viernes, agosto 28, 2009

La sauna perpetua.

Argggggg. ¿Cómo se me ocurriría venir a esta ratonera de locutorio con el calor que hace? Estoy por ceder los 25 céntimos que me quedan por si alguien los quiere aprovechar mejor... En fin. I am still alive. Y bastante bien pese a todo, porque lo del calor ya sabíamos que era una condición sine qua non... Como dice Tomás Moro respecto a los habitantes de Utopía, el mero estado de buena salud física ya es un signo de felicidad, aunque nosotros no podamos darnos cuenta de ello hasta que la perdemos. Nunca viene de más una buena sauna sin quitarse la ropa, y realizar costumbres que solo nos afectan en vacaciones, como echar la siesta. En fin, ahora me voy a tomar una buena comida (que no ligera), vegetar un tiempo considerable y luego pensaremos qué plan tomar, ya que lo bueno de estar por aquí un par de semanas es que no hay mucha prisa para llevarlos a cabo. Saludos a los que andan por León, suponiendo que el clima les sea más benigno.

miércoles, agosto 26, 2009

Desayuno con cucarachas.

Ayer se cumplieron 25 años de la muerte de uno de mis escritores favoritos, Truman Capote. Ese sí que fue un genio, de hecho dijo que a quien Dios otorga un don también le da un látigo para flagelarse. Por eso yo me alegro de no considerarme un genio, y en cambio sí aprender de los grandes.
Las cucarachas de mi casa se están volviendo unas sibaritas. Ayer fui a coger el paquete de espaguetis, que llevaba allí desde febrero, y resulta que lo habían estado royendo, dándose un festín, y salieron aullando como demonios. Estoy dispuesto a darles ese último manjar ya que, por lo demás, voy a ser peor que Calígula para ellas.
Mucho podría escribirse pero como sabréis estoy en un locutorio y el tiempo corre parejo a las ganas que tengo de subir al centro y darme un rule, que no he venido aquí tan solo a dirimir la soberanía del hogar con esos bichejos. Así pues, cuando esté más adelantado en mis vacaciones ya haré algún texto más prolijo. Seguiré viviendo estas extrañas experiencias que, en un escritor dotado de una cierta inspiración divina como Capote, seguro que hubieran devenido en grandiosos cuentos.

lunes, agosto 24, 2009

Pa Madrí.

Preparativos, preparativos... Después de la necedad de olvidarme la tarjeta de crédito, provocada por motivos confesables e inconfesables, en esta ocasión todo lo preparo al dedillo. Casi estoy algo exagerado, que solo me voy a Madrid, como en tantísimas otras ocasiones; no a San Francisco ni a Escandinavia, aunque de esta llevo una guía con la cual preparar un posible viaje. A ese efecto tengo que estrenar nueva hucha, tras vaciar la anterior de cara a pillar la Wii. Lo cierto es que a veces me cuesta hacer entender mi retorcida lógica. Es verdad que para hacer deporte más barato salía el correr por el río, pero eso ya lo he probado y era de puente a puente, de puente a puente y vuelta a empezar. No es el esfuerzo, es el aburrimiento lo que me vence. De todos modos ha sido un verano más bien ahorrativo, quizá excepto en las consabidas rebajas, pero estas abastecen el armario hasta las próximas. La primera compra que hice en las mismas y la que espero sea la última tienen un genuino aroma friki; el uno de julio opté por una camiseta del Joker versión Heath Ledger, y hoy, por si tuviera poco con una camiseta de Star Wars, he pillado una camiseta de Star Wars ¡en chino! ¿O será japonés? Quizá en el centro de idiomas me ayuden a solucionar esa duda pronto.
Bueno, seguiré preparando cosas no sea que por tener el cerebro en otro lado diga más chorradas de la cuenta. ¡Nos vemos en Madrid, vía locutorio!

sábado, agosto 22, 2009

Marcelo León: Year One.


Iba a hablar de una materia un tanto escabrosa pero, como dentro de poco es el primer cumpleaños de mi sobrino Marcelo, en deferencia a él lo dejaré para otro día, para Madrid o para cuando vuelva si la memoria no me falla. Me pregunto qué pensaría un niño sueco como él, que ahora no tiene mucha capacidad de raciocinio, si supiera que lleva el apellido de esta ciudad, y el nombre de su patrono. Una ciudad muy peculiar, sin duda.


León, en la que te pueden suceder episodios hasta ahora más encuadrados en la Gran Vía de Madrid, como el que nos pasó ayer y que mejor censuro para otro momento.


León, fuente de sorpresas momentáneas, como que en la plaza de la catedral haya un grupo de sudamericanos evangélicos, o algo similar, cantando y afirmando que el noventa y cinco por ciento de las personas están mal bautizadas. Supongo que entre ellas tú, Marcelo.


León, una urbe cada vez más multirracial y multirreligiosa, en la que cinco mil musulmanes están empezando a celebrar el Ramadán. Como contraste, el negocio del alcoholismo nunca decae. Habrá crisis, pero según los sectores; las terrazas y los bares están llenos, incluso en una época tan supuestamente mala como esta, y si acaso la gente en vez de cuatro cañas se toma dos. Cuando cierran unos, abren otros; el antaño Rincón del Húmedo ahora es Rincón de León, y el antaño GTI, donde jugábamos al futbolín y al Trivial electrónico, ahora se llama Rincón del Bierzo. Je, je.


León, una ciudad en teoría envejecida pero en la que cada vez veo más compañeros y émulos del propio Marcelo, sobre todo por esas mismas terrazas, a veces atufados de humo ante la inconsciencia, o no, de los adultos. Y Marcelo ya sabe lo que es asistir a una cena de primos en la Competencia, aunque aún no tuviera dientes.


León, en la que, aún sin estudiantes, hay animación tanto dentro como fuera de los bares. Hoy, ya de retirada, sufrimos a lo lejos una despedida de soltero al modo de Sanfermines, siendo jaleada por algunos turistas, sin duda bien provistos de estereotipos españoles. Que rían, que rían, y mientras tanto seguirá muriendo gente al amparo de esa locura colectiva.


León, en fin, una pequeña y mediana ciudad. Mi ciudad. De buena gana estaría yo ahora en Estocolmo para celebrarlo. Después de haber estado en febrero, qué mejor que ver cómo luce Skansen con el buen tiempo, y conocer a los osos que hibernaban, ellos sí, en invierno. En fin, para descansar de la rutina iré a Madrid y allí, entre otras cosas, reflexionaré sobre los errores cometidos este curso, a los cuales veo que se suma otro desde hace unas horas.


Feliz por muchos años, Marcelo, y que nos veamos por las Navidades.

viernes, agosto 21, 2009

Agilizar las neuronas.

No es mi intención generalizar puesto que, por fortuna, al mundo del deporte no le faltan cabezas pensantes; sin embargo, para muchos deportistas el peor favor que les pueden hacer es ponerles un micrófono en la boca. No hablo ya de los miembros de ese deporte nacional por excelencia, el fútbol, sino de otros juegos más minoritarios que solo atraen la atención mediática en ocasiones especiales, como Olimpíadas, Mundiales, etc. Ahora tenemos el atletismo, y en espacio de una semana he leído dos grandes sandeces de boca de un par de atletas, hombre y mujer. Paridad de paridas, valga la redundancia.
La del hombre tiene menos delito porque la dijo en una entrevista informal, de tono cómico, pero se cae por sí misma. Preguntado por si conoce a algún atleta gay, responde: Gays no conozco, más bien todo lo contrario, esto está lleno de salidos. ¿? Es decir, en primer lugar no conoce gays o dice no conocerlos, puesto que en el armarizado mundo del deporte es difícil saberlo a ciencia cierta; en segundo, y esto es más ambiguo, ¿debo entender que un gay no puede ser un salido? Se rompería un mito, pardiez, pero la verdad es que todos (heteros, bis o gays) pueden ser más o menos salidos al margen de su orientación o de si les gusta más correr en la pista o correr donde podáis imaginar.
La polémica que ha surgido ahora me resulta menos chistosa, respecto al sexo de una atleta sudafricana campeona en cierta especialidad. Con un físico portentoso y una apariencia no femenina en cuanto a la imaginería tradicional, va a ser sometida a una prueba para verificar su sexo. Me imagino que, de no haber ganado el oro, todo se habría quedado en una anécdota, pero la envidia corroe y el deporte no es siempre escuela de valores, hermano Tomás, a veces más bien lo contrario. Una atleta española, imagino que resentida por su fracaso y con ganas de dejarnos como el culo, ha dicho que, si le ponen delante a diez hombres y a la atleta, no sabe quién es la mujer. Pero, mujer, no seas palurda. Se nota que no has conocido a muchos hombres como los que he conocido yo.
Abandonemos ya esos manidos estereotipos. La imagen ideal de una atleta no tiene por qué ser la de una amazona de luenga cabellera, rasgos suaves y los pechos luchando contra la velocidad; y la del hombre tampoco debiera coincidir con un tipo rudo, velludo y, probablemente, negro. Ya de paso, aclarar que ni todos los afeminados son homosexuales, ni todas las hombrunas son lesbianas, aunque creo que es información redundante. A mí solo me gustaría que, quienes dedican tanto tiempo a agilizar su físico, se esforzaran un poquito en agilizar asimismo su intelecto; que hagan caso a los griegos con el mens sana in corpore sano, que ellos de atletismo sabían un poco.
Mi más sincera felicitación al diario Marca por el tratamiento que ha dado a la noticia. No suelo leerlo a menudo, pero he comprobado con interés la delicadeza y buen gusto con la que suele tratar estos asuntos. Y que persevere, porque el deporte es de todos.

martes, agosto 18, 2009

Hibernar en verano.


Mientras espero a que el verano de sus últimos coletazos y se lleve sus brasas allá donde más acostumbrados estén a soportarlas, sigo sumido en una dulce vagancia que me permite ver cosas tan insustanciales, a la par que entretenidas, como Ice Age 3 (¿cómo se pronunciará bien esto? ¿Aich eich?) Tras verla se puede afirmar que Pixar es afortunada porque, aparte de su calidad, los competidores se lo ponen en bandeja. Al menos reconozco, por un lado, que es mejor que Shrek Tercero y, por el otro, que para pasar un rato divertido tiene su aquel, en esta época en la que las neuronas descansan excepto para aquellos que no las quisieron sacar jugo en su momento.

Ni Shrek ni Ice Age eran ideas que tuvieran potencial para convertirse en saga. Lo que han hecho es alargarlas como el chicle, hasta extremos ridículos. Yo me imagino a los guionistas pensando en la premisa de esta película, en plan Necesitamos algo con gancho, que sepamos que funciona, no importa luego si resulta un disparate el pegarlo con lo ya conocido. Y han optado por el comodín de los dinosaurios, de tal manera que debajo de la Edad de Hielo aún se conversa una especie de Jurásico. Vamos, como si excavamos debajo de Casa Benito y nos encontramos con una taberna romana en la que somos partícipes de sus orgías. ¿Que es una chorrada? ¿Y qué más da? Aquí no les interesa parecerse a Pixar, tan solo engrasar la maquinaria aunque ya esté estéril, con tal de que la gente siga pasando por caja. Lo que me gustaría saber es si ya están pensando algo para Ige Age 4. ¿La extinción? No, entonces no sería una comedia. Y miedo me da el que ya estén preparando Shrek 4. ¿Qué puede haber de nuevo? ¿Que el Príncipe Encantador salga del armario, como el actor que le presta voz? ¿Que Pinocho salga del armario o se convierta en Pinocha?

Este uso y abuso tiene sus efectos. Los chistes acaban perdiendo su encanto, como es el caso de las ardillas, aunque siguen siendo lo mejor de la peli. El resto se completa con problemas existenciales de los bichos que a mí al menos no me interesan, algunas bromas testiculares a mayor gloria de los adultos que se vean obligados a verla y varias escenas de acción trepidante que son las que mueven una trama insípida. Lo cierto es que la animación de esta saga siempre me ha parecido bastante fea, con esos animaluchos que se dirían atropellados por una manada de mamuts...

Puestos en materia, diré que en ocasiones me gustaría hibernar en verano, aunque sea un término contradictorio. Estos días me siento como el perezoso de la película, pero no tengo reparo en ello porque ya he visto el calendario del curso que viene y, como siguiendo un pacto con Morfeo, estoy ahora durmiendo de más lo que después dormiré de menos. De lunes a jueves se tocará diana sobre las siete y media, a menos que quiera ver peligrar la asignatura que siempre tendremos a primera hora.

Con todo, tengo buenas vibraciones respecto a dicho curso. Como novedad pretendo apuntarme al Centro de Idiomas, que me otorga nueve créditos de libre elección. El idioma está escogido, pero ya os lo diré otro día y así reservo chistes sobre el mismo. En el primer cuatrimestre tendré cinco asignaturas, sí que tocará chapar en Navidad, y en el segundo solo cuatro y además de literatura todas. Menos mal, porque esta primavera ha sido un poco puñetera al respecto. Todo ello bajo la amenaza de la gripe antes llamada porcina, que ya tendría huevos que cayera en nuestra clase, para seis o siete que somos. Supongo que me tocará a mí porque me burlé de ella en este blog, pero bueno, yo soy así, me seguiré burlando en alguna otra entrada...

En fin. Sigamos hibernando.

sábado, agosto 15, 2009

Resacón en León.

Bueno, en realidad no tengo resaca. Ayer volvimos pronto, tras haber tomado unas birras, pero esto venía a cuento por lo de Resacón en Las Vegas. Aquí solo tenemos un casino, pero sí muchas despedidas de soltero y de soltera, a cada cual más lamentable.

Hoy es quince de agosto, un día festivo que pasa desapercibido porque, por ahora, en verano todos lo son. Se celebra la Asunción de la Virgen o algo así, que no se a qué puñetas se refiere pero me interesa por dos motivos.

En primer lugar, hoy es el cumpleaños de Nacho, y doquiera que esté le mando mis felicitaciones y mi cariño. Sospecho que estará viviendo su resacón en Gijón particular, así que espero que le sea leve...

En segundo, hoy es el día que escogí para el prólogo y el episodio central de la novela por la cual este blog existe, y ya solo por eso es muy especial para mí. Este verano no he avanzado con ella, pero la semana que viene confío en entregarle la última versión a otro buen amigo, hermano del anterior.

Por último, disculpad el lapsus de no haber hablado del capítulo octavo de Pigmalión, el último antes de las vacas. No diré, como Nacho, que puede herir vuestra sensibilidad porque eso dependerá de la sensibilidad de cada cual... Por ejemplo, yo no puedo quitarme de la cabeza Las 120 jornadas de Sodoma del Marqués de Sade, libro execrable donde los haya sobre el cual no me decido si quemarlo o regalárselo a alguien. Aquí no importa tanto la violencia sino la historia que hay detrás... (qué bonito me ha quedado)



http://vimeo.com/6043093



Pues nada, feliz puente sobre todo a aquellos que de verdad vais a aprovecharlo.

jueves, agosto 13, 2009

El botellón de Trimalción. (II)

Ruido... Calor... Ruido... Calor... ¡Socorro! Mal se está aquí, aunque lo cierto es que peor se estaría en Madrid. En definitiva, desde octubre tengo que empezar a ahorrar para el verano que viene darme un rule por algún lugar distante y gélido. ¡Cuánto desearía ahora tener alguna vivienda unifamiliar, como esa de Médico de familia sobre la que siempre tuve mis dudas de que el protagonista se la pudiera costear! Milagros de la televisión...
Pero es lo bueno que tiene ser tan rico como el Trimalción del que hablaba ayer, cuando, torpedeado por todos estos absurdos, no pude seguir con la obra de teatro señalada, Esperando a Follot. Es una comedia/sátira/esperpento/(cualquier otro título) en tres actos, de los que dos ya tengo diseñados más o menos. Me falta el decadente desenlace, aunque lo tengo en mente porque no anda muy lejos de lo que sucedió en realidad... Y es que Esperando a Follot no es que sea una obra autobiográfica, pero tiene visos, y confieso que para la misma he rapiñado ideas de otros amigos, no a traición porque ya les he informado. Es lo que me gusta de tener un grupo de colegas en su mayor parte creadores, que todos podemos beneficiarnos de todos (que no a todos)
Ni siquiera el título es mío. Es una deformación, desde luego, de Esperando a Godot, y creo que su autoría recae en Alejandro. De Nacho, dramaturgo en ciernes a quien he despedido con un libro de Bretch bajo el sobaco, voy a tomar una famosa frase, de esas que supongo que nos hacen más gracia a nosotros que al público en general. Y el grueso de la obra de hecho se inspira en la espicha de Filosofía y Letras de este año, con las involuntarias aportaciones de tres o cuatro muchachas que, a falta de otra cosa, al menos me han ofrecido material para rato. En fin. Ya veremos cómo queda esto, pero estoy contento por tocar un nuevo género. En el fondo, novela, guión y teatro son bastante parecidos.
Bueno, ya os contaré más cuando termine esta impune violación acústica.

miércoles, agosto 12, 2009

El botellón de Trimalción.


¡Cuán pican esos malditos!
¡Mas que mal rayo me parta
si en acabando esta entrada
no pagan caros sus picos!


Mis disculpas por la deformación del Don Juan Tenorio, pero hoy tenemos obras en el piso de arriba y me doy cuenta de varias cosas:

- Los escritores deberían vivir, por lo general, en buhardillas o áticos.

- He visto el trajín de los obreros y comprobado que ni los músculos ni el sudor masculino pueden ser aspectos que logren despertar mis fantasías.

- Pese a mis estudios de Fonética, sigo siendo gran desconocedor del sonido. No entiendo por qué, si los martillazos se dan en la otra punta de la casa, tienen que sonar como si estuvieran justo encima.


Hecha esta digresión, añado que ni siquiera con ese boicot me despojarán de los placeres de la lectura y la escritura. Aunque para crimen, supongo que sabréis que hace unos días un humanoide entró en el local de un colectivo LGTB de Tel Aviv y se cargó a dos chicos, hiriendo a otros tantos. Yo tengo la pena apropiada para semejante demente. A perpetuidad, y cada día haciendo que escuche algunos de los fragmentos más homoeróticos de la novela que estoy leyendo, El Satiricón, de Petronio.

Los libros hay que entenderlos en su contexto, claro está. No se cuánto habrá aquí de sátira y cuánto de realidad, porque si el decadente Imperio Romano se ajustara siempre a esta descripción habría que afirmar: ¡Están salidos estos romanos! Ningún castigo mejor para un homófobo que las continuas luchas entre los protagonistas, Encolpio y Ascilto, por el amor del niño Gitón (niño de 16 años, según la expresión popularizada, nunca mejor dicho, por Mariano Rajoy) Y qué decir de la hipocresía del poeta Eumolpo, quejándose de que hayan olvidado las artes de los griegos y solo se ocupen del vicio y la prostitución, cuando acaba de confesar que dio por el culo al hijo de su casero por el módico precio de un par de palomas y un gallo.

Han tenido que pasar muchos siglos y prejuicios judeocristianos para que en Estados Unidos se armara un escándalo por otra novela, El lector, por la relación entre una mujer de treinta y tantos y un chaval de quince. Claro que eso no impidió que en la adaptación Kate Winslet se llevara el Oscar, pero si la relación llega a ser homo en vez de hetero no se si se habría acariciado la estatuilla... Fellini hizo un Satiricón que no he visto (aunque estoy deseando hacerlo), si bien el material me parecía más apropiado para el otro director acabado en -ini (hay muchos, pero se acierta por el contexto)

Mi interés por este libro viene de las clases de Latín Vulgar impartidas por el doctor Casquero, cuatro meses que se hicieron muy cortos. Allí se pasaron por alto los episodios más XXX, no por pudor sino en favor del mejor fragmento de la novela, el del banquete de Trimalción. Ocupa como un cuarto del libro, y podría ser considerado una obrita aparte por su unidad y una calidad bastante superior al resto, si bien aún no he acabado de leerlo. Para haceros a la idea, imaginad estas fiestas de Marbella con tipos cuya fortuna solo es superada por su zafiedad, que han salido de la nada al igual que Trimalción salió de la esclavitud, y se permiten meter champán de cifras astronómicas en pistolas de agua para luego rociarse con él. En un remake actual, El Pocero podría hacer de Trimalción, un símbolo decadente de un modo de vida que se hunde, el de la burbuja inmobiliaria, y que demuestra que no todo puede ser comprado por el dinero.

Los que hoy en día estudiamos El Satiricón no podemos permitirnos tales dispendios, si acaso algún botellón más humilde pero no menos decadente, como el que inspiró la obra de teatro que ahora estoy armando, Esperando a Follot. Mañana seguramente retome el tema de esta, en relación con el libro, y además aprovecharé para colgar un enlace a Pigmalión, donde ya podéis degustar el último capítulo antes de unas merecidas vacaciones.


martes, agosto 11, 2009

Esta película es para idiotas.


Este verano me está dando por repasar viejas escaletas de guiones, aún no desarrolladas, y una de ellas responde al título, pretendidamente ambiguo, de Esta película es para idiotas. Aunque tiene elementos de sátira, como burlas al Islam difíciles de llevar a la pantalla si uno quiere conservar la cabeza sobre los hombros, al repasarla siento que en general mi deseo al escribirla era el de la diversión pura y dura. Ello concuerda con la época en la que se escribió, poco después de llegar a Madrid tras acabar la carrera en Ponferrada, un momento de incertidumbre antes de mi asentamiento en el piso del Pasaje de Montesa. Buscando comparaciones, creo que ese fue el mismo deseo que me impulsó a crear un proyecto que esta vez sí fue llevado a la acción, el de Vagos y Maleantes. Una diversión que, sin renunciar por momentos a cierto trasfondo, buscara la mera y simple carcajada. Y como la risa siempre es más difícil de provocar que la lágrima, esto fue malentendido por mucha gente que no pudo o no quiso verlo así, cosa que aún hoy me la sigue sudando.

Yo no se si soy un intelectual, lo que es seguro es que no presumo de serlo. Por ello, puedo permitirme elogiar películas a las que otros no dedicarían ni un minuto de su tiempo. Voy a hablar de un filme que he visto varias veces, y no es El Padrino ni Casablanca. Se llama Espía como puedas, y ya el título hará huir a muchos. Lo curioso es que es de los mismos creadores que engendros como la saga Epic/Disaster/Movie, Casi 300... pero mucho mejor, en otra esfera. Hay diferencias, desde luego. La más importante es, con mucho, Leslie Nielsen. Las otras tenían actores desconocidos, sin ningún carisma más allá de la presencia carnal de Carmen Electra. Pero Leslie Nielsen dignifica cualquier película, por mala que sea. Nunca le darán el Oscar, pero es un genio, un genio de la comedia. Su mera presencia en pantalla ya me hace reír. En su calidad de actor y productor ejecutivo nos lleva a un tiempo en el que las películas de parodias (o spoof movies) aún no se producían como rosquillas y mantenían un nivel aceptable de calidad (allá estaba el bueno de Leslie en la fundacional Aterriza como puedas) Los últimos bodrios antes mencionados no se puede decir que tengan guión, son una mera colección de chistes poco afortunados en su mayoría. No hay trama. En Espía como puedas al menos intentan hacer una parodia de la serie de James Bond, con referencias a muchas otras películas y un curioso reparto que tiene desde actrices con Oscar, Marcia Gay Harden, hasta cameos frikis de Hulk Hogan, Pat Morita o Mr. T. En el peor de los casos, el filme dura una hora y cuarto, así que tampoco puede asegurarse que sea una pérdida de tiempo. Watchmen duraba el doble y no solo me pareció una pérdida, sino que me enervó y las únicas risas que me produjo fueron involuntarias por su parte.

Me ha sorprendido el que hayan tardado tanto en crear una película llamada Spanish Movie. Me han robado la idea, aunque lo cierto es que yo pensaba dar mucha más caña de la que a priori parece que van a dar, a juzgar por los avances. Sus creadores han sido listos al llamar al rey de las ... Movie para el anuncio, junto a un símbolo del surrealismo español últimamente resucitado (¿quién entiende esto de las modas?) como Chiquito de la Calzada. Tal vez sería hora de rescatar una cumbre del absurdo hispano protagonizada por este, como Aquí llega Condemor... El pecador de la pradera y darle una segunda parte. A este paso acabarán regresando los tazos con su jeto y el ¡Fistro! y ¡Mecaguen tus muelas! Ay amigos, nos hacemos mayores...

viernes, agosto 07, 2009

Pereza.


De entre todos los, por así llamarlos, vicios que he experimentado, ninguno me resulta tan irresistible como la pereza. Al igual que el pecado original, parece que desde nuestro nacimiento se nos ha grabado en la frente el espíritu del trabajo, como si fuera una maldición bíblica: Ganarás el pan con el sudor de tu frente. Pero no creo que la pereza sea un pecado, ni tampoco un defecto equiparable a la ira, la envidia o la soberbia. Es un placer, un lujo que no todos pueden permitirse.

Lo que más me gusta del verano es el poder experimentarla con tanta libertad. La sensación de que no hay nada que hacer y no tienes por qué sentirte culpable por ello; la sensación de que el tiempo parezca detenerse, de que puedes dar cuantas vueltas quieras más en la cama. Se acusa mucho a los estudiantes de refocilarse en la pereza, pero no es tan bonito como parece. Depende de la estrategia. De manera incomprensible para mí, hay quienes prefieren hincar los codos bajo este calor insoportable; yo, no, y además gracias a ello marcharé a Madrid a finales de este mes y comienzos del siguiente. Aunque ahora pueda vaguear, durante el curso he tenido que esforzarme incluso en días en los que los propios trabajadores libran, muchos sábados, domingos y fiestas de guardar. Y es mentira que vaguee a la manera de un Homer Simpson, ya que es él quien me viene a la mente (gracias a la Guía para la vida de Bart Simpson, un libro que os recomiendo para reventar a carcajadas) A mí los placeres me gusta degustarlos en pequeñas redomas, e incluso en un mes tan bobo como este de agosto (¿puede haber otro más?) me estoy dedicando a escribir todos los días, unos más y otros menos, tengo recados mil e incluso ayer me atreví a hacer limpia del Fucking Cajón, un desastre de guarida en la que se amontonaban apuntes de Filología, cientos de hojas de escritos, Moleskines y otros aperos. ¡No fue tarea fácil!

Así pues, la vagancia es un derecho cuando has sabido ganártela, y cada cual sepa cómo administrarla. Yo, habiendo visto que he escrito cosas que no sabía que hubiera escrito, tampoco puedo considerarme un adalid de la pereza, como pudiera parecer por esta entrada. Pero para mí escribir no es un trabajo, por eso mi máxima aspiración sería que me pagasen por escribir. Entonces no podría verme como un trabajador, no al menos a la manera de una Corín Tellado... Mejor una obra breve pero bien inspirada que no decenas de mamotretos que vayan a engrosar las tablas de la Cuesta Moyano, ¿no creéis? Bueno, hay una excepción, que sería escribir por encargo, pero aún así mejor es prostituir a las musas antes que prostituir tu dignidad en cualquier curro de medio pelo...

martes, agosto 04, 2009

Quitarnos de en medio.


Ayer vi un documental de National Geographic traducido como La tierra sin habitantes, aunque mejor hubiera sido La tierra sin humanos. Population Zero, que así es el rótulo original, se plantea el supuesto de qué sucedería con este planeta si, por la razón que fuese, la raza humana desapareciera en este mismo momento, como por arte de magia. La conclusión es que, si queremos que la Tierra se recupere, lo único que hay que hacer es... quitarse de en medio. Es decir: la Tierra puede seguir sin los humanos, pero no los humanos sin la Tierra (a menos que se de la dudosa opción de encontrar otro planeta o inventar la máquina del tiempo)

Al principio, el caos. Cuando los humanos desaparecieran, miles de mascotas y animales quedarían atrapados en casas, granjas y zoos; algunos lograrían salir y tomar las ciudades, otros morirían. Los reactores nuclerares explotarían extendiendo sus tóxicas nubes de radiación, y miles de aviones caerían en picado. Sin embargo, después de ese inicial desbarajuste, el ritmo de recuperación sería asombrosamente rápido. Llevamos miles de años jodiendo a la Madre Naturaleza, pero bastarían un par de siglos para que esta hubiera borrado o enterrado casi todos los símbolos de nuestra supremacía, empezando por los monumentos más modernos.
Es un documental catastrofista, pero a la vez esperanzador. Catastrofista como le encantaría a un Roland Emmerich, que ya amenaza con estrenar 2012... en 2009, y así seguir amenazando con las enésimas profecías sobre el fin del mundo. Esperanzador porque la Tierra podría recobrarse y volver a ser un vergel. La putada es que para eso nuestra raza tiene que extinguirse. Lo cierto es que me ha encantado porque esa es la premisa de Los Abrasadores. Voy a adelantar cosas que aún no habéis leído, por si tuviera fuerza para escribirlas: Eteria es una gran villana porque, en el fondo, tiene razón. Es un espíritu de la naturaleza, vengativo y ya derrotado en el pasado, que quiere cargarse a los humanos y lograr el control de un mundo paralelo e inviolado, cuya defensa está a cargo de los Guardianes del Umbral, es decir, los Abrasadores. (Guardianes del Umbral se llamará la segunda novela que, siendo optimista, continuaré escribiendo el próximo verano) Así pues, lo que Eteria busca es cumplir la premisa de este documental, frente a otros espíritus más comprensivos que quieren ofrecer una última oportunidad a esta raza tan inteligente como estúpida que, según mi propia Cosmogonía, no fue creada por Dios sino por... Bueno, tampoco voy a revelar todas mis cartas, ja, ja.
Mosquis, ¡ahora me han entrado ganas de seguir con la saga! Pero, en fin, también debo dar cabida a proyectos más personales (y asequibles) en los que pueda meter cositas que en los otros libros, a fin de cuentas juveniles, mi conciencia no me dejaría. Os dejo con la recomendación de ver este documental; no es de los que se usan para dormir la siesta, está narrado como thriller y, os lo aseguro, es más corto, entretenido y catastrofista que la película de la que hablé ayer.

lunes, agosto 03, 2009

Boring Men.


Yo que creía que este verano ya no iba a poder soportar un filme más demencial que Mentiras y Gordas... Pues lo hay, y tiene muchísimo menos sexo y muchísima más violencia. Se llama Watchmen y está basado en lo que, a decir de algunos críticos supongo que pelín exagerados, es el Ciudadano Kane del cómic. Eso no me dice nada, porque a mí la peli de Orson Welles me parece buena pero no la mejor de la Historia. Ay, esos tratamientos realistas o pseudorealistas de los superhéroes... La última de Batman, que la hicieron también como si fuera El padrino, convenciendo a casi todos menos a mí. Si yo no leo tebeos no es porque los desprecie, sencillamente me gustan más los libros. No he leído el Watchmen original, desconozco si será una historia pretenciosa pero la película sí lo es. Es una basura pretenciosa y aburrida, algo difícil de perdonar. Mira que ayer empecé a jugar en Facebook al mítico juego de las pompitas y podría haber practicado mucho durante las dos horas y media, interminables, del filme.

Como siempre, voy a destacar algún punto positivo. Me gusta la premisa, algunos detalles de homosexualidad implícita que ya pudimos ver en 300 y, sobre todo, el prólogo durante los créditos; ahí vemos a los héroes codeándose con figuras clásicas en la historia de Estados Unidos, departiendo con Andy Warhol y Truman Capote o asistiendo a Studio 54 con Village People. Un detalle genial, pero luego la pifian. Yo supongo que el problema del director es que ha querido ser muy fiel al original. ¿Por qué? ¿Es que no entiende el significado de la palabra adaptación? Un filme de generoso presupuesto como este no debería ser solo sufragado con el dinero de los fans, sino del público en general. Peter Jackson, más acertado, sacrificó a Tom Bombadil, la guerra civil hobbit y en general hizo lo que le dio la puta gana con la obra maestra de Tolkien, con un resultado aceptable. Snyder ha caído en una hipertrofia total, de tramas, personajes y peroratas. Un totum revolutum que juega a obra épica pero da risa, de forma involuntaria.

Y, aunque va de seria, incluso parece tomar elementos del Batman de Joel Schumacher, como el traje de Búho Nocturno o el parecido de Mr. Frío y el Dr. Manhattan. Este último, con toda su aureola mítica, es lo más ridículo de toda la película. Es como el Gigante Verde del maíz, pero azul y totalmente rasurado, con un pene que para estar en reposo me parece excesivo. Yo no llegué a conocer del todo cuáles eran sus poderes, excepto el de soltar soliloquios extraños y alguna que otra chorrada como la que dice al final: Me voy a otra galaxia más tranquila. ¡Olé! Lo de su estancia en Marte es como un viaje de ácido, pero el desenlace en la Antártida no le va a la zaga. ¿Y la tigresa mutante o lo que fuera eso? ¿Y el asesino moralista, que parece un émulo de Chuck Norris que no se sabe por dónde mira con esa máscara?

Si es que los extremos se tocan, porque esta me parece tan boba como la de Los 4 fantásticos, pero aquella por infantil y esta porque va de adulta, con una violencia muy realista y a mi juicio injustificada (¿se creerá que aún está haciendo remakes de zombis?) y un poquito de sexo con otra frase para la Historia: Chupar tu dedo es como chupar una pila. En fin, solo os recomiendo ver estas cosas en verano, cuando hay más tiempo. Watchmen juega a ser cine de gran calidad, un espectáculo como los de antes... Pero si queréis saber por qué el cine es grande, visitad el blog del amigo Hall, que lo ha retomado para gran alegría de todos sus seguidores, entre los cuales me enorgullezco de ponerme a la cabeza.


PD- Y si la película es pretenciosa, atención a la publicidad: Del visionario director de 300... ¿Cómo?

sábado, agosto 01, 2009

Parchiseando.


¿A qué día estamos hoy? ¿A uno de octubre? El mes empieza raro, no solo por el tiempo. Ayer, aunque hubo vinos y discoteca, entre medias anduvimos jugando unas pachangas de parchís, algo insólito pero divertido (sobre todo mientras vas ganando) Y el sitio elegido fue el Ékole, ese mítico café que sirvió de plató para El ser reprimido, antes de que retiraran los tableros de ajedrez...

En fin. Nos hacemos mayores, pero no demasiado. Un síntoma de ello es que estuve por bajar la película, por decir algo, Sex Drive, pero deseché la idea en un suspiro. Antes, cuando estaba más cerca de la edad de sus protagonistas, me gustaba ese tipo de películas; ahora no, antes bien las encontraría irritantes. Es más, ya el propio cartel me irrita. Los chistosísimos traductores españoles han añadido un rótulo cargado de ambigüedad semántica, ¿En qué coño estás pensando, tío? Quien sabe, quizá algunos titulados en Filología Hispánica encuentren empleo en distribuidoras, los hay mucho peores.

Bueno, en esta estropeada tarde voy a seguir con una lectura que viene al pelo, Séneca y sus estoicas tragedias. Por la noche podremos poner el broche a una tríada como las que no recordaba desde hacía bastante.