miércoles, octubre 31, 2007

Timofónica strikes back!


La verdadera película de terror es la que he tenido que pasar yo en este mes de conexión en conexión y tiro porque me toca. Yo creía que iba a solucionarse con la entrada en la era Wifi, pero esta ha demostrado que no es de fiar, y que más vale la vieja técnica del cable por el culo porque, a fin de cuentas, para qué el Wifi si esta es la única habitación en la que utilizo el ordenador? Pero resulta sorprendente cuando menos. Si pagas a una empresa es para que el servicio te vaya perfecto, no para que vaya tirando, a saltitos o despacio. Esas limitaciones las podría afrontar si estuviera hurtando la red, pero apoquinando...

En fin. A todos los que celebráis Halloween, pues a pasarlo bien. Yo, en parte, sí que hubiera deseado haber salido, deseo que contrasta con mi somnoliento estado frente a estas teclas, mientras navego a la búsqueda de algún filme de terror. Hablando de salir, he de señalar que, a fin de cuentas, en todo este mes lo he hecho todas las semanas, frente a mi convencimiento a priori de que no sería así. Todos los sábados, y un día por semana, bien aprovechado, creo que a falta de mayores estímulos es todo lo que necesito. No seré yo, desde luego, quien cometa la regresión de entrar en un proceso de mímesis con un universitario medio. Prefiero la calidad....

lunes, octubre 29, 2007

Breve crónica del disparate informático.


En el inicio de esta semana, más que puente un acueducto con alguna clase aislada a modo de islote, debería haberme trasladado a aquella cueva de Alí Babá llamada Campus de Ponferrada, a recuperar de una vez por todas mi título tan merecido como poco valorado.

No obstante, ha habido una emergencia. Mi portátil, ya casi una alargación natural de mi brazo, entró en la UCI el sábado pasado, exhausto tras una intensa vida de servicio. El coma se instalaba dentro de la tendencia de este mes: teclados desconfigurados, conexiones subterráneas que a veces afloran, etc. Veo la luz al final del túnel, hoy ha llegado el router con el que cual creo que entraremos plenamente el siglo XXI. Celebremos ahora que el viejo HP (vaya dos letras que escogieron para llamarle) esté recuperando su energía de cara a servir una vez más en el propósito de trasladar la escaleta de ÍTAKA a un soporte duradero. Larga vida tenga.

sábado, octubre 27, 2007

ÍTAKA, primer pasito.


Aprovechando que me ha llegado una fuente de red de origen, nunca mejor dicho, divino, solo quería decir que esta tarde estoy terminando la primera escaleta del guión de ÍTAKA, y por ello estoy muy satisfecho, tras el pequeño parón que tuve a mediados de mes, he demostrado ya desde el principio que, si vine primordialmente a centrarme en la carrera y en mis proyectos, centrado estoy, y que dure. Nada más por ahora, no sea que me vuelva a quedar a dos velas.

Menudas ganas de entrar en la era wifi...

miércoles, octubre 24, 2007

FUCK OFF KACINSKYS!! (o como se diga)


Es posible que la semana esté siendo algo turbulenta. Ya en el terreno de la simple meteorología, que si ahora cae chaparrón, que si ahora parece que sí pero luego no. Es algo intermitente, como mi presencia en las aulas y como la conexión hurtada que en los últimos días se resiste más a dejarse utilizar por nada. Ha habido otros aspectos que no han arribado a buen puerto. Pero, aún así, está muy lejos de poder ser considerada una semanis horribilis.
Aspectos varios nos disuaden de poder pensar así. Al comenzar la semana, me agasajé con un apropiado regalo de cumpleaños, esta camiseta con el rostro de Hitch, que para mí es lo más parecido a llevar el rostro de Dios, idea en la cual reincido tras leer en un libro las vicisitudes de sus rodajes. También había comprado un par de mamonadas en el mercadillo romano del Corte Inglés, sorprendiéndome de que dicho centro pudiera albergar una iniciativa cultural, en vez de las habituales pibas bailando en bragas. Por ser un lunes de mañanas, estaba prácticamente solo, y con el aroma del incienso y la banda sonora de Gladiator se me creó el ensueño de trasladarme a la antigua Roma, donde siempre he creído, y lo mismo de Grecia, que tal vez podría haber llevado una existencia más plena. Quién sabe, quizá en otra vida fuera un fundador de la Legio VII.
Por otro lado, ya estoy inscrito en el taller de literatura creativa del MUSAC, aunque mi plaza aún no es segura. Si lo es, tendría la ventaja de salirme por diez euros frente a los desproporcionados setenta que vale la misma actividad organizada en el Albéitar. Respecto al Internet, estamos llegando a la era Wifi, que nos viene con un poco de retraso pero al menos podrá solucionar de una vez estos vaivenes blogueros que en los últimos días he tenido que zozobrar. También, y en esto sí que llevaba haciéndome rogar desde verano, he comenzado En busca del tiempo perdido, de Proust, y la verdad es que dicho título no podía venir más al cuento para este curso. Hasta se lo podría haber plagiado para el guión que me encuentro escribiendo. Es más, creo haber entendido el significado de la famosa magdalena que siempre sacan a colación cuando se habla de esta obra. Cuando oí hablar esta tarde de una supuesta espicha de mañana a la que no tengo pensado asistir, aunque por ciertas razones debería, el cerebro se me retrotrajo hacia las mismas espichas del campus de Ponferrada, ciudad donde da la impresión de que es más rentable un centro comercial o una niña embarazada que una escuela de cine, solo que cambiando la cucharada de té con migas por el sorbo de calimocho con bollu preñau que mañana dudo que pueda llegar a saborear. Mal empezaríamos. Si acaso, en algún momento como ocasión especial…
Sin embargo, y por si alguien no ha comprendido el título, la mejor noticia para mí de esta semana es que Europa se ha librado de su último reducto reaccionario, aunque quizá no del último racista, viendo a Suiza. La peor exportación polaca desde el anterior pontífice ha recibido una doble patada en el culo correspondiente a ambos gemelos que casi convierten la celebración del Orgullo en Varsovia en algo tan peligroso como si se celebrara en Teherán. El próximo, Bush. ¡Ya queda menos!

domingo, octubre 21, 2007

APUNTES DOMINICALES


Aquí estoy de nuevo, un año mayor en cuerpo y experiencia pero jamás en espíritu. Como nos hallamos ante un domingo tonto, Silly Sunday, pues me propongo a picotear un poco de aquí y de allá.

- De la celebración de mi cumpleaños: fue íntima, reducida pero a mí me gustó, sobre todo porque los incidentes de la misma noche de hace un año ya parecen lejanos. Que, aunque sea ahondar en lo obvio, vamos para arriba, y de vez en cuando se tienen más ganas de tomar las copas en casa antes que pagarlas a precio asequible comparado con el de Madrid pero aún así gravoso para las alforjas del parado. En mi defensa he de añadir que anoche fue la facción más joven la que nos disuadió de salir por el Húmedo un rato. Pero sus razones tenía, oiga. No las escribo, pero las respeto. Piso franco forever.

- Del estreno de mi cumpleaños: hace un año coincidió en la misma fecha el estreno de Yo soy la Juani, un filme lleno de eslabones perdidos, triste anticipatorio de verdaderas tropas de macacos como las que íbamos a encontrarnos aquel mismo fin de semana. Pero claro, la película pinchó. Sin ser del todo una basura, el público al que iba dirigida prefirió gastar su dinero en el tunning, las pastis y los tangas del Carrefour antes que sentar el culo en una butaca. Como el cine español es incomprensible, ahora preparan una segunda parte.
En esta ocasión han estrenado otra película que también saca los instintos más primitivos del homo sapiens, aunque en este caso con mayor éxito de público y, por increíble que resulte, de crítica. Eso sí, la campaña promocional en España está siendo absolutamente demencial. Del original Superbad han traducido a Supersalidos, y han asignado la estrategia publicitaria a una revista de esas de culos y tetas. Por lo general, las películas suelen destacar las reseñas positivas de periódicos, revistas especializadas, siendo elitistas algún Cahiers du Cinema, algo así. Pues bien, la única que tiene el cartel del filme es de la susodicha revista de tetas y culos, que también debo suponer fue la encargada de enviar a la presentación de la cinta a una tía rubia de nombre extranjero que no pinta nada en la película, que creo que es actriz y sale en una serie que yo jamás he llegado a comprender, se que salen policías, y su única finalidad en la foto imagino que era esta de florero junto a los tres feos (alguno no tanto) protagonistas.
El guionista de esta película es Seth Rogen, que ya hizo una buena labor en la comedia Virgen a los 40, y del que dicen que junto a otros de la tropa están formando un resurgimiento de la comedia friki americana, pero con cierto marchamo de calidad. Yo espero ver el filme y ya os comentaré, pero vamos, que si por el marketing tuviera que fiarme, sospecharía que estoy ante la cosa más descerebrada posible y saldría corriendo hasta encontrar al Bergman más cercano. Ya veis. A fin de cuentas, esto también es una vuelta al cine de los 60-70. Pero no al que hablábamos el otro día. Más bien al de Porky´s, Desmadre a la americana y la ya citada Revenge of the Nerds.

- Del outing (salida del armario) de mi cumpleaños: no, no hablo de mí ni de nadie real. Hablo de una noticia que me sorprendió. Mal que le pese a Alejandro, voy a hablar de Harry Potter. Su última entrega no me sorprendió nada, pero sí la declaración de su autora, de que el director del colegio de magos, Dumbledore, era homosexual y se enamoró de su compañero Grindelwald, a quien en dicho tomo se presenta como muy atractivo. Eso sí, luego su amado se pasó al lado oscuro y tuvieron que hostiarse a varitazo limpio. Pero, caramba, señora Rowling, esto sí que es una historia de puta madre, ¿y va usted y me aburre hasta la saciedad en su desenlace con los previsibles amoríos de los adolescentes, desembocando en un final de lo más conservador y, peor aún, abierto a secuelas? Bueno, la sorpresa es relativa, porque ya me imaginaba que en ese internado tenía que haber más armarios que en la saga antecesora de Narnia. Eso sí, la veda se abrió a posteriori. Primero, el Potter cinematográfico dice que no le importaría hacer de gay. Ahora, esto. Y para la próxima película, menudo cachondeo, a ver si se va a malinterpretar toda la protección que el anciano siempre quiso prestar a su pupilo. En fin. Teniendo en cuenta que lo escribe una mujer, a mí siempre me ha parecido curioso que, bajo mi punto de vista claro está, esta serie esté llena de personajes masculinos bastante más enigmáticos, oscuros e interesantes que los femeninos. El último secreto acaba de aparecer. Pero es una pena que no lo sacara en papel. A fin de cuentas, eso no le iba a hacer menos millonaria, y sí más rompedora. En el peor de los casos, los polacos meterían a Dumbledore en el gulag de los personajes infantiles invertidos, en la celda contigua a Twinky Winky. Pero sería un riesgo perfectamente asumible.

viernes, octubre 19, 2007

EASY RIDERS, RACING BULLS: UNA HISTORIA ÉPICA. PARTE 2


Disculpad los problemillas informáticos que he tenido los últimos días, son todos producto de una mala conjunción astral o algo así, y tan solo me queda agradecer a quien me cede de manera caritativa este flujo, con perdón, de Internet, que me sale por la cara aunque sea bastante malillo, ya dijo por la mañana el profesor de Latín que nadie da duros a dos reales.
Me toca los huevos porque yo esto lo tenía que haber escrito posiblemente ayer, hoy al fin he retomado el guión de ÍTAKA y estoy bastante entusiasmado con su avance y una nueva alternativa de resolución que me ha surgido. Por tanto, no creáis que vaya a dedicar el mismo esfuerzo neuronal en ambas acometidas. En correlación al ensayo de Peter Biskind del que hablamos, ahora he comenzado un nuevo libro, también en inglés, sobre la década de los sesenta, ya convulsos en todo el mundo y especialmente en los Estados Unidos de América: Vietnam, derechos civiles, lucha afroamericana, liberación de la mujer, drogas, beatniks, hippies, incluso el Stonewall… En 1969, una pequeña película de moteros iba a dar un petardazo que soliviantó el anquilosado sistema cinematográfico del Hollywood de aquel entonces. Se trataba de Easy Rider, desde luego, aunque el pistoletazo de salida ya lo había dado un par de años antes Bonnie and Clyde, una película de género que subvertía los roles generales del viejo esquema: los héroes son los bandidos, la autoridad el villano. Aunque hubo muchas películas míticas durante aquella última edad dorada, sin duda Easy Rider es la que podría considerarse testamento de la época. Y abrió la veda a un nuevo y numeroso grupo de cineastas, la mayoría jóvenes y muchos procedentes de la televisión o de escuelas de cine en las que se entusiasmaban con los autores del cine europeo u oriental (sí, aquellas mismas películas que nos ponían en Ponferrada y el profesor debía pedir que la gente se callara, snif, de una puta vez). Algunos de estos nombres no os sonarán de nada, y ello es debido a que, como ya hemos dicho, es esta una historia épica con muchas bajas por el camino. Por poner algunos nombres, pues Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Peter Bogdanovich, William Friedkin, Hal Ashby, Paul Schrader, Robert Altman… Luego llegó otra generación posterior, que había mamado la teta televisiva más que la del cinefórum, aquellos de los que dijeron que destrozaron el cine, considero que injustamente, instalando la mentalidad del blockbuster. Y son dos nombres bastante más mágicos para mí que todos los anteriores: George Lucas y Steven Spielberg.
Y las obras que produjeron, aparte de las citadas, refresquemos tan solo un poco la memoria: El padrino, Taxi Driver, Tiburón, La última película, El exorcista, Chinatown, Star (of course) Wars… La lista completa acojona, pero solo pongo algunas famosas.
Era un tiempo en que el director era la estrella. Como cita uno de los testimonios, estaban haciendo las películas que querían hacer. Pero esa libertad también fue su tumba. La fama, las drogas y, sobre todo, una megalomanía rampante, les llevó a afrontar proyectos cada vez más suicidas que en casos acabaron con su carrera y en otros casi con su cordura. Con dos películas buenas, les decían que eran unos genios y, claro, se lo creían. Y sin tener a nadie que les dijera que no, se convirtieron en dioses próximos a su caída, hasta el restablecimiento del orden en la década de los 80, con Reagan en el poder del país y los ejecutivos en el de las productoras, regresando a una comercialidad a ultranza, con excepciones, que es lo que ha llegado hasta nuestros días, aunque en los años 90 surgiera un tipo de cine independiente del que el Peter Biskind habla en otro excelente tomo que también encontraréis en la misma colección y que habla de Sundance, Miramax, Tarantino, etc.
Bueno, yo he de confesar que en mi ideario posiblemente pese más el cine de los 80 que la contracultura, pero considero que por aquel entonces se hacían filmes comerciales, sí, pero que no estaban reñidos con la calidad, nada que ver con la gran mayoría de estrenos veraniegos actuales. Bajo mi punto de vista, debería haber espacio para ambas propuestas, cada una en su campo. Porque a mí me gusta compatibilizarlas, tanto desde el punto de vista de espectador como de creador. Si veo a los Abrasadores como mi propia saga de aventuras, también escribo ÍTAKA como algo muy personal, íntimo y de presupuesto ínfimo. Y, de aquellos viejos autores que algunos ahora están muertos, otros haciendo telefilmes y algunos aún en activo aunque por lo general sombras de lo que fueron, me quedo con el Lucas que logró ponerme los pelos de punta con el Episodio III, antes que con el oscarizado Scorsese de Infiltrados, aunque al menos dicho filme le dio un premio que ya merecía y logró reunir en la gala a los Cuatro Fantásticos de antaño. Poco importa que hayan perdido un tanto su fuerza. Quien tuvo…
Ahora, que todo el mundo preconiza la muerte del cine, realmente yo no se hacia dónde se dirige todo esto. Yo tengo suerte porque, sobre todo, me considero escritor. Y, de momento, nadie va leer libros por el móvil. Porque es un puto coñazo. Me gustaría rodar este guión, la verdad. Hace cuatro o cinco años, a saber, comencé a trabajar en el mediometraje El ser reprimido. Una vez terminado, y como ha sucedido también este año, hubo quienes, incluso gente del equipo, prefirieron quedarse solamente con los aspectos negativos. Y otros, entre esos me incluyo, que aún pensando que solo llegaba a la categoría de ejercicio, por lo menos bajo su roñoso envoltorio latía una historia digna de ser contada. Porque eso es lo que soy yo, un contador de historias. Poco me importa cómo lo haga. Puedo filmarlas, escribirlas, recitarlas o cantarlas, pero todo viene de la misma manía de crear. Ya lo dije, y Oli está de acuerdo conmigo, que este oficio es duro. Y que ninguno veremos el cielo, aunque esta frase no es mía. Si yo no hubiera rodado El ser reprimido, ni el documental sobre el MAL, ni Vagos y Maleantes, yo no estaría aquí. Desde luego que si ruedo mi guión no lo haré de esa manera, pero todo el recorrido me ha valido para saber qué es lo que quiero y qué no. Se que no estoy en Berkley durante los años 60, estoy en la facultad de Filosofía (sin Filosofía) y Letras de León, pero, en diferentes contextos, para mí de aquí también se puede sacar arte. Podría hacerlo de la malhablada profesora de Lingüística, o del también malhablado y filósofo a su manera profesor de Latín, con su teoría, desde la izquierda eso sí, de que España se rompe, y de su inconformismo del que mete las mismas hostias contra la Religión que contra la Educación para la ciudadanía, y que habla de la homosexualidad en Grecia con una normalidad pasmosa que sin duda en la clase del colegio no hubiera presenciado.
Todo es vida, una vida de la que mañana cumplo un año más, y orgulloso aunque a veces no nos parezca digna de vivirla. Es mentira, merece la pena, de ser vivida y narrada, aunque para ello tengamos que transformarla. Yo os digo, amigos y familiares, que no creo que vayamos a ser la generación que salve el cine español, que esto quizá sea tan solo una quimera y luego muchos acabemos de funcionarios, lo cual al menos sería un empleo fijo. Pero, si se diera la oportunidad, leed este libro, un par de veces como he hecho yo si es posible para quedaros con la inmensidad de los detalles, y aprended de él. De lo bueno, y de cómo no caer en los mismos errores que cometieron sus protagonistas, aunque a veces es complicado, porque suele ser el mismo sistema el que nos pone la trampa.
Sin saber qué me deparará el futuro, lo que si se es que necesito estímulos, y este libro es uno de los grandes. Seguiré escribiendo, porque creo que ahora mismo es la mejor manera de llegar a mi aniversario, y pardiez que solo pienso ya en acabar esa primera escaleta que, no sin temor, pondré en las manos de quiénes lo requiráis para su valoración.
Verba volant, scripta manent.
Recordadlo, y que el gobernador de Libia me permita estar con vosotros al menos veintiséis tacos más.

jueves, octubre 18, 2007

EASY RIDERS, RACING BULLS: UNA HISTORIA ÉPICA. (1ª parte)





Ya lo dije el otro día, por necesidad o falta de previsión debí desprenderme de varias posesiones materiales, pero tan solo las tenía como eso, mera materia fácilmente sustituible. Puedo tirar un secador o un foco que me hayan valido diez, quince euros, aún cuando se encuentren en normal funcionamiento. Posiblemente prefiera ceder su espacio a algún libro que me haya costado solo cinco, pero cuya estimación personal vaya mucho más allá del simple objeto. Sí, me gusta establecer relaciones con mis libros, las cuales consigan evolucionar al mismo tiempo que lo hago yo, se que no descubres lo mismo en una obra a las quince años que a los veinticinco, tampoco si lo haces en cada ocasión en circunstancias distintas.
Tomemos, como ejemplo característico, el libro que da título a esta reseña. Acabo de terminar mi segunda lectura del mismo, esta vez en inglés, que es su idioma original. Aclaremos términos, yo no soy de releer. Si regreso a un libro, y lo hago además en relativamente poco tiempo, es porque ese libro es especial para mí. Llegué a él mediante un artículo de la Fotogramas de hace algunos años. Me imagino que sería el 2004, porque en dicho año me trasladé a Madrid, y nada más llegar allí comencé a leerlo de una peculiar manera. Se iniciaba por aquel entonces otra relación de connotación literaria, pero que iba a terminar mal: la de la FNAC, que ya de no otorgarme trabajo al menos hizo los efectos de biblioteca porque yo, ya en aquellos comienzos intentaba ahorrar, me negué a comprar el ejemplar por veintiocho euros, fijaos que finalmente Paco me lo terminaría regalando en Bethesda a la razón de dieciséis dólares, que al cambio sale a perrilla. A pesar de ser un tomo grueso, cuatrocientas páginas de letra pequeña, yo lo devoré aún en incómodas posturas, ni siquiera tomaba la molestia de trasladarme a la contigua sala de lectura. De hecho, es el único libro que he leído de esta manera. Imaginaos qué efecto debió provocar en mí para que llegara a ese extremo.
Tras esta larga introducción, bueno sería explicar de qué va, aunque ya os haya dado pistas en mensajes anteriores. Es un libro sobre cine. Un ensayo, vaya. Pero no un estudio plomizo sobre películas, qué va. Si lo he subtitulado como historia épica, es porque me lo parece. Una de las principales razones por las que uno puede caer bajo la magia de una lectura es por el poder de su identificación con la misma. Se que en términos básicos, podríamos recurrir a lo de que se parece tanto como una pera a una manzana, pero, aún en circunstancias de tiempo, espacio y condiciones muy distintas, esta epopeya me recuerda a la nuestra propia. La mía, y la de tantos amigos, compañeros y algún familiar que tenemos el deseo de, si no triunfar, al menos poder vivir de lo que consideramos nuestro verdadero trabajo, que es el arte, principalmente relacionado con el cine, pero a efectos colaterales puede ser también la televisión, la literatura, etc. Cada uno en nuestro ámbito, que tampoco es que sea un compartimento estanco, pero lo bueno es que suele ser complementario con el de los otros. Van a cumplirse diez años desde que comenzamos con nuestras primeras mamonadas, y por aquel entonces el futuro aún quedaba muy lejos. El panorama tampoco es tan desalentador. De aquellos primeros cortos, si así pueden ser llamados, algunos de los que allí salieron lo hicieron como mero colegueo, y sus trayectorias han continuado alejadas del mundillo. Otros, aún seguimos intentando abrir brecha. Víctor y Jose están trabajando en la tele, puede que sus programas no pasen a la historia pero peor sería que no hubieran logrado meter el pie. Nacho está comenzando, y ya ha realizado papeles en los que no reconoceríamos a aquel antiguo señor Paralítico. Y yo, ejem. He seguido una caótica senda, digna de un caótico pensamiento. Pero, en contra de lo que pueda parecer a veces en este blog, no me siento acabado. El grupo ha fluctuado entre épocas, abarcarlo por completo sería ingente labor: desde la peña de León hasta el gang de Vagos y Maleantes, pasando por la sección ponferradina… Muchos de ellos han sido como sombras de las que no he vuelto a saber nada en absoluto. Esta vida que hemos elegido… Es despiadada. Ninguno veremos el cielo. Como tampoco lo verán los personajes de este libro que me propongo comentar, si de momento no lo hago es porque mi ida de pelota resulta inevitable. A fin de cuentas, esto es un ejercicio de literatura comparada en cierto modo. ¡Solo que no es ficción, es la vida real! La novela coral ambientada en Hollywood de finales de los años 60 hasta comienzos de los 80, frente a nuestra historia, escrita a caballo de varias ciudades y que tan solo se encuentra en su primer acto.
Damas y caballeros, ahora sí, disculpen este larguísimo NODO, en la próxima jornada procuraré centrarme un poco más y quitarle razones a quien haya pensado que como crítico literario no valgo un centavo (aunque como profesión desde luego que está bastante lejos de entusiasmarme)


lunes, octubre 15, 2007

¡Qué desperdicio!


A nadie le recomiendo, por razones físicas et psicológicas, que realice dos mudanzas el mismo año. Para quien no tenga otro remedio, puede leer esta crónica:


RELAX - El sábado noche, triunfante el gregarismo sobre la sensatez, salgo de fiesta con un límite marcado, las dos de la madrugada, que previsiblemente se excede hasta las tres. La razón de este síndrome de Cenicienta fue que mi salida hacia Madrid se llevó a cabo finalmente a las siete AM del domingo. Pude arañar dos horas para el sueño, más que necesario aunque no suficiente, y hasta ese descanso me lo quisieron arrebatar. ¡No sabían ellos el percal que iba a encontrarme a mi llegada! En fin. Confieso que mereció la pena.


NO RELAX - ¡Pero los excesos se pagan! Hablando de pagar, al menos me ahorré el billete de autobús, porque mi hermano Paco, que vino a ver el concierto de Héroes del Silencio, en el primer día, que el segundo lo glosa Hopewell en su blog, me llevó hasta el aeropuerto. ¡Vaya! Me trae una claqueta desde el mismísimo Hollywood y encima haciendo de transporte. No lo merezco. Huelga decir que casi todo el rato estuve en estado similar al sueño. Pero llegué.


RELAX - Norte a sur. En mi regreso a Acacias, sabía que lo peor estaba por llegar, pero aún consideré que para el fregoteo quedaba rato. Craso error. Pude meterme un plato de pasta, pero no se respetó mi sacrosanto momento del té porque resulta que...


NO RELAX - ... vino Hopewell para anunciar que Mr and Ms. Caseros iban a llegar hacia las tres y todo debía quedar más o menos limpio, Nacho y yo adoptamos los roles de curritos que pasaban por allí para arrimar el hombro con la bayeta, muy creíbles, y hubo que comenzar la operación que da nombre a este post: sí, un verdadero desperdicio, tanto ayer como hoy. Que nos perdonen el premio Nobel de la Paz, Al Gore, y todo el equipo de dicho programa, Jose entre ellos, pero creo que no ganaríamos ni el beneplácito de uno ni los eurillos que regalan los otros. Como si el globo se estuviera hundiendo, lo cual me recuerda a cierta y famosa entrevista de trabajo, arramblamos con todo y lo tiramos por la borda, sobre todo cacharros de la cocina, muchos de los cuales no valdrían ni para quincalla, y lo bajamos para el cuarto de basura, con las manos en los bolsos y silbando como si nada. ¿Reciclaje? Ese es el tipo de cosas que se hacen bajo presión. En aquel momento había un examen que pasar, y lo pasamos. Como premio...


RELAX - ... y pese a que ya no disfrutaba el descuento de empleado, los tres convenimos en bajar a Telepizza a por un 2 x 1, inventando una nueva mezcla (atún, pepperoni y pollo) que creo se podría patentar. Ah... THE LAST PIZZAS. Y la última comida del trío allí. No nos pongamos sentimentales, que aún falta lo más triste. Por lo menos, el resto del día fue relax. Llevé unos pocos trastos hasta Manuel Becerra, donde me esperaba Claudia y la nueva habitante félida del piso, una bola de nieve mimosa. Y luego, hacia Bilbao, para el reecuentro con Oli, desde aquel acontecimiento clave en el Pabellón de Congresos que, como un ecuador, marcó la línea entre los hemisferios de Madrid y León. Íbamos por la calle Fuencarral, yo con la maleta vacía, y me resultaba algo extraño ya, un trayecto hacia al final del cual se selló una despedida que, aunque quizá solo sea hasta dentro de un mes, marca por el momento el fin de una época. Snif.

Suerte que pude animarme gracias a mi último filme allí. REVENGE OF THE NERDS. En esas circunstancias, cualquier comedia, aunque sea una chorrada como esta, se agradece. A fin de cuentas, yo también soy novato en mi universidad. Qué pena que no tengamos hermandades de esas con letras griegas. Todo sería más divertido. Al final, me emocioné tanto que casi salto de la silla para gritar también eso de: ¡Yo también soy un nerd!


NO RELAX - Llegan los frutos de mi lerdo raciocinio. Como no pude distribuir mis bártulos mejor, ahora toca seleccionar y cabrearse al ver una maleta a explotar de la cual tengo que excluir cosas que, si no tienen valor sentimental, al menos quizá expuestas en el Rastro me hubieran dado unos aurelios. El mismo oso de la serie Vagos y Maleantes estuvo a punto de ser adoptado por Nacho, pero luego recapacité. Soy más piadoso con los plantígrados que nuestro monarca. Ups. A ver si me cierran el blog.


RELAX - En un tiempo muerto en nuestras respectivas mudanzas, Nacho y yo reponemos fuerzas. Como sea que no hay ni sartenes ni cazuelas, nos hacemos THE LAST BOCATAS, y por un momento el tiempo se detiene, y doy fe de todos los momentos que hemos compartido hasta ese entonces, de los tres pisos que han visto desarrollarse nuestras andanzas en Madrid, y la verdad es que no le abandono por gusto, al menos queda en buenas manos. No escribo más porque me da mal karma y al menos tuve la suerte de que...


NO RELAX - ... al bajar me encontré de nuevo con los caseros y les disuadí de subir, asegurando que ya quedaban pocos bultos. A partir de ahí, ya todo se aceleró. En Telepizza no encontraban mi finiquito y les dije que allí me lo guardarn, que total debe servir para comprar un bonobús a lo sumo. Cargado cual mulo, a punto estuve de coger un taxi, pero un cajero estropeado me quitó esa opción. ¿Acaso no hay que sufrir? Pues con esfuerzo llegué hasta la estación. Llevaba la maleta de espaldas, así que, simbólicamente o no, era imposible ir más contracorriente.


RELAX - Bueno, pues solo faltaba que pagando 34 euros de billete no pudiera relajarme. Además, hubo tiempo para la comedia, al ver que alguien puede ser tan friki como para poner de politono en su móvil los pitidos de R2D2.

Y, dado que en León ya no tengo que valerme tanto por mí mismo, pude acarrear los restos del naufragio en coche hasta casa, donde aún esperan que mañana los acomode, buena falta haría una limpia general que me temo no podré llevar a cabo por una hora de Latín metida con calzador, esa asignatura una y mil jodidas veces aprobada.


En fin. Ahora es momento para estar tristes. Y considero que eso no es algo grave. La comunidad del Anillo se disgrega, pero confío en que al final todos nos reencontremos en Mordor para una victoria final.


(Menudo final digno de Games Workshop)

miércoles, octubre 10, 2007

La jodimos.


No, no se trata de que hayamos jodido nada. Es que esa es la frase mítica de la película Easy Rider, que vi ayer. Aunque, ahora que lo pienso, hoy me ha venido a la mente en más de una ocasión. De hecho, ahora mismo tenía pensado hacer un post más o menos largo acerca de dicho filme, en qué circunstancias llegan su visionado, y cómo podría influenciar en mi obra a plazo corto y medio. Pero hay unos molestos deberes que me esperan para ser realizados, puede que del mismo nivel o menor de los que teníamos que hacer en segundo de BUP, oraciones de latín de las que creí que podría olvidarme ya, pero ni de ellas ni de las de inglés. Dos asignaturas que ya tenía aprobadas y que, a menos que me sorprendan la semana que viene, tendré que seguir cursando en esta cuasi interminable vuelta para atrás que me lleva a tiempos ignotos resucitados ante mi pasmo. Ni siquiera se si me los preguntarán mañana, aunque siempre podría decir: Preferiría no hacerlo, como Bartebly el escribiente, de Herman Melville.

Me siento estafado de nuevo por esta universidad. Pero, ¿sabéis qué es lo peor? Que esta mañana tuve la oportunidad de protestar contra la misma, por su subida de tasas y otras cosas. Y no lo hice.Pero, en fin, parece que ya no estamos en Berkley en los años 60, y que las situaciones de la ficción se escriben antes incluso que acontezcan en la realidad. ¿Y por qué?

Por casi una hora de felicidad. Lo cual no es poco.

Tan mayor y con deberes.

La jodimos.

lunes, octubre 08, 2007

¡Menos mal que no me quitaron el título!


Aunque habrá quien se extrañe, voy a hablaros de una autodenominada comedia social que se estrena este martes en Antena 3. ¿Significa ello que os anime a su visionado, en detrimento de los Herederos de la Primera? Que me parta un rayo si es así. Nada de quitar audiencia a Hopewell ahora que van para arriba. Tan solo voy a comentar un poco porque me ha hecho gracia tanto el nombre como la temática.
Se llama El síndrome de Ulises y está protagonizada por Miguel Ángel Muñoz, que siempre llevará en su carrera el lastre de haber sido el perillero de UPA Dance. Por lo que he leído, trata sobre un joven médico llamado Ulises (muy obvia la metáfora, en mi ÍTAKA no habrá ni Ulises ni Penélopes) que, tras haber estudiado en Estados Unidos con la pasta de su familia rica, vuelve a su país natal para descubrir que se han arruinado y acaba currando en un centro médico de algún sitio parecido a Las Barranquillas o a algún poblado en el que los gitanos no tengan tanto dinero como tenían los asiduos a Telepizza.
Teniendo en cuenta que las series españolas suelen ser tan solo simples y malos refritos de las americanas, al menos la idea me parece un tanto fresca, otra cosa es cómo la lleven a cabo. Si de verdad hacen buena comedia y no acaba derivando hacia el melodrama buenrollista de personajes marginales, verdadero cáncer de nuestro cine. Y, claro está, también habrá que ver si MAM es capaz de desarrollar un personaje que al menos sobre el papel se ve complejo. Ahora es la tuya, tronco. A modo de curiosidad, esta serie tiene el primer personaje fijo interpretado por una mujer transexual, Carla Antonelli. Confío en que no se quede en mera figura decorativa.
ÍTAKA también podría haberse llamado El síndrome de Ulises pero, sinceramente, creo que prefiero mi título. Mi idea era comenzar hoy a trabajar en ella, pero me adelanté y llevo tres días seguidos, incluso ayer después de la Saturday night, escribiendo sobre personajes, escaleta, la estructura… Como no es un guión fácil, ni a mí me gustaría que lo fuera, iré añadiendo escenas con primor de cara a un primer tratamiento que enseñar a, como diría Oli, los sospechosos habituales. Motivación no me faltará. Y si me falta me la otorga el libro que estoy releyendo en inglés, Easy Riders and Racing Bulls, haré artículo exclusivo sobre él.
Algo se mueve aquí en el poblacho. De momento, voy a ver si me apunto a un taller de escritura que hay en el MUSAC en diciembre. Un mes que, al menos el año pasado, no pudo ser más creativo.

domingo, octubre 07, 2007

I ANIVERSARIO DEL BLOG LOS ABRASADORES PARTE II


Nuevo año, perspectivas nuevas. El primer post no podía estar más envenenado, por suerte el resto no seguiría la tónica, salvo excepciones. El regreso a Madrid se marca con el estreno del corto Escombros, y tienen lugar las primeras reuniones creativas de Vagos y Maleantes, fuimos tan rápido (para bien y para mal) que a mediados del mes siguiente ya habíamos rodado los dos primeros episodios, que ahora mismo están en el segundo y tercer puesto de los más vistos.
Para que conste que no ha sido tanta mi vagancia, ya desde dicho mes comencé a echar currículos, pero nada. Al menos me puse a escribir Los Abrasadores: Guardianes del Umbral y me impuse ciertas medidas de ahorro. En fecha tan poco chistosa como el 11 de marzo grabamos dos episodios más, y es muy especial para mí el del inolvidable Iñigo de Urrunsolo. Inspirado por el genial Truman Capote, escribo Breakfast at Rodilla´s. Y aunque las entrevistas de empleo no llegan, mi hermano Paco me da una gran alegría. La posibilidad de visitarle ya no solo en su domicilio de Washington, sino de pasar semana y media en California, en tres visitas tan espléndidas como las de San Francisco, el parque nacional de Yosemite y el valle de Napa. Yo acepto sin dudar, porque es una oportunidad única, aunque se que si quiero disfrutarla tendré que renunciar a coger cualquier trabajillo que me den, a menos que sea verdaderamente digno de arrebatármela. Tan solo la FNAC pudo haber evitado el viaje, pero en cambio me enfrentó a una de las situaciones más ridículas de mi vida. Lamento amargamente no haber narrado la entrevista.
En abril, el blog sufre un parón después de su episodio más doloroso, una batalla interbloguera que por suerte no dejó bajas. Para recuperarlo con fuerza, proclamo la I Semana del Orgullo Bisex y ya al mes siguiente narraría las crónicas de San Fran desde allí. A la vuelta del viaje, obligado a permanecer en León y con mucho tiempo libre, mando el blog a Cambio Radical, añado secciones, enlaces y demás. Para compensar el olvido de la FNAC, acepto una entrevista en Games Workshop tan solo para insuflar un poco de surrealismo friki en el blog. No decepciona. Dicho mes también se emite el, por el momento, último episodio de Vagos y Maleantes, que muchos consideran el mejor. En el aire está la posibilidad de que vuelva. Gran parte del público lo pediría, quitando a cuatro estirados, pero la decisión depende de nosotros. Como responsable último, yo desde luego convocaría una asamblea de reflexión para todo el equipo en la cual poner en claro qué es lo que se ha hecho bien y qué es lo que no, una medida bastante improbable pero aún es pronto para saberlo, dedicaré un post entero a la posible continuidad de dicha serie, aunque la red tampoco quedó huérfana de proyectos similares, con el estreno veraniego de Independizados, a la cual le queda cuerda para muchísimo rato.
Como me asustaba la posibilidad de no haber trabajado en todo el año, acepté lo que para mí era el escalafón más bajo dentro de mis aspiraciones, el Telepizza. Para mi sorpresa, dos meses después no lo abandoné con aire decepcionado, sino con la posibilidad de quizá poder volver en el futuro en una u otra ciudad. Agosto suele ser un mes duro para mí, pero este año no solo no fue así, sino que durante una visita relámpago a León llegó la esperada instantánea que se ha convertido en foto oficial del blog: los Abrasadores, los de verdad. Finalmente, en septiembre hago recuento, a mi pesar, de todos los disparates universitarios que he cometido, una especie de reflexión acerca de por qué he llegado a ser el más viejo de mi clase. La decisión de mi regreso ya está tomada, no es fácil pero al menos gracias a la misma puedo empezar a extraer desde el fondo de mis entrañas el que, con el permiso de los Abrasadores, va a ser el proyecto leonés de esta nueva etapa. La construcción de ÍTAKA empezará aproximadamente este lunes.
Espero que dentro de un año, en el segundo aniversario del blog, tanto ese como otros proyectos hayan avanzado de manera positiva. Cuento con vuestro apoyo, que desde aquí agradezco deseando que una vez más y hasta siempre que el gobernador de Libia os acompañe.

viernes, octubre 05, 2007

I ANIVERSARIO DEL BLOG LOS ABRASADORES. PARTE I.






No pudieran ser más distintas las circunstancias que diferencian la onomástica de San Froilán de este año respecto al anterior. Mucho ha cambiado, otro tanto cambiará. O al menos debería. Me dispongo a redactar una breve disertación sobre este período de tiempo, concluyendo con una mirada hacia el presente y el futuro a modo de colofón.
El blog se llama Los Abrasadores porque una de sus principales misiones, si no la fundacional, fue la de propagar sus aventuras de manera universal. No obstante, la publicación por capítulos de la primera novela fue un fracaso. Y no me extrañó. Lo que no quieras para ti, tampoco para los demás, y yo por el momento aborrezco de leer libros virtuales. Por ello, aunque tal vez las celebraciones familiares y mi afán de motivación tuvieran mucho que ver, decidí publicarla pagando, una decisión que no me satisfacía pero al menos pude ir calibrando las reacciones ante el inicio de la saga, y estudiarlas de manera comparativa respecto al libro anterior, El diez por ciento.
Los Abrasadores jamás han abandonado un blog que sin embargo tuvo su primera entrada importante no el 5 de octubre, día de su creación, sino un par de jornadas después, el sábado 7. Ahí tuvo lugar un punto de giro en mi existencia. El incidente de los Five Carros marca el principio del fin de mi estancia en la secta-empresa El Corte Inglés. Qué duda cabe que mi parte de culpa tuve. Si uno se va de fiesta, bebe como una esponja, duerme una hora y luego se dirige hacia su empleo para vaciar cinco carritos llenos de tochos, lidiar con clientes cabreados y con un jefe al borde del infarto ante la avalancha de diccionarios y catecismos de Santa Teresita del Niño Jesús, bueno, se ha ganado su escarmiento. Sin embargo, esa fatídica fecha me confirmó en una tendencia, en la cual espero no errar, de que en dicho trabajo no trataban a todo el mundo por igual, y que la reacción furibunda hacia mi persona quizá se hubiese mesurado algo respecto a algún otro empleado, no digamos ya si llevara falda, cuando aún se estilaban allí las faldas. Poco importa que a partir de aquel entonces comenzara a mejorar mi puesto, porque la decisión ya estaba tomada y era bien consciente del riesgo al que me sometía. Perdí mi estabilidad laboral, no volví a recuperarla. De haber permanecido allí, trabajando entre libros y con buenos compañeros, quizá este regreso pudiera haberse evitado. Pero a veces basta una pequeña chispa para arrojarlo todo por la borda. Y esa fue la del Five Carros Affaire, no se si sumada a otras más ancladas en el subconsciente que en todo caso podrían plasmarse en diarios no tan públicos como este. Por cierto, en el post en el que me despedía del trabajo, concluí con una frase, Regreso a Ítaca, que estaba sin duda anticipando situaciones del futuro. Y después del Corte, ¿qué?
El blog se consolida en este mismo ordenador leonés desde el que os escribo. Gracias al mismo, comienza a gestarse un proyecto que nació casi al mismo tiempo, la serie cómica Vagos y Maleantes, inspirada por la británica Little Britain, que descubrimos ese mismo otoño. También diversifico un poco los contenidos al introducir críticas de películas, libros e insufribles sagas épicas. Mientras, sigo intercalando capítulos de Los Abrasadores: Contra la Banda de la Piedra, y escribo una versión corregida y aumentada de la misma, que lamento mucho no haber podido editar para su lectura, porque hubiera dado bastante que hablar y, además, es la que yo quiero sea definitiva, pues el segundo libro enlaza con partes de ella. Llegan las navidades, con ellas ya al fin la novela publicada, el filme fantasma del Gnómobil y Papá Noel me deja en los calcetines un par de retoños del blog. En realidad, uno llegó en noviembre, y es el blog del bueno de Oli, que acaba de resucitar gracias a una transfusión de energía siciliana en vena. Un espacio en muchos aspectos bastante superior al mío, que además era interactivo y contaba con una lograda serie de colaboradores que confío regresen en un futuro cercano, y lo digo por los demás porque yo estoy dispuesto a volver a escribir allí desde ya.
Luego llegó la niña, en color rosita además, un blog mucho más personal que cualquiera de los que haya leído nunca y con el que establecí una cierta relación incestuosa que en ocasiones podía llegar a las hostias mutuas. Prolífica como ella sola, Alicia abrió sucursales de su espacio, hasta que, como suele suceder en muchos casos, fue absorbida por una multinacional que le otorgó un mayor número de seguidores pero también marcó la que, por el momento, es la fecha de defunción de su blog, que sucedió más o menos al mismo tiempo que la del fundador del imperio, Jesús de Polanco. En estos momentos, Alicia se ha retirado a una cueva hacia la cual todos sus fans, y yo el primero pese a los dimes y diretes, esperamos que algún día llegue un chorro de tecnología que nos devuelva sus absolutamente imprevisibles y geniales creaciones. Cariño, el mundo de la hostelería no te merece.

miércoles, octubre 03, 2007

Triste y plúmbeo (por el clima) primer día.

Sí, conste que solo por el clima. Quizá hubiera quien creyó que iba a decir que fue una mierda pero... La verdad es que salí satisfecho. Y eso que soy un fantasma no matriculado, oficialmente una sombra allí debido a la atorada burocracia universitaria. Incluso de aquellas asignaturas que confío me sean convalidadas, y me temo que serán pocas, salí contento. De la doble ración de Teoría de la literatura, la primera bastante dormido (en Madrid no madrugaba), del profesor de Latín con sus filípicas sobre asuntos varios, de la profesora más malhablada a la que he escuchado en mi vida, y que nos da Lingüística, del Inglés y del hueso de Lengua que veremos si es para tanto.
Era jornada partida, a mediodía fui a buscar a Irene a LADE (Irene todavía lees este blog o estás muy ocupada con esas cosas económicas? jaja) y nos bajamos a tomar algo. Tanto ella como otros compañeros de clase recién han aprobado la selectividad, lo cual tanto me rejuvenece como me crea una cierta sensación de estar fuera de lugar, aunque no debería. Es normal que los primeros días, hasta que me acostumbre, pueda hallarme como en una cierta burbuja, pero mientras pueda sentirme satisfecho, como estos días, no habrá más señal que necesite. Ahora ya solo falta que, una vez conozco ya más o menos el plan de la carrera, organizarme con lo de fuera de ella, que no son precisamente actividades extraescolares, sino de aquellas para las que realmente me veo para trabajar.
Y hoy no pongo foto. Que es medianoche y mañana no hay siesta que valga. Ohú.

martes, octubre 02, 2007

Mañana voy a clase. ¿Pero qué estoy escribiendo?


Bueno, tampoco es que me sienta como si acabara de aterrizar en Urano, pero un cambio como este no se asume en un par de días. En realidad, aún no estoy matriculado, por esos rollos de papeleo en los que ando inmerso desde hace casi un mes. Por ello, voy a ir a clase, pero a la mitad de ellas no se si realmente mi presencia allí va a estar motivada o no. Es lo que hay, pero espero que dentro de una semana ya esté en situación legal. Los de esta facultad ya pueden ser flexibles respecto a ello, porque, al menos de lo que deduje observando los tablones de notas, estas más bien van a parecer clases particulares. Si después de comenzar la docencia sucediera el hecho kafkiano al máximo de no obtener matrícula, me iban a oír los de esta universidad, lo que pienso de ellos y no digamos ya de su titulito de cine.

Por suerte, el horario es bueno. Martes por la tarde a viernes por la mañana. Eso hace factible, amigos madrileños, la posibilidad de largos fines de semana en que pueda visitaros, al menos mientras no haga algún retorno cazurro telepizzero. Para mi primer día he quedado con los pocos, pero muy buenos, colegas que estudian allí. Ni ellos ni yo realmente creemos que vayamos a coincidir este año. Es como si me hubiera metido en el Delorean o algo así. No es que pretenda tomarme este curso como un Desmadre a la americana o una versión más paleta (si cabe) del American Pie, pero aún no puedo evitar sentirme algo infantilizado. Y no se por qué, dado que en la universidad, especialmente en carreras sin futuro como esta, he visto a gente de edad más que respetable. Pero bueno, después de ver cómo se movía Franco a sus 62 el otro día, estimaré que la vejez lo es sobre todo de espíritu. Lo que peor llevo son los madrugones, pero eso es tan universitario como los bocatas de la cafetería o el... ¡mierda, se me olvidó comprar el bonobús!

Uno que está acostumbrado a vivir en el centro...