco después, merced a una intoxicación de medicamentos. Yo hoy poco me voy a intoxicar, no en vano viajo mañana aunque desde Madrid estén llegando pésimas noticias de que el Ayuntamiento quiere cargarse las fiestas de Chueca, que para mí son las fiestas de Madrid. A la entrada del Sphera me abordó un compañero del Corte para ver si quería la puñetera tarjeta que me salió gratis (relativamente) cuando estuve trabajando allí. Me dio pena y la hice, pero no creo que me la concedan. Soy estudiante y sin ningún trabajo, ni siquiera precario. Y por ahora creo que seguiré así, porque de lo contrario dudo que fuera siempre limpio de curso en curso.
Hablando de esto, he estado mirando en el Diario el calendario del curso que viene, tanto con Bolonia como sin ella. Considero una de las mejores decisiones de mi vida el haber vuelto a acabar la carrera, y más aún porque me he librado a tiempo de los nuevos grados. 37 días más de clase les calcan, nada menos. No es que yo piense que tenemos demasiados días lectivos, pero son 37 días más que tenemos para estudiar, escribir, viajar o lo que nos pete. Y, en Bolonia, los exámenes de septiembre pasan a julio. Es decir, que si la cagas en junio pues no pasa nada, vas a la semana siguiente a la repesca, jeje. Por cierto, el día de inicio de mi curso es simbólico: 23 de septiembre, Día de la Bisexualidad. ¡Vaya! Yo esa jornada quería hacer un acto como el que al final no hicimos el año pasado, y espero que así sea, puede que dicho inicio sea tan solo la presentación con el rector y bla, bla, y que el primer día de clase sea un lunes, como es usual. Bueno, ya veremos. Ahora, a celebrarlo con los compis (y a aquellos que no tengan tanto motivo de celebración, al menos a darles ánimos...)