jueves, diciembre 31, 2009

De Disney a Disney.


Un viaje que empieza con Disney y acaba con Disney, aunque su contenido básico esté adscrito a un hospital, no puede ser tan malo. El sábado pasado tuve un programa doble Mulán y Jorobado de Notre Dame, y el martes en mi apartamento de Santander vi Tarzán. Ahora que la 1 va a dejar de emitir publicidad, podrían aprender los malditos bastardos de la 4 y no poner anuncios justo cuando el desenlace de dichas películas está en su apogeo. Ya no se respeta nada... En fin. Nada más por este año, que estoy más ocupado que el conejo de Alicia (sin ambigüedades, por favor, ya ha habido bastantes...)

Como dice el emperador de Mulán: No por mucho que sople el viento el tronco recio se dobla, o algo así. Un gran lema para, esperemos, un gran año en el que no creo que siga el ritmo que he seguido en este blog y en cambio sí espero darle caña al poético.

Feliz 2010.


PD-He conseguido escribir mi primer post desde mi nuevo portátil. yupi! Gracias Pacoción.

sábado, diciembre 26, 2009

A different Christmas.


Porque las Navidades son un reflejo de la propia vida, no iban a ser todas iguales, lo cual denotaría por otra parte cierta sensación monótona. Las hay mejores, peores... Las de este año parecen tan surreales como las de hace tres, aunque por motivos bien diferentes.
En fin. Tengo muchas cosas que preparar y poco tiempo que perder. Mañana me voy de viaje casi hasta el fin de año (o sin el casi, este tipo de planes se hacen sobre la marcha) Me llevaré este portátil sustituto, a la espera de configurar su sucesor, y como imagino que tendré Internet quizá esta no sea la última entrada del año.
Si lo fuera, os deseo un feliz año con buena salud, buen trabajo y, last but not least, buen amor en la medida de lo posible. Que el gobernador de Libia nos siga amparando.

jueves, diciembre 24, 2009

Cargantes.


No tenía pensado escribir hoy, ha acaecido una circunstancia desdichada por la que, con toda seguridad, estaré esta noche de amo de casa y de cena. Por ello me falta humor, y humor también me faltó ayer al ver la película Gordos, y eso que se supone que es una comedia sui generis. Su visionado me impele a escribir.
Más que cargados de peso, los personajes de esta película son todos cargantes. Da igual que sean más gordos o más delgados, jóvenes o mayores, guapos o feos, todos me resultan insoportables y casi a nadie puedo salvar de la quema. Me pasa como con los monstruos antes mencionados, son carne de loquero aunque en este caso su monstruosidad solo venga de las grasas sobrantes. Tenía la sensación de que esta película no me iba a gustar, y mira que me gustó Azuloscurocasinegro, la primera película del director, muy beneficiada también por la presencia, y las canciones, de mi antigua vecina Lantana.
Como todas las películas corales, no todas las tramas tienen el mismo interés y, lo que más me ha enervado, la mayoría de los personajes se comportan de un modo absurdo, con motivaciones incomprensibles. No se por dónde empezar... Quizá se lleve la palma la familia en la que todos son gordos menos un chaval insoportable que no se cómo no se lleva una somanta de hostias y que además, yendo de chulito, se echa a lloriquear a la primera de cambio. ¿Y ese vídeo porno de los padres gordos exhibido, nada menos, que en las noticias de la noche en Cuatro? Personalmente me he sentido más ofendido con el personaje que más protagonismo tiene y sus dos metamorfosis imposibles. La primera: de presentador delgado y masculino a gay gordo, con pluma y mala leche, cliente asiduo de chaperos. La segunda: ese mismo gay gordo se convierte, voilá, en heterosexual delgado al que, no obstante, le sigue gustando tener sexo per anum mediante arneses. Y se tilda a sí mismo de heterosexual reprimido... ¿Pero es que no existe la bisexualidad? Creo que Sánchez Arévalo, presumiblemente hetero, se desorienta, nunca mejor dicho, cuando habla de homosexualidad. ¿Y ese terapeuta al que no le gustan los gordos pero es infiel con una gorda? ¿Y esta misma gorda que, de repente, se convierte en una loba, depredadora sexual sin complejos? ¡Ohú!
Otro motivo para mi cabreo es que, como decía en este mismo blog, esta película está trufada de despelotes, la mayoría gratuitos, que distraen, creo yo, de la carga de profundidad que quiere dar a sus historias. Resulta ridículo ver esas panzas que casi no dejan ver los penes, o esas mujeres imaginadas por Rubens. A diferencia de las otras gordas (las mentiras), aquí el yogurín de la cantera televisiva es el único que no se quita los pantalones... Y no digo que la gente gorda no tenga derecho a desnudarse, claro, pero en este caso parece haber un exhibicionismo incontenible.
En fin, estas son fechas para engordar, ya pude verlo por la cola que había esta mañana para coger dulces (y eso que fui el segundo...) así que os aconsejo moderación, que no tengáis que abonaros a la operación wiikini, y brindo con todos vosotros por una Nochebuena que, para mí, no será tan buena como otras anteriores, pero las Navidades aún son largas para enderezar la situación y hacer en Nochevieja lo que no se podrá hacer hoy.

miércoles, diciembre 23, 2009

El trabajo no nos hará libres.


La buena noticia de estas fiestas es que, por ahora, no me he puesto malo, y en eso ya hay diferencia respecto al año pasado. La mala, que lo que no han logrado los virus lo lograrán los trabajos, las lecturas y los exámenes que tengo asomando la patita por debajo de la puerta. Súmese todo esto a algún problema imprevisto y se tendrá un fin de año, y comienzo, bien agitados. Hoy leí un demoledor artículo sobre la universidad en el Diario y creo que los estudiantes puede que seamos parásitos, que solo pagamos el ocho por ciento del coste que generamos, pero no somos vagos. Yo al menos. ¿Cómo serlo, si las clases en diciembre cada vez acaban más tarde, y los exámenes en enero cada vez empiezan antes? Rememoro el letrero de Auschwitz, que unos chorizos tuvieron la indecencia de intentar robar, con su lema trufado de un infame humor: El trabajo os hará libres. A mí, sin ironía, creo que el trabajo no me hará libre esta Navidad. Pero lo asumo, no todos los cursos pueden ser iguales y , ojeando un poco el temario, veo que en el pasado he lidiado tareas peores, saliendo airoso.
Ayer vi Donde viven los monstruos, una película curiosa de un curioso director. La premisa, que parte de un cuento con apenas un puñado de frases, es esta: un niño se enfada con su madre y sale corriendo, llega hasta el mundo de los monstruos, o algo así. No son monstruos malos como en otros cuentos (aunque sí feos de cojones), pero constituyen una especie de enorme psiquiátrico, algo así como un Monstruos al borde de un ataque de nervios con las más variadas patologías: celos, incomprensión, envidia, psicopatía, etc. Parecen pedir a gritos, y aullidos, que venga el Freud de los monstruos en vez de ese rey niño que poco puede hacer por ellos. Aunque, si tuvieran espejos donde pudieran ver sus horrorosas fachas, creo que la depresión no se les curaría con facilidad... Los bichos se divierten haciendo el animal, por supuesto, y cuando el chaval ve que puede convertirse en filetes decide echar agua de por medio.
No se, no me convenció del todo. Puede que sea cine infantil sui generis, pero prefiero el de mi época, no era tan lírico pero al menos ganaba en entretenimiento y diversión. Quien quiera ver cabreos monstruosos, que vaya a la oficina de empleo, al aeropuerto o que pregunte a alguien que, teniendo menos suerte que yo, se haya esmorrado tras resbalar en el pavimento, no precisamente anticaídas, de la calle Ancha. Si no vengo antes, ¡feliz Navidad!

sábado, diciembre 19, 2009

En busca de las páginas perdidas.


Ayer terminé el segundo volumen de En busca del tiempo perdido de Proust, titulado A la sombra de las muchachas en flor (curioso título teniendo en cuenta mi situación de este año en clase) He tardado menos de lo que creía, entre dos y tres meses, dado que lo he ido degustando a breves sorbos, de lo contrario podría haberme empachado su exceso de diserciones y arrebatos líricos. Pero me gusta, eso está claro, esa es la razón de que me trague semejantes mamotretos y no el hecho de presumir de su lectura. Comencé esta saga al mismo tiempo que la carrera y lo más probable es que la acabe a la par, pero no se si lo haré en papel o en soporte digital por el problema que ahora os narraré.
Mi ejemplar, un obsequio de los Reyes de hace un par de años, es un libro de bolsillo de Alianza Editorial, con unas 640 páginas. Las últimas 50, a medida que iba leyendo, se despegaron hasta el punto de que acabé leyéndolo como por fascículos. Ayer después de comer, en el momento de poner el punto y final, no estaba de excesivo buen humor. Tuve que cambiar dos veces de portátil, porque el mío ha entrado en una especie de Era de la Oscuridad en la que, aunque su funcionamiento es perfecto, la pantalla no se ve... Parece como que estos cacharros estén programados para no vivir más de un lustro, pero aún tengo esperanzas de devolver la vista a mi sufrido compañero de andanzas. Mientras trataba de aclimatar el actual portátil, el ramalazo proustiano se me hizo tan cargante que usé el libro como lanzamiento de peso, mandándolo al carajo con todas sus hojas sueltas volando por ahí. Ya lo dijo Edgar, es otoño y por ello es normal que se caigan las hojas. Pese a tamaño sacrilegio, luego ordené el desenlace y pude terminarlo bien.
Este hecho me ha llevado a valorar más los libros digitales, aunque por otro lado he comprobado que uno tampoco puede fiarse mucho de la tecnología... Para el tercer tomo, y más largo aún, El mundo de Guermantes, procuraré cambiar de editorial, es un escollo necesario para llegar al cuarto, ese que a priori más me interesa dado su título, supongo que no elegido al azar: Sodoma y Gomorra. Bueno, un libro roto también tiene su romanticismo... ¿O no?

jueves, diciembre 17, 2009

Sirenas anticlases.


Hoy se repitió casi punto por punto el guión de hace un año en estas fechas: cae una gran nevada, suspenden las clases y nosotros nos enteramos cuando, ejem, ya hemos subido a la facultad, para luego acabar en la cafetería. Esta vez variaron un poco las circunstancias, y todo fue más divertido en general.Anoche ya predije que esto podría suceder, de todos modos no me arrepiento de haberme dado la caminata por la nieve, como pisando huevos.
Esta mañana, armado de paciencia y botas, llegué a clase quizá un poco más tarde pero no mucho más. En contra de lo que pensé, más de la mitad de mis compañeros acudieron y la primera clase la dimos con total normalidad. Para cuando el decano se despertó, o al menos eso parece, decidió suspender las clases pero nosotros, que somos así de repelentes, quisimos iniciar al menos la segunda. Nos encontrábamos en plena exposición cuando de repente sonó una estridente sirena, como si fuésemos a ser bombardeados en breve. Captamos la señal y salimos con premura. Tras lanzar unos cuantos bolazos de nieve de rigor fuimos a la cafetería, donde nuestra profe nos invitó a un cafeté y yo aproveché para sacar unas fotillos (¿o es fotillas?) que den fe de que si nos fumamos las clases fue en contra de nuestra voluntad.
Para que veáis cuánto nos gusta trabajar (a mí no tanto), pasada media hora la profe volvió a la facultad, ya que ella dispone de llave, y se llevó a unos cuantos que querían seguir investigando en los diccionarios sobre el trabajo que nos ha mandado para justo después de Navidad. Yo no me uní, pero antes quise sacar la foto que veis arriba, un recuerdo tan bonito como una tarjeta navideña y que bien podría acabar en el corcho de clase. En vez de currar yo me quedé un rato con Alejandro antes de emprender el regreso por los senderos más o menos marcados entre los montones de nieve.
En fin, la nieve es una bendición aunque nunca puede nevar, ni llover, a gusto de todos. Si suspendieron las clases ellos sabrán las razones, nos quedan aún un par de días antes de que el año acabe y no creo que el temporal vaya a durar tanto. Claro que, si no vemos estas imágenes ahora, ¿cuándo podremos verlas?

lunes, diciembre 14, 2009

Preguntas sobre el Apocalipsis.


Parece que la gente se altera mucho por un poco de frío o un poco de nieve, cuando es lo normal en esta época. ¡Qué no pasaría de cumplirse las aterradoras profecías de 2012! Tras ver esa película, como anuncié, reconozco que como película catastrofista es una obra maestra: el no va más de la destrucción. Como película, en general, no es para tanto aunque sí mejor que muchos de los blockbuster que he visto últimamente. Es entretenida y divertida, pese a los desastres, con un sentido del humor en ocasiones malévolo, y en ocasiones involuntario. Un filme para todos los públicos, pese a los millones de muertos. No se puede hablar de una cinta bíblica, el propio Vaticano la ha criticado (no es de extrañar viendo su papel en la trama), sin embargo aprovecha el recurso de Noé para su resolución final.
Si lo que estoy leyendo ahora en un libro es verdad, resulta que la mayoría de los estadounidenses creen que el Diluvio Universal y lo del arca de Noé fue un hecho verídico. Y esa no es de las peores tesis que sostiene dicho libro. En las arcas de 2012, el criterio para la salvación es más económico antes que moral, ético, científico o genético. Aunque la película es una pura fantasía, en ocasiones desmadrada (¡una nave a punto de chocar contra el Everest!), no pude por menos que hacerme algunas preguntas, muchas de cuyas respuestas tendrían que ver con ese factor monetario.
¿Por qué dejan ir a esos bárbaros jeques árabes y su ideología, siendo generosos, del siglo XIV?
¿Por qué no va el Papa, que se queda rezando junto al primer ministro de Italia en el Vaticano y al final acaban todos derrumbados como la puta de Babilonia?
¿Por qué se habla del presidente de España y no podemos identificarlo? (¿Os imagináis si en 2012 al final sale Rajoy y entonces se acaba el mundo? ¡Vaya cenizo!)
¿Por qué va la reina de Inglaterra, si aunque viva tanto como su madre tampoco es que le quede mucho en este mundo?
¿Va algún homosexual a bordo o se han regido por el mandato, tan en plan Antiguo Testamento, de creced y multiplicáos? ¿Cuántas reservas de esperma y óvulos congelados llevan?
¿Por qué (como se dice también en el libro) no se dan cuenta de que todas las especies de la tierra han acabado extinguiéndose y nosotros no vamos a ser menos, pudiendo incluso conseguirlo por nuestra propia estupidez?

Da igual. El factor de la credibilidad nunca le ha importado mucho a Roland Emmerich. A mí, en este caso, tampoco, lo que importa es disfrutar el espectáculo y las escenas de acción, que están bastante logradas pese al uso y abuso de la infografía. ¿Tendremos secuela para el 2012? ¿O un remake? Je, je. En todo caso, creo que este director ya no puede cargarse más al planeta Tierra. Para su próximo proyecto sugiero una galaxia entera o similar...

sábado, diciembre 12, 2009

El oso y la geisa.


Venía en la última columna de Mr. Belvedere en Fotogramas una cuestión sobre la que mucha gente se pregunta, casi un asunto tópico: ¿hay mucho sexo y/o desnudos en el cine español? Yo creo que sí. No cuela ya el tópico de lo justifica el guión, muchas veces no se justifica ni de lejos y parece más bien obra de ancianos directores rijosos o, peor aún, jóvenes directores rijosos. En ocasiones alegra la vista, como pasó en Mentiras y gordas, en otras hastía y en otras da un poco de reparo. Esto último me ha sucedido con Mapa de los sonidos de Tokyo.
¿Tiene mucho sexo esta película? ¡Pues no! Pese a ser tachada a veces de thriller erótico, ni es un thriller (al menos en mi concepto) ni es erótica pese a un par de escenas un tanto bizarras. Los personajes pasan más tiempo sorbiendo fideos que sorbiendo otras exquisiteces con sabor (?) a limón. Parece que a Isabel Coixet le gusta juntar extrañas parejas, ya emparejó a Penélope Cruz con el venerable Ben Kingsley. No me parece mal. En este mundo, por fortuna, los guapos no solo se acuestan con guapos, los viejos con viejos o los feos con feos. Hay más variedad. Pero ciertas combinaciones me perturban. Ahí tenemos a Sergi López, quien vestido adquiere un cierto atractivo pero desnudo muestra un tipo osuno, en heterosexual, que me resulta antierótico debido a mis propios gustos. Cuando está con Rinko Kikuchi y observo que tiene él más tetas que ella, no puedo evitar el poner alguna etiqueta tipo: El oso y la geisa. Eso sí, considero que la idea de los love hotel debería de exportarse a España. A mí me vendría ahora mismo bastante bien, aunque no creo que pudiera permitírmelos, ni siquiera una habitación decorada como zulo.
Al margen del terreno sexual, la película no me gustó mucho aunque estoy bastante interesado en los temas japoneses. Nada que ver con un Still Walking o un Despedidas, aquí la directora hace una mezcla un poco indigesta, y ver a Sergi López hablando con acento catalán entre actores japoneses doblados resulta un poco ridículo, por no hablar de ese narrador de oficio extraño y presencia en la pantalla aún más.
Hablaría más si tuviera tiempo, solo quiero destacar un dato: de las últimas películas españolas taquilleras como Rec 2, Celda 211 (o el número que sea), Ágora o Spanish Movie (¡incluso Pagafantas!), no he visto prácticamente ninguna pero de todas sospecho que no albergan ni mucho sexo ni muchos despelotes. Lo de Mentiras y Gordas, a fin de cuentas, fue una suma de referencias televisivas en la que el éxito era a priori fácil. Pero creo que el público se está cansando, y la derecha aprovecha esto para atacar a todo el cine español en general, como si todo pudiera meterse en el mismo saco. A mí todos los obsesos del sexo me parecen ridículos, por los dos extremos: los de El sexo es todo y los de El sexo es nada. El justo equilibrio es lo mejor, y si yo dirigiera una película lo tendría bien claro. Aunque, como escritor y guionista, tendría que confiar en cómo de calenturienta fuera la mente del director de turno...
En fin. Hoy igual me trago 2012 , porque ver la destrucción del Vaticano, aunque sea en fantasía, siempre tiene un pase. ¿Y por qué no esperaron a... 2012?

viernes, diciembre 11, 2009

Filólogos -as.


Ayer nos presentaron en clase la Nueva Gramática de la Real Academia Española, un arma de destrucción masiva ideal para lanzar desde una catapulta y que vale 120 ñapas, no la pediré a los Reyes Magos que además rompería las alforjas de los camellos. Esperaré, pues, a que salga un manual resumido el año que viene. Por lo visto, en la voluminosa obra se ataja la absurda y estéril polémica sobre el todos y todas y demás, ese tipo de cosas que suelen salir de boca de los políticos y de hecho yo conozco gente que las emplea. No los critico por ello, pero no me parece correcto. Una cosa es la corrección política pero yo, por mi futurible trabajo, solo puedo pensar en corrección lingüística.
Por ello, aunque ayer solo éramos tres chicos, diré que salimos los filólogos pues con ello también me estoy refiriendo a todas las bellas filólogas que podéis ver arriba, y alguna más. Ese gran objetivo del que hablaba ayer se cumple cada curso mejor y con mejores alicientes, solo espero que, aun con la Navidad y los exámenes en medio, podamos repetir algo como lo de ayer. ¡Larga vida a la aún llamada Filología Hispánica!

PD- Tengo dudas sobre el uso de aún y aun. ¡Nada que no pueda solucionar la SuperGramática!

jueves, diciembre 10, 2009

Generación Perdida.

A la hora de comer hay un momento en el que se debe elegir entre ver los deportes o el corazón, y yo prefiero esto último, al menos de vez en cuando ponen alguna noticia interesante relacionada con el cine. Hoy salía Paulina Rubio, diciendo algo así como: ¡Que vivan los latinos! Los españoles también son latinos, porque los italianos se consideran latinos. No se, todo un embrollo el del Corazón de Otoño, solo se que entonces pensé: Claro, fucking mamarracha, los italianos de hecho son descendientes directos de los latinos, y nosotros por invasión al igual que vosotros también fuisteis invadidos y por ello podéis llamaros latinos, aunque sea por mediación. Pero, ¿qué más da? Es probable que dentro de poco ya nadie sepa qué es el latín.
Salía la Paulina para dar un concierto en el estadio Zorrilla (significativo título) de Pucela y eso me recuerda que ayer leí una encuesta sobre la situación de los jóvenes en esta especie de reserva espiritual de Occidente llamada Castilla y León. Yo no se si en la facultad nos regalan la prensa para captarnos o para desesperarnos, porque entre el cambio climático, la crisis y la encuestilla de marras... (aunque yo no creo demasiado en ese tipo de estadísticas. Es como cuando preguntan sobre el número de cristianos que en verdad existen...) La mitad de los jóvenes de más o menos mi edad no están emancipados, principalmente por culpa de las nóminas, que no dan para aventurarse muy lejos. El artículo de El Mundo abunda en tópicos periodísticos tipo volar del nido, sablear o las faldas de mamá, y tiene adjunto un pequeño editorial que se permite el lujo de dar algunas píldoras de ética. Pese a todo, es interesante porque ilustra una situación de mierda que ya pude comprobar en mis años en Madrid. Con todo, generaliza como todas las encuestas, y a mí no me gusta generalizar. Yo estoy en una situación parecida a la de mucha otra gente, y a la vez distinta. Considero que cada cual debemos analizar nuestra situación particular, y saber reconducirla.
Hablaba hoy otro artículo de opinión sobre la generación Ni-Ni, porque ni estudian ni trabajan, algo que por fortuna a mí no me alcanza. Acabando con los editoriales, el de Iñaki Gabilondo de ayer alertaba sobre los peligros de la simpleza galopante que se adueña de esta sociedad, en la que todo parece limitarse al blanco o al negro, nunca hay escala de grises.
Cierto. Y a ello contribuyen los tópicos del mal periodismo, que no ayudan a pensar o incitan a hacerlo en la manera más acomodaticia posible. Yo no sableo, yo no estoy a las faldas de mamá ni considero esto como un nido. Pragmática, ese término también estaba citado. Mi objetivo principal es acabar la carrera, confiando en que esta sí me sirva para encontrar empleo ( y no es que haya tirado la toalla respecto a la primera carrera, ni mucho menos) A la hora de cumplir ese objetivo, tengo varias opciones donde elegir y he optado hasta ahora por la que creo más sabia. Os puedo asegurar que, especialmente en semanas como esta, puedo llegar a detestar el tener que vivir aquí, pero ya antes de mi regreso pensé sobre los pros y los contras de la operación. Por no hablar de que esta no es una situación inflexible que no se pueda moldear, ahora que alcanzo el ecuador de la titulación, de cara a ser mejorada en los próximos años.
Que nos sigan abrumando con datos negativos, yo prefiero tomar una senda más constructiva, sombreada a ratos con el agobio positivo (ese que demuestra que estamos tomando el asunto en serio) y disfrutar de una bella carrera y de unos compañeros fenomenales con los que esta noche voy a salir de tapas.

martes, diciembre 08, 2009

La publicidad hecha cine.

Con Paranormal Activity (¿tan difícil era traducirlo?) se pueden hacer muchos chistes, como que lo único paranormal es su éxito o que es una experiencia para anormales, procuraré no caer en esos recursos fáciles. Si miráis los créditos de Pigmalión veréis que hay un apartado llamado Marketing viral, que es el que se extiende cual virus, como su nombre indica, y es la única razón por la que me explico que esta película haya llamado tanto la atención. El concepto ni siquiera es nuevo, ya salió en El proyecto de la bruja de Blair, que no me gustó pero estoy seguro de que era mucho mejor que esta.
Este filme es el sueño de cualquier cineasta, ha costado cuatro duros (algo que se nota bastante) y ha ganado una millonada. Ahora bien, eso no quiere decir nada, a los directores y a los actores de la Bruja de Blair parece que se los haya tragado la tierra. La campaña de publicidad ha sido engañosa a más no poder, ponían imágenes del público de la película asustándose, y o bien eran muy asustadizos o bien estaban viendo otra cosa. Esos sustos de los que parecían asustarse son todos bastante previsibles, suceden todos en el mismo instante y consisten en cosas como una puerta que se mueve, una lámpara que se mueve, ruidos y poco más. Lo que dio de sí el departamento de efectos. Además, si la pareja vive con un demonio en casa, yo no llego a entender por qué duermen con la puerta de la habitación abierta. ¿Y por qué no llaman a un espiritista competente, y no a un tío que primero larga el rollo y luego da la espantada? La trama es de lo más absurda. Y lo peor de todo es que el director pretende hacernos creer que lo que estamos viendo es de verdad, una especie de documental.
Desde luego que a estos americanos les cuelan cada gol... Yo me quedo con Destino Final 4, que es una película previsible de principio a fin pero al menos entretiene. Para colmo, la publicidad de esta película dice que, si no se proyecta en tu ciudad, puedes llamar para pedir que la lleven. ¿Cómo? ¿No llamo yo para que traigan la penúltima de Gus Van Sant, por ejemplo, (no la de Harvey Milk) y tengo que llamar para que traigan esta basura que, de hecho, sí está en León? Tan risible como pagar seis o siete euros por una película que cualquiera de nosotros podría haber hecho, y mejor.
En fin. A ver si la previsible secuela o remake no es tan horrenda... ¡Y que no plagien de ese modo a El exorcista!

viernes, diciembre 04, 2009

CRÓNICA DE UN NO RETORNO (POR AHORA) y 2

Y renuncié al sueño, al descanso, de forma voluntaria aunque el entorno tampoco ayudaba en demasía. Me forcé, en cierto sentido, pero no tanto como para que mi organismo me hubiera implorado clemencia. Ah, las delicias de Morfeo… A mí me gusta dormir, lo confieso, el sueño es como una pequeña muerte que suele borrar todos los problemas. No soy un lirón, tampoco de esos supuestos superhombres que se vanaglorian de que el descanso no está hecho para ellos. Lo cierto es que tendría que dormir menos para hacer más cosas, pero no estoy por renunciar ni a ese placer ni a esa necesidad. Andy Warhol, en su libro POPism, confiesa que no sabe si en los 60 pasaron más cosas porque se trasnochaba más o si la gente empezó a tomar anfetaminas porque necesitaban estar despiertos para hacer esas mismas cosas. Él mismo dice que durante algunos años de esa década no durmió más que 2 o 3 horas diarias. Todo era una fiesta, un continuo fluir non stop. Aunque esa época, por supuesto, arrastró a muchos juguetes rotos y cadáveres exquisitos.

A mí no me agrada tomar ningún tipo de droga para mantenerme despierto ni dormido. No me gusta el café, no me gusta su sabor y paso también de la coca-cola salvo en casos de emergencia. Y, respecto al té, lo prefiero bajo en teína. El centro La Nave tenía un cierto aire de decadencia warholiana, de hecho tenía hasta sus propias drag queens. Lo que me encantó de ese lugar, lo que le insufló vida a ese cuerpo que iba adquiriendo tonalidades de muerto viviente, fue ese microclima que lo circundaba; era algo especial, como un aura de libertad, una burbuja que nos separaba de un mundo en el cual no nos hubiéramos atrevido a llegar tan lejos en nuestras acciones. Tenías que pagar un precio por ese privilegio.

Sin embargo, siempre tuve la sensación de no encajar del todo. Y es natural. ¿Por qué he de encajar? Este campamento, siendo la némesis de aquellos veraniegos de los Hermanos Maristas, en el fondo me parecía algo ajeno a mí. Absurdo era que me hicieran servir si yo había pagado por estar allí (tal vez esto sea producto de mi mentalidad, ¿cómo era?, pequeñoburguesa), absurdos los paseos montañeses durante una clásica mañana dominguera con resaca… Sin embargo, había magia. La de estar fuera del albergue bajo el frío de diciembre, en el monte, de noche, con una camiseta y un sombrero vaquero; la esperanza que me creé aunque luego no duró más allá de un par de meses… Como alguien comentó en una foto, Se veía mucho amor por entonces. Quizá fuera un modo de darse calor. Pero, ¿era Amor? ¿En verdad se trataba de ese diosecillo que apunta a la vez con flechas de plomo y de oro? El amor debiera crear, por momentos, como una barrera alrededor de los amantes, una especie de cerco que los aislara del mundo hasta que ellos quisieran retornar; en esas circunstancias, el muro no se sostenía en sus cimientos, en esas curiosas noches de alcahuetes, esos billetes anónimos que se dirían sacados de una comedia de Lope…

Sea como fuere, yo no volví. Ni a las jornadas de primavera ni a las de verano, confesando que en este último caso me arrepentí en su día. ¿Me arrepentiré ahora también por no ir? No lo se, en todo caso también me arrepentiría en el caso de ir. La regularidad de estos eventos me hace asegurar que, en todo caso, dentro de tres meses tendría una nueva oportunidad. ¿Iré? Ni idea. La mayor razón para descolgarme de estos enredos es la carrera, la más fuerte pero no la única. Otras circunstancias me invitaron a cambiar de aires y, si esas circunstancias cambiaran como es mi deseo, entonces ya no tendría sentido emprender el viaje.

Si alguien se ha sentido agraviado por mi ausencia, aunque dudo que lea este texto, que sepa que tanto el sacar la carrera como sacarla bien forman parte de una necesidad de mera supervivencia, que quiero servirme de ese fin para que llegue el día en el que pueda celebrar mi intimidad con sábanas limpias y una copa de Lambrusco, y el enervante zumbido del despertador solo suene cuando sea realmente necesario.

Para lograr ese propósito hay que actuar más y hablar menos; escribí esto como mezcla de una serie de sentimientos que debían ser canalizados, pero a partir de mañana retornaré a la senda de ese ya no tan largo camino.

jueves, diciembre 03, 2009

CRÓNICA DE UN NO RETORNO (POR AHORA) Parte I

CRÓNICA DE UN NO RETORNO (POR AHORA)


3/12/08

Hoy, como hace un año, debería encontrarme en la víspera de mi viaje a las jornadas de invierno del colectivo aragonés Magenta. Solo de pensar que mañana tendría que ponerme en camino me entran náuseas, y no porque la experiencia me resulte poco aconsejable de repetir, sino porque desde el primer momento en el que subiera al tren o autobús me estaría torturando la sensación de perder cuatro o cinco días preciosos para librarme de parte de mis pesadas alforjas de trabajo. Porque no todos los cursos son iguales. Ni todas las carreras son iguales. Ni, por supuesto, todos los estudiantes son iguales. Estas tres diferencias, aunque salten a la vista, parece que no todo el mundo las tiene claras. Yo sí, porque no me queda más remedio.

Este curso se han invertido las tornas. Si el segundo cuatrimestre se presenta bastante despejado, no puedo decir lo mismo de este. Hubo dos buenos motivos que me hicieron, en el último momento, decantarme por asistir a esas jornadas. Uno fue el eje central sobre el que iban a transcurrir, y el segundo es mejor dejarlo en el limbo porque hasta ahora no he sabido sacarle provecho. Era reticente, y es lógico. Siempre he encontrado bastante detestables los campamentos y similar. No es una cuestión de falta de sociabilidad… Tanto placer encuentro en pasar ratos con buenos amigos o conocer gente como en los instantes del estilo en el que me hallo ahora, dedicado a mí y al a priori reducido público al que vaya a llegar este escrito. En los campamentos parece como si todo estuviera milimetrado para que no te quede un resquicio de tiempo que dedicar a ti y tengas que permanecer de continuo absorbido en la masa social. Y, si intentas buscar esos instantes de intimidad, puedes dar por seguro que la idea no será bien acogida a menos que la gente de que te rodees comprenda y acepte tu comportamiento. En el pueblo de Torrellas renuncié por unos pocos días a disfrutar de espacios personales pero, francamente, hacia el final ya me encontraba hastiado.

Habrá quien piense que tanto la lectura como la escritura son entretenimientos individuales que entorpecen el relacionarse socialmente. ¿Entretenimientos? Por los cojones. Yo no moriré por falta de libros o por no poder reflejar lo que siento en un papel o un ordenador, pero el caso es que se trata de impulsos que provienen de mi organismo y me han acompañado siempre como si desarrollara un instinto. Si no fuera así, ¿qué sentido tendría que ahora me encuentre escribiendo sobre sentimientos propios cuando en realidad debería estar resumiendo libros de otros autores? Este impulso me vence, vence incluso al sopor que surge tras una semana de clases.

No, yo no valgo para la casa de Gran Hermano. Una casa ideal para mí, sin llegar a ser una inalcanzable torre de marfil, tampoco es una granja de pollos reconvertida en albergue con treinta camas por cuarto, cuarto en el que no pueda hallar mi espíritu reposo ni para la intimidad para con mi creación ni para otro tipo de intimidades que en la oscuridad parecen clandestinas y que a mí me gusta llevar a cabo con una luz, tenue al menos, que me haga recordar el momento (cuando este merezca ser recordado). Aquí en León puedo salir por la noche, puedo avistar las bandadas de paso que pronto emigrarán pero, en el caso de que saliera durante todo el puente, y eso no va a ser, al día siguiente siempre tendría este refugio para purgar los excesos y reflejar las más interesantes experiencias. Lo de Zaragoza es una especie de continuum, una esquizofrénica situación en la que por un lado hay una parte didáctica y comprometida y por el otro una parte lúdica que boicotea a la primera hasta el extremo de torpedearla.

martes, diciembre 01, 2009

Día contra el sida 09.


El colectivo Diversidad León ha celebrado el Día Mundial contra el Sida (aunque no se si celebrar es el verbo correcto) con una caseta informativa en la plaza de la Pícara Justina, de 12 a 13 horas, y esta tarde se reanudará de 18 a 21. Desde aquí quiero agradecer a todos los leoneses que han demostrado interés y solidaridad, y también agradezco de antemano a quienes lo mostrarán en el día de hoy. En la foto, yo me destapo en esta fría jornada enseñando la camiseta con el lema de hace un par de años. Os invito a todos a que recordéis el impacto que aún provoca esta pandemia y que logremos irla erradicando.