viernes, mayo 27, 2011

Paquito Chocolatero ad infinitum.


Desde hace tres años es costumbre que la temporada pre-exámenes coincida con las fiestas del colegio vecino, una circunstancia a la que son ajenos esos chavales tan entusiastas, que no llegan ni a la ESO, se quedan en Sexto de Primaria, que vaya usted a saber a qué equivaldrá de cuando yo iba al colegio, allá por el siglo pasado.
En realidad no me molesta para el estudio, pues el estudio serio llega la semana que viene, no he evitado sentir cierta nostalgia de los play-backs que llevábamos a cabo en los Maristas; y cierta envidia, también, ¿por qué no montaremos estas verbenas en Filosofía y Letras? Sería algo admirable el bailar Paquito Chocolatero con mi profesora de Literatura, esa que quiere despedir el curso metiéndonos en una pequeña representación teatral, aunque a mí por lo visto me tocaría el papel de espectador. (¿Todavía no he dicho que queda una sola semana de curso? ¡Pensaba que nunca lo podría decir!).
Lo de Paquito Chocolatero era ya obsesivo, en versión King África y con una coreografía digna de observar, parecía una verbena de pueblo pero sin alcohol (o al menos eso espero). El problema de esta verbena es que la DJ Monja repite hasta la saciedad las mismas canciones, aunque a los chicos parece no importarles demasiado: que si los waka-ecos del Mundial 2010, que si el Baile del Gorila (en serio), que si canciones de dudosa interpretación (ella me bate como haciendo mayonesa)... En fin. Este año he echado de menos las típicas dedicatorias, en plan a fulanito le gusta fulanita o a fulanita le gusta fulanito (cualquier otra opción es inviable).
A falta de eso, me pasmé al ver que, cuando la fiesta tocaba a su fin, un grupo numeroso de colegiales hacía sentada al grito de Del patio del colegio no nos moverán. Es verídico, no me invento nada, y por momentos me resultó una ironía sangrienta, nunca mejor dicho, respecto a lo que había sucedido en Barcelona por la mañana. ¿Será que ahora alternan el telediario con Bob Esponja? En todo caso, el motín duró poco y bastó la autoridad paterna-materna para que el patio haya quedado tan vacío como ahora mismo está.
Yo voy a seguir perdiendo el tiempo, en parte porque en mis neuronas aún resuena el inevitable waka-waka, así que voy a ver esa versión de Caperucita Roja que tiene los visos de ser una enorme patochada. Eso sí, tiene el aliciente de su protagonista. Hace poco la vi en la película Clöe, y sospecho que ha debido de interpretar a la Caperucita Roja con las tetas más grandes de todos los tiempos. Eso no lo tapa la caperuza...

lunes, mayo 23, 2011

MTC.

Dicen las estadísticas que en los lunes por la mañana hay un tres por ciento más de posibilidades de sufrir un infarto. Después de los resultados electorales, en algunas personas esa probabilidad habrá subido a un treinta, por lo menos... No en el mío. Yo, como todos los lunes, me he notado más dormido, pero me veía venir el cambio. Ayer fui a votar pronto, a las nueve y media, para quitármelo de encima. Tenía la creencia de que un concejal de Izquierda Unida le daría vidilla al gobierno municipal, pero ni por esas, aunque se quedó cerca. Mi voto se habrá contado como una anomalía en la urna y, posiblemente, con menos votos en blanco sí se hubiera logrado el concejal, puesto que esa clase de voto castiga en especial a los partidos pequeños, no a los grandes.
EL PSOE se ha equivocado en bastantes cosas, es algo que todavía puedo comprobar mirando el póster de propaganda colgado en mi facultad. En este, desde las Juventudes Socialistas se animaba a MTC. ¿Que qué quiere decir eso? Simple, Mueve Tu Culo, para ir a votar, claro está. Por si hubiera dudas, lo ilustraban con la foto de un bonito culo embutido en vaqueros (masculino o femenino, ¿qué mas da?). No se si el publicista encargado del mensaje estaría viendo el futuro y, de un modo perversamente irónico, quería dar a entender que en ese futuro iban a ir de culo.
El cartel quería combatir uno de los enemigos más temidos, la abstención juvenil. Pero creo que yerra un poco. Si los jóvenes no van a votar, no es porque no muevan el culo. Algunos, en efecto, no querrán moverlo. O estarán de resaca, aunque siempre es posible ir a votar de empalmada. O estarán fritos a exámenes y trabajos... Otros, en cambio, no habrán ido porque no han querido, porque ese es su acto de protesta. Yo por la ventana sí que vi bastante culos en movimiento, aunque dicho movimiento por lo general fuera poco ágil.
A mí no me ha extrañado en demasía el resultado de León, aunque el candidato fuera poco conocido, la gente votó al partido y en contra del PSOE. De este futuro alcalde al menos puedo decir algo positivo, que es filólogo (no obstante, creo recordar que en clase nos dijeron que Goebbels también lo fue). Espero que tenga una mente más abierta, si bien no le veo ni a él ni a ninguno de sus acólitos descolgando la bandera del arco iris del Ayuntamiento, ja, ja. Le espera una dura tarea, y yo ya he escuchado en varios ámbitos la palabra exilio, tan cercana a esta ciudad.
En fin. A mí sí que me toca mover el culo. No tanto moverlo como aplastarlo en la silla para alcanzar un buen resultado. Aunque conste que a mí por lo general me gusta estudiar de pie e incluso paseando, por eso reniego de la biblioteca; será que las neuronas también se ponen en movimiento...

sábado, mayo 21, 2011

El Circo de los Horrores.

Puede que sea una terrorífica coincidencia, o no, pero, ahora que el espectáculo del Circo de los Horrores está en cartel, mañana se avecina un espectáculo no menos grotesco, al menos para mí, pues dispondré de un palco en esta habitación para ver cómo las masas se abalanzan a votar a la derecha. Suerte que ya no soy presidente de mesa y no tengo que contar los votos, aunque, ¿para qué contar, con un resultado tan abrumador? Yo, si acaso, iré en calidad de votante. Tengo que reflexionar sobre ello, ja, ja. Eso sí, procuraré ir cuando no haya nadie, cosa difícil.
Da igual, ya se lo que espera a partir del lunes, salvo sorpresas. En el periódico El Mundo se citó a esta ciudad como la más envejecida del país (salvando Torrevieja, por eso de los jubilados), de todos modos yo no creo que el problema sea el envejecimiento de las personas, sino el de las ideas. Esto también puede afectar a jóvenes, como podré comprobar mañana, ya no es solo el desfile de antiguallas que se van arrastrando hasta la urna, con una fidelidad a prueba de todos los achaques. Algún político, en un raro acceso de sinceridad, ha llegado a decir que mejorar las comunicaciones servirá para que los jóvenes se vayan más rápido de aquí. ¡Eso sí que es tirar para casa!
Yo, al margen de las virtudes que aquí encuentre, las hay y no en poca cantidad, solo vine para hacer una carrera y, en esa lógica, mi previsión es marchar cuando la termine. Además, en mi titulación hay más salidas fuera que dentro, por mucho que en clase algunos profesores se empeñen en dirigirnos sin remedio hacia unas oposiciones. Claro que ellos no tienen una bola de cristal para discernir el futuro de sus escasos pupilos. Y yo tampoco, pero a medida que se acerca el último curso ya me voy formando una idea más nítida.
Me produce más interés el resultado del Festival de Cannes, que también conoceremos mañana. ¿Será este el año de Almodóvar? Parece que ha gustado con un cambio de registro contenido, muy lejos de cuando él mismo hablaba de celebrar erecciones generales, je, je...

miércoles, mayo 18, 2011

Tendencias mujeriles y varoniles.

Estoy asistiendo (al menos por las dos semanas que quedan) a una asignatura muy interesante en varios sentidos, Sociolingüística, si bien confieso que la cogí de rebote. La semana pasada estuvimos analizando las diferencias entre, por llamarlo de algún modo, el lenguaje masculino frente al femenino, en varios niveles. Respecto al léxico, confieso que me resultó un apartado chistoso. Supongo que las encuestas en las que se basarían para establecer las tendencias varoniles y mujeriles estarían ya un poco desfasadas, pues se trata de un campo que cambia con rapidez y ya se reflejaban ciertas transformaciones del tipo Estoy hasta los ovarios frente a Estoy hasta los huevos.
Esto de las tendencias, que no verdades absolutas, me sonaba a hombres cien por cien masculinos frente a mujeres cien por cien femeninas, si es que es posible esa concepción sin resquicios. Sea como fuere, yo no me sentía identificado. ¿A quién le hicieron esa encuesta? ¿A Torrente o a habituales de algún afamado pub del Húmedo los sábados por la noche? Eso de referirse a las zonas, ejem, erógenas de la mujer como muslamen o culamen... La última vez que escuché a alguien usando el sufijo -amen fue precisamente a una mujer. Y esos vocativos del tipo chati, princesa, nena, etc, etc... Nada, todo muy manido.
Pero mucho más divertido es contemplar las supuestas tendencias mujeriles. Esos eufemismos sí que ahora no se llevan, o al menos a mí me suenan repelentes, soltar Estoy mala para aludir a la menstruación o no digamos ya usar una cursilada como pompis para referirse a una parte de la anatomía humana tan digna de aprecio como el culo, al margen de que la función principal que tenga asignada no esté muy bien vista.
Es una auténtica pena que el trabajo de Gramática que tengo que hacer no sea tan entretenido como hablar de estas cosas. Es como entrenar con pesas, manejando dos manuales tan pesados en todos los sentidos... Alguna curiosidad aislada me entretiene, como que, mientras que en España se dice el tanga, en América suele ser común la tanga. Pero mejor será alejar de mí la imagen de esa ínfima porción de tela, pues ya en la facultad me ha dado calenturas, entre eso y la tensión baja estuve cerca de desmayarme. Suerte que mis hormonas se controlan mejor que las de ese ricachón francés que por lo visto puede ofrecer un millón de dólares por su fianza cuando lo más sensato hubiera sido que se los gastara en prostitutas de lujo con las que calmar su ansiedad de sileno.
En fin. Disipemos, al menos momentáneamente, esas trampas libidinosas puesto que estamos llegando al momento de la verdad. Sí, ¿de verdad es posible que acabe alguna vez este fucking never ending curso? Pronto lo comprobaremos...

domingo, mayo 15, 2011

Antepenúltimos.


El período pre-exámenes requiere, por qué no, algunas dosis de frivolidad y, por ello, ayer estuve viendo, a trozos, el festival de Eurovisión, aunque no soy muy fiel al respecto.
Quizá las apuestas se equivocaran sobre el ganador, en todo caso no lo hicieron las que vaticinaban un fracaso de nuestro país. Y es una pena, porque la chica lo hizo bastante bien, parece mentira que el Chiqui Chiqui quedara en un puesto mucho mejor. Pero, en fin, ya se sabe que aquí los criterios musicales no son los más decisivos y, de todos modos, tampoco está mal ser antepenúltimos. De hecho, la semana que viene es mi antepenúltima del curso y estoy deseando que llegue; preferiría que fuese la última, pero la espera tampoco se hará muy larga...
Lo cierto es que vi bastantes canciones que me gustaban, y que hubieran merecido algo más. Podría destacar, en conjunto, al cantante sueco, país en el que tengo parte de mi familia y por tanto me alegro de que quedara en segundo lugar; no se si él será sueco de nacimiento pues, contra el tópico, es moreno, en todo caso es muy guapo y he seleccionado una foto suya, bien mojadico, para abrir la entrada. También me llamó la atención el francés, ese sí rubio, con una canción tal vez más operística que de festival. Respecto a las mujeres, y como contraste con el conjunto de inmaculadas estatuas griegas que componían el conjunto azerbaiyano, recuerdo que me causó buena impresión la eslovena, por su vozarrón y corpachón, en el buen sentido, aunque se lo hubiera embutido en un vestido de furcia metálica. ¡Mejor ese estilismo que el de los gnomos moldavos, o el peinado a lo Cabeza borradora de los irlandeses!
Por lo visto, Azerbaiyán linda con Irán, y todavía no se sabe si los del turbante habrán montado en cólera porque en el país vecino vayan a organizar un festival con un numeroso conjunto de seguidores homosexuales. En general, los países acabados en -án no suelen ser muy gay-friendly que digamos, pero, en fin, eso será un aliciente más para ver la edición del año que viene. Eso y ver qué conejo se sacan de la chistera para romper la mala racha nacional pues España, para bien o para mal, siempre tiene puesto fijo en la fiesta. Y para reparar el orgullo patrio, a quien no le gusta la música... siempre tendrá el fútbol.

sábado, mayo 14, 2011

La insoportable levedad del blog.

Ya advertí de que en este fin de curso no vendría mucho por aquí (ni siquiera ahora debería haber venido, lo he hecho en vez de seguir con la Sodoma y Gomorra de Proust); por ello, no me enteré del fallo que hubo en Blogger el otro día. Tocaré madera para que no haya otro así y estas líneas puedan llegar hasta la red.
Desde los inicios de este blog siempre tuve cierto temor a que en cualquier momento esto se colapsaría y los cientos de entradas que he ido recopilando se esfumarían salvo algunas que he almacenado en el ordenador (y todas las entregas de la novela y los poemas, desde luego). Eso sería lamentable porque, a fin de cuentas, esto ya es parte de mi vida, de mi vida reciente desde que decidí iniciarlo en otoño del 2006, en otra ciudad y con otra ocupación. No todas las entradas han supuesto demasiado esfuerzo literario (como esta) pero a todas les guardo cierto cariño, por no hablar de los seguidores, las réplicas, contrarréplicas, etc.
¡Es el problema del formato! Tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Yo guardo cuadernos cotrosos de hace veinte años, por todas partes. Si hubiera un incendio o catástrofe similar, se perderían sin remedio. En cambio, si prendo fuego a mi portátil este blog no correrá peligro. Solo depende de factores externos que yo no entiendo demasiado bien, pues de informática siempre estuve un poco pez (por desgracia, ya me gustaría haber acabado de millonario como los protagonistas de La red social).
Bueno. Esperemos que no haya más accidentes. Yo regresaré en cuanto pueda. Quizá mañana mismo, si considero que no me he tocado mucho las narices...

martes, mayo 10, 2011

Faculty of Arts.

Para facultad, la que tenemos en este país para traducir libremente. Si nos vamos al cine, eso daría para muchas entradas del blog. Un título como Ice Princess puede derivar a algo así como Soñando, soñando, triunfé patinando. Creo que ni siquiera los niños, o niñas, público potencial, estarían tentados de ir a ver una película con un título tan absurdo y largo.
Ahora, en la Universidad de León, han sacado unos cartelitos para indicar mejor los edificios del campus, lo cual me parece bien, y han añadido unos subtítulos en inglés, lo cual me parece mejor. Me preguntaba yo: ¿cómo habrán traducido Facultad de Filosofía y Letras (aunque de lo primero ya poco exista)? Pues, si la memoria no me falla, como Faculty of Arts. ¿Facultad de Artes? No me parece muy apropiado. Si todavía tuviéramos una verdadera Facultad de Bellas Artes... No obstante, yo puedo sentirme identificado, en el sentido de que siempre me he considerado más artista que filólogo. Para mí, ser artista es ser alguien creativo, para ello no hace falta ir a la universidad ni ganar dinero... Una de las cosas que más echo de menos respecto al curso pasado es que sus asignaturas me permitían ser más, hasta cierto punto, creativo.
Por lo que se refiere al presente, canalizo ese espíritu a través de este blog, de la poesía, y de esa novela que me gustaría continuar aunque estemos en una época poco propicia para esa misión. ¿Quién sabe? Eso depende de cómo nos organicemos... Si veis que no aparezco demasiado por aquí, suponed que estoy bajo las tareas de la Faculty of Arts, o enfangado en el lodo de Los cerdos.

viernes, mayo 06, 2011

Free Day.

Nada de día libre... A qué negarlo, no se si será un hecho verídico o una sensación entre física y psicológica, pero desde el fin de Semana Santa el viernes me resulta un día algo lamentable. A lo largo de la carrera ha gozado de diversa consideración. En Primero había que estar a las nueve de la mañana allí para Lingüísitica. En más de una ocasión me junté con alguna borrachina que volvía en el bus a reposar su etílica figura. ¡Vivo contraste! En Segundo y Tercero, a gusto del consumidor, asignaturas optativas y en general un viernes poco comprometido. En Cuarto... Ejem. No se quién estructuró el viernes. Quizá sería filólogo, en todo caso no ingeniero. ¿Dos horas seguidas de Gramática y, después, aquella asignatura en la que la falta de masificación me resulta más revulsiva? Ohú... Al menos los cursos sí los estructuraron bien. Si el presente, en vez de llamarse Cuarto se llamara Primero, posiblemente habría dejado a mucha gente en la cuneta, tal vez empezando por mí.
Claro que uno siempre puede entretenerse con la campaña electoral. El lunes realicé un comentario pragmático sobre un folleto del candidato del PP, un señor que todavía no ha tenido tiempo de meter la pata y que, para comenzar con buen pie, afirma en dicha propaganda que los leoneses somos gente abierta, inquieta, genuina y auténtica. El significado de los dos últimos adjetivos no lo entiendo demasiado bien. También dijo que pretendía que esta fuese una ciudad divertida, aunque el concepto de diversión no sea igual, como es obvio, para todos los ciudadanos. Hoy mismo hay un concierto gratuito, y van y protestan porque dicen que es propaganda electoral. Pero, ¿en qué quedamos? ¿No querían que esta ciudad tuviera sus ocios? A ver si hay que limitarse a los dos santos, Juan y Froilán...
Si el caché de los artistas es muy alto, igual hay que pensar en entretenimientos más baratos. ¿Un botellódromo? Eso nunca falla aunque, a falta de espacios habilitados, siempre tendremos el Genarín. Yo veo como idea menos descabellada el follódromo que proponía Carmen de Mairena en su campaña. El problema es que tendría que ser un follódromo muy discreto, porque en esta ciudad la discreción en algunas personas pasa de ser una precaución a convertirse en una paranoia teñida de aroma provinciano. Pero, en fin, algún uso se le podría sacar a tanto piso vacío, ¿no?
Yo hoy, ni conciertos ni mítines. Me he vuelto más de sábados. El viernes me conformo con deglutir algunas de las mayores sandeces que estos ojos hayan visto o que estos oídos hayan escuchado a lo largo de este curso al que por fortuna solo le quedan veinte días (¡contados! Y quizá alguna hora que le descuente).

miércoles, mayo 04, 2011

Misión cumplida, de momento.

No me refiero a lo de Bin Laden, sino que, tras casi un mes de espera, ha salido la nota del parcial de Gramática y me he topado con un ocho que no esperaba... Ah, bien empieza el florido mayo.
Respecto a lo de Bin Laden, me ha asaltado la idea de que deberían hacer una recreación fílmica que fuese dirigida, escrita y protagonizada por Sylvester Stallone. Sí, sí, entre una secuela de Los mercenarios y la quinta de Rambo. ¿Que está un poco viejo ya para esos trotes? Bueno, ¿y la magia del cine? Una historia así no puede desaprovecharse: tiene ecos de Far West, de James Bond, incluso de Saw (por eso de las torturas en Guantánamo) y, además, también permitiría lucir algo de músculo dramático. Con el asunto de una de las víctimas, una mujer utilizada como escudo humano, ¡qué buen monólogo escribiría Sylvester, para demostrar que no todo es repartir mamporros! Ya lo estoy viendo, recitando con una voz descompuesta (o, mejor dicho, la voz del doblador): ¡Tú no estabas allí! ¡Tú no tuviste que mirarle a los ojos...!
Si no nos ponemos muy fieles a la realidad, ¿no sería la misión cumbre de Rambo antes de jubilarse? ¿Qué son un puñado de militares birmanos? Buah... Puestos a deliberar sobre posibles proyectos fílmicos, por absurdos que estos suenen, yo apuesto por una nueva reunión de los fundadores del Planet Hollywood, ya no en cameo sino en un canto del cisne final a la caza, que no captura, de Bin Laden. ¿No es mejor un trío de action-heros antes que un grupo de soldados anónimos?
Por mi parte, solo me queda un asalto a la fortaleza gramatical, y para colmo es el primero, siete de junio, así que iré entrenando mi comando de neuronas, al que últimamente no maltrato en demasía.

lunes, mayo 02, 2011

De regentas.

Si no puedo hacer más largo, o más interesante, este primer post del mes, echadle la culpa a esa magna obra de nuestra literatura, llamada La Regenta. Es la segunda vez que la leo pero, a diferencia de la primera, esta es fruto de la obligación y debo completar su lectura aprisa y corriendo, por lo que en algunos pasajes farragosos se me hace detestable. Solo por esas circunstancias, conste, lo cierto es que tanto en una como en otra vez me he podido declarar devoto de esta novela, llena de grandes creaciones como esa expresión, rubia lúbrica, que espero poder aplicar a alguna persona sin que se sienta ofendida.
Este mes es cansino, porque no tiene ninguna fiesta y porque es mes de elecciones. Cuando se trata de elecciones generales, en marzo ya las hemos ventilado. No obstante, también hay aspectos positivos: es el último mes y no me han llamado para formar parte de ninguna mesa electoral. ¡Qué suerte! Cuando tuve que ser presidente de una de estas, me di cuenta de un par de cosas: que no tengo conciencia de barrio y que ese dicho de que en León nos conocemos todos no es más que una hipérbole. Se cumplirá, si acaso, en aquellos con tendencia a meter las narices en todo, como ciertos habitantes de la Vetusta de Clarín, que se basó en Oviedo y en la que he encontrado no pocos puntos de similitud con esta ciudad en la que habito, aunque quizá en las próximas elecciones ya no lo haga.
Cuando llegue el día sabré si quiero ir a votar, pero me cansa, solo hay dos grandes partidos y cada vez son más parecidos. Ya se acabó el tiempo de votar a los menos malos para que no salieran los otros. Además, ya veo el colegio de monjas cada vez que me asomo a la ventana, ¿es que también voy a tener que ir allí a votar, ja, ja? ¿Para qué? Poco hay que ver. Gente votando, luciéndose y haciendo corros, dando soluciones para la ciudad y preguntándose que por qué los jóvenes se van de esta moderna Vetusta, aunque algunos regresen por razones pragmáticas como es mi propio caso.
De todas maneras, lo de las elecciones me preocupa muy poco, no es algo que vaya a solucionarme la vida, en comparación con el trabajo diario. Me vuelvo con mi regenta, y regresaré cuando el ladrillo esté concluido, o a punto de concluir.