viernes, noviembre 30, 2007

1 - 12: DÍA MUNDIAL CONTRA EL SIDA.


Como es bien conocido, mañana es el día mundial de la lucha contra el SIDA, y también será una jornada histórica para una asociación que acaba de nacer, Diversidad León, que celebra su primera actividad en la plaza de Botines, donde estará en una caseta si no recuerdo mal de 18 a 21 horas, repartiendo lacitos rojos, condondes y mucha información. Su página web, que también está de estreno, la podéis consultar aquí:


De esta manera se llena un vacío inaceptable para una ciudad como esta, y confiemos en que llege a tener el mismo o mayor nivel de relevancia que su antecesora. Por allí me pasaré, pero ahora os dejo, que tengo que ir a la clausura de las jornadas, a ver si nos regalan otro diplomita pal bote.

A pasarlo bien, pero seguros.

jueves, noviembre 29, 2007

Congreso de literatura leonesa.


Ayer se inauguró el Segundo Congreso Internacional de Literatura Leonesa Actual, dedicado en esta ocasión a Antonio Gamoneda, premio Cervantes de este año, y a las nuevas voces poéticas. La inscripción era gratuita, lo único que las sesiones me coincidían con buena parte de las clases. Aunque en un principio pensé en pedir apuntes, ayer comprobé, por medio de unas compañeras de clase que también asistieron, que como no se había llenado el cupo de congresistas, pues el diploma en principio se lo iban a dar a cualquiera que marcara la crucecita ayer. Y eso me alegra, porque yo esta tarde no voy a asistir, debido entre otras causas a que ya no son solo las clases, sino también que en las mismas se nos manda trabajo para casa, los conocidos vulgarmente como deberes.

La literatura leonesa es, salvo excepciones, un mundo desconocido para mí, y eso que yo formo parte de ella, poco me importa que sea a través de un par de libros autoeditados. Quizá tuviera ciertos prejuicios en contra de la misma, que trataré de superar a lo largo del tiempo que me lleve la carrera. Y empecé, claro está, con el motivo principal del congreso, Gamoneda. ¿Recordáis que uno de mis propósitos de año nuevo era la elaboración de un poemario? Es cierto. Pero quizá debí remarcar que en ningún caso le ponía fecha de conclusión. Es un campo nuevo para mí, y no es fácil empezar de cero, pero creo que lo necesito, no solo por variar de ámbito, sino porque considero albergar sentimientos que tendrían mayor cabida bajo esa técnica que escribiendo una novela, un guión o este mismo blog. Se que saldrá bastante mal, pero no es algo que me preocupe. Lo comentaba ayer con otro gran compañero, aún no bloguero pero sí fotologuero, Josh Royal, diciéndole que lo que importa es empezar a escribir, que luego se mejora con la práctica. Yo he escrito poemas este año, y vosotros bien lo sabéis porque colgué un par aquí. Es poco probable que fueran a engrosar una antología como la de Diez nuevas voces poéticas leonesas que ayer nos regalaron, pero oye, ya sabéis que yo sigo el aforismo de Yoda, o lo hago o no lo hago, pero no lo intento. Me cuesta, desde luego, y tendría que empezar por comprar un cuadernillo exclusivo para ello, pero ahí seguiré dándole. Sí que cometí un error, y es que he sido lector de poesía a intervalos, y eso no puede ser, tengo que tener siempre un poemario en la mesilla o en la cartera de clase. Para el año que viene, seguiré con este propósito aparte de combinarlo con otros similares que quizá hagan que creáis que ya he perdido el juicio de manera absoluta.

Gamoneda me ha gustado, desde luego, y eso con lo poco que entiendo. Mi conocimiento de su obra, parco, obtenido tan solo a través de una antología que editaba el Diario de León, organizador del congreso, me impidió disfrutar más ayer de las ponencias, demasiado específicas para profanos. De todos modos, me alegro de que se organicen eventos culturales de este calibre en León, tierra de grandes artistas de todo tipo, y que así se cree un caldo de cultivo para que, como dijo ayer el ministro, el alcalde o no se quién de ellos, surja una nueva generación poética que tome el relevo. Y que yo pueda estar en ella. Pero en perfil bajo.

martes, noviembre 27, 2007

Crónica Matritense (2ª parte)


Esta es la gata del piso de Manuel Becerra. Tuvimos una anterior, que era un coñazo y la devolvimos. Esta es mimosa, pero tampoco agobia demasiado. No recuerdo el nombre, pero bueno, si Holly Golightly no se lo ponía al suyo...


Nos habíamos quedado en mi almuerzo del sábado, que llevé a cabo en un Donner Kebap de la calle Hortaleza. Preferiría haber comido con mi tío Guille, pero cuando llegué a Legazpi ya eran las cinco de la tarde, hora del té para los british y también para nosotros en dicha sobremesa. Claudia, el tío y yo amenizamos un rato de tarde hablando un poco de todo, en especial de la dificultad que entraña ahora el vender un piso, ya que el abuso inmobiliario ha llegado a tal extremo que está a punto de estallar todo por los aires. Tras ello, quedé con Nacho por Callao, dimos una vuelta por la FNAC, que estaba hasta las trancas, porque si hay algo que tengo claro de Madrid es que, por mucha crisis que haya, en fines de semana impera el consumismo a lo bestia. Por eso salimos pronto de allí, rumbo a una serie de cafeterías que estaban tan a reventar como los grandes almacenes, menos mal que el Rodilla es un clásico que nunca defrauda y pudimos tomar algo allí.






Y he aquí la cómoda, armarito o como se diga, del salón de la casa. La decoración no la escogí yo, claro, pero tiene su encanto, ¿no?



Tras salir por la noche, agradecí bastante que Oli, por razones muy diferentes a las mías, estuviera muy cansado como para ir al museo del Prado. Venus and company tendrán que esperar... Bastante dolor de cabeza tenía yo, fue un milagro que incluso pudiera arrastrarme hasta el cercano barrio de Pacífico para visitar de nuevo a Nacho y a Jose, el otro compañero de piso que no pudo venir al día anterior. De nuevo merodeamos un poco, porque ellos obviamente no es que suelan salir mucho por allí, hasta encontrar una taberna irlandesa apropiada para la reunión que queríamos mantener el actor, el escritor y el periodista y también escritor en ciernes no? A las diez regresé a Manuel Becerra, para que Claudia y yo pudiéramos poner la conclusión a la visita, si bien mi último acto en Madrid fue ayer por la mañana, por suerte logré encontrar el libro que a León no llevan porque creen que somos demasiado paletos como para interesarnos por el psicoanálisis: el tomo segundo de las Obras Completas de Sigmund Freud. Antes de eso, vimos la película de los Doors, por Oliver Stone, que tiene todos los tics de ese director, pero pese a ello logró algo que parecía imposible, no dormirme a aquellas horas y con la nochecita que había pasado. Así que solo puedo añadir: Come on baby, light my fire on.




Muchas cosas ha visto este catre. La mayoría, confesables.

PD- Esta segunda crónica es más breve porque estoy algo cabreado, hoy fui a clase para una sola hora que resulta habían cambiado, y al volver me llamaron de Tele-2 para decir que debía una factura, pese a que llamamos para anular la línea y mandé un fax que, ¡mosquis!, resulta que no ha llegado. No quiero discutir con un compañero trabajador explotado, así que me limitaré a colgar. ¡Pues ahora resultará que el chorizo soy yo! Se cree el ladrón...

lunes, noviembre 26, 2007

Crónica Matritense (1ª parte)



No habrá hoy reportaje fotográfico. Lo reconozco, he sido demasiado vago como para llevarlo a cabo. Mis modelos humanos no han sido retratados, algunos por despiste, otros por pereza, otros no estaban preparados para posar. Pero bueno, como esta es una ciudad a la que pretendo volver con cierta frecuencia, pues tampoco pasa nada.


El viernes por la noche, fatigado del viaje y las clases, me limité a una esperada cena con el único amigo a quien no podré ver por Navidad: Oli, que también alude a esta quedada en su blog, no se si fue buena opción el Wok Take and Away o algo así, le doy la razón de que en los genuinos chinos el rollito y el arroz tienen más saborcillo, sea o no por la grasa en la que los fríen. En fin, de vez en cuando es preferible hacer una comida vegetariana y saludable, y ya para la próxima vez podremos visitar los orientales de tradición en la calle Hortaleza, que tan buenos recuerdos me traen.


Las personas se imponen a los museos. Ya véis, de las tres exposiciones planeadas no ha salido ni una, pero al menos descubrí otra, de la que había oído hablar bastante y que tenía guardada en algún recoveco de la memoria. Una muestra que, en el momento de su estreno, fue tachada de blasfema, y por más que yo traté de buscar aquellas obras que despertaron las iras católicas, nada de nada. Quizá ya las hubieran retirado, que el ayuntamiento de Madrid irá por libre pero no tanto como para colocar algo que despierte las iras integristas en el mismísimo corazón de la plaza de Colón, que se ha convertido en una especie de Lourdes de la carcundia, como se mostrará después.


Es lo malo de vivir en el barrio del Salamanca. Que das la vuelta a la esquina, y te encuentras a César Vidal firmando libros en el Corte Inglés de Goya. Que los de la COPE son gilipollas, por si alguien tenía alguna duda, es algo que ya pudimos comprobar la semana pasada, cuando en una falsa entrevista soltaron el bulo de que Paulina Rubio iba a incoporarse a La Oreja de Van Gogh, y por la mentirijilla casi me da un infarto, porque la Paulina lo único que podría cantar de la Oreja sería la ranchera que cerraba el último disco. Pero lo que más me irrita de ese señor no es su ideología, sino que maltrata el concepto de literatura. Vamos a ver, si tú tienes un programa de radio, y luego te limitas a cortar varios guiones de dicho programa y los pegas en papel, entonces no tienes un libro, si acaso una recopilación de editoriales radiofónicos. Si coges una colección de cuentos tradicionales de toda la vida, y te limitas a ponerles una valoración moral (?), entonces no me jodas y no pongas tu nombre como si los hubieras escrito tú. A los que tenemos aprecio al arte de escribir nos tienen amargados con el torpedeo de intrusismo profesional que hace que cualquier cara algo conocida se lance a escribir o a que le escriban, ya sea Aznar, Nuria Roca, la mujer del juez calvo...



¡Chunda, chunda, catachundachunda...! Menudo banderazo. Esos globitos, verdadero delito medioambiental, y el armatoste de abajo, son para la manifa que había por la tarde, de la AVT, esa organización que ha inventado el bonomanifas. Haces seis y la séptima te sale gratis, porque nadie entiende por qué se celebra. Aclaremos términos. Criticar a la AVT no es estar a favor del terrorismo, como criticar a Bush no es estar en contra de Estados Unidos. Una víctima del terrorismo es un ser humano, y como tal puede estar sujeto a equivocación. Aquí todos estamos contra ETA, excepto algunos iluminados que la utilizan de coartada para chupar del bote, o gente con problemas mentales. Sin embargo, a mí no me gustan estos lobbys de presión en los que se juntan no solo las victimas, sino también las compañías más indeseables que se pudiera imaginar. Nadie será más español por haber estado allí, ni por llevar una banderita que quien sepa algo de lingüistíca sabe que no es un símbolo, sino un signo. Y os lo dice alguien profundamente apolítico, no violento, que votó a ZP la última vez pero no le piensa volver a votar.

Patria y religión, menudo día. Oh, dioses, cuántas muertes habéis causado con vuestra inexistencia, al menos eso puede comprobar quien se acerque a ver la maravillosa exposición Dios.es, del Centro Cultural de la Villa. Es muy original, y además tiene una obra de teatro que se representa aproximadamente cada hora, y en la que dos actrices realizan varios skteches que reflexionan sobre la violencia en nombre de la fe. Creo que todos, ateos y creyentes, deberían echar un vistazo porque habla de temas fundamentales, y lo hace de manera nada tendenciosa.

Luego huí de allí, como de la peste bubónica, para irme a los más amistosos terrenos de Alonso Martínez, Bilbao y Chueca. Frente a la intransigencia, filosofía, y eso hice, comprando el primer tomo de una colección que no voy a hacer, por cara, y que trae a Sócrates y Platón. Ya se sabe, más Platón y menos Prozac. Si estuviéramos hablando de mi facultad, diríamos menos Filosofía y más Letras.

jueves, noviembre 22, 2007

Matriti: En Madrid.


Mis predicciones se han cumplido, porque no estaban basadas en los astros ni en la superchería, más bien en la pura lógica. Dije que me venía aquí básicamente para dedicarme a la carrera y escribir, así está sucediendo. Y no me va mal porque, a fin de cuentas, yo lo que quiero es labrarme un futuro profesional, mejor tarde que nunca, cualquier cosa antes que optar al premio Ramontxu Areces a ver quien coloca más carritos con libros. El número de 12 ya me parece un récord insuperable.

Pero la monotonía tampoco es saludable, por ello de vez en cuando confío en poder volver a aquella ciudad que abandoné no por gusto, desde luego. Nuestros fines de semana son generosos, pero necesitaría al menos una completa para cumplir con todo lo planeado. De momento, voy mañana para allá, y mis disculpas de antemano para quien no pueda ver, ya se sabe que allí las distancias no son las mismas, sobre todo, jeje, para aquellos que viven por la periferia... Aunque no sería la primera, ni la segunda, ni la quincuagésima vez que tomo el tren para Majadahonda. Aparte de visitas, tenía 3 exposiciones culturales, alguna de las que tendré que dejar para otra ocasión, porque al menos una noche de fiesta por los viejos tiempos confío en celebrar. Todas de noviembre a febrero/marzo, son:


- Museo del Prado: Ampliación y muestra de Velázquez. Previsto: domingo por la mañana. Sueño, resaca, colas... Pero quedaría defraudado si no voy y contemplo ese egregio culo.


- Casa Encendida: Warhol por Warhol. Cerca de nuestra antigua y última morada.


- Centro de Exposiciones del Canal: Sí, donde los guerreros chinos. Ahora tienen una sobre el Imperio Romano. Probablemente, se pospondrá.


- Finiquito de Telepizza: ¡Hostia! Se me olvidaba. Bueno, a este paso lo donaré para que vuelvan a hacerse un guateque en la tienda.


En fin, digamos (por última vez este año, creo), eso de vamos allá, allá vamos.

martes, noviembre 20, 2007

Oportunidades perdidas.


Unos llegan cuando otros están a punto de irse. Del concierto de Lantana, además del de Franco Batiatto, esperaba yo para el año que viene uno muy deseado por mí, que completaría una mágica tríada de músicos que, dentro de sus muy peculiares estilos, tienen todos la virtud de hacerme sentir bien, en casi todas las circunstancias. Pues bien, ese último concierto no va a poder celebrarse, si acaso podré apuntarme al 2x1 y asistir a cada uno de los que den los miembros del descabezado grupo por separado. O, quién sabe, esperar diez años como ha hecho tanta gente hace poco para ver la resurección de la banda de sus sueños. Y no es que esté poniendo a los Héroes al mismo nivel que La Oreja de Van Gogh. No, si no ya estaría comprobando cómo la Fuerza de Hopewell me atenaza la garganta, muy reciente aún su afónico recorrido por media España en pos de Bunbury y compañía.

En realidad, el titular no sería: La Oreja de Van Gogh se separa. El grupo sigue. Quien lo deja es Amaia Montero. Ella era el buque insignia, la cara reconocible, pero no la líder. Ella no fundó el grupo, lo hicieron unos chavales universitarios que ensayaban en un garaje. Se acerca de sus inicios, muy meritorios, por un libro sobre su trayectoria que irónicamente leí hace poco. En realidad, creo que el secreto del éxito del grupo era que constituían un equipo muy bien ensamblado. No solo era la voz de Amaia, que también componía. El resto también tocaba, componía e internvenían en las letras. No es como si The Doors se quedara sin Jim Morrison, o Queen sin Freddie Mercury. Y daban una sensación de cercanía que a mí al menos me llega. Ellos jamás hubieran ganado en Factor X, Operación Basura o cualquier otro engendro. Me trae al fresco todo lo que se ha dicho sobre ellos, aunque confieso que hay que tener mucha imaginación para decir que son proetarras. Yo no soy un pelele, mis gustos artísticos no se mueven al compás de lo que marquen ni las modas ni la gente que me rodea. Me puede gustar tanto Lucas como Bergman, tanto Tolkien como Proust, tanto la Oreja como lo más cañero que se os eche a la cara. Eso sí, yo la música la utilizo principalmente para leer y escribir, por tanto no puedo ambientarme con cosas que me hagan sangrar los oídos. Todo lo que me comentaban sobre ellos, yo ya lo sabía. Pero no me importa y, además, si hay algo que para mí es certeza absoluta, es que no se puede juzgar a nadie por la música que escucha. Se que es cursi, naif, lo que queráis, pero a mí me gusta tanto como las pelis clásicas de Disney o Britney Spears cuando no estaba gorda.

Solo hay algo que lamento, y supongo que ya sabréis de qué se trata. Yo nunca llegué a verles en concierto. En su día, vi a Jarabe de Palo, que me gustan pero no me entusiasman, incluso estuve a punto de ir a ver a la mismísima Mónica Naranjo (ubi est?), pero nunca a la Oreja. Me gustaría haber ido a la gira de Guapa, en el 2006, pero estaba vendiendo cuadernillos a cientos de palurdos. Esperaba el nuevo disco para el 2008. Y lo sigo esperando. Porque parece ser que lo habrá. Pero, quizá, uno de Amaia y otro de los chicos. Mi pregunta, como la de tantos fans: ¿Es esta separación factible? ¿Cantará alguno de ellos? El que encuentren a una chica más guapa será fácil pero, ¿que cante mejor? Y viceversa. Amaia compone, ¿pero lo hará tan bien en solitario? Si se convierte en una jamona de cuarenta tacos musa de gays, al estilo Marta Sánchez, traed una cuchilla que aquí están mis venas.

Todos estos misterios quedarán resueltos para el año que viene, que se promete muy interesante. Su regreso es muy esperado, el suyo y el de Indiana Jones. Para rematar, solo me resta decir que, precisamente, aunque no creo que sea una jugada del azar, con la única persona con la que seguramente hubiera ido a ese hipotético concierto del 2008 desde hace menos de una semana llevo un cierto proceso, no me atrevo a decir de ruptura, pero sí de alejamiento.

Mierda. Cuando todo se derrumbe, aún nos quedarán... Los Abrasadores.

jueves, noviembre 15, 2007

¡Jó, qué frío!



¿Veis a ese groupie de ahí arriba? Soy yo, esta foto me la tomé con Alba-Lantana cuando ya marchaba para casa, como un niño bueno que tiene que madrugar para ir a clase. A ella le digo: si lees esto, ya que te pasé la dirección del blog, que sepas que estoy muy agradecido por tu posado y por el buen concierto que diste pese a las circunstancias. Confío en que el hecho de que a más de la mitad de los parroquianos les trajera al pairo tu presencia y graznaran a cuál más alto pese a las súplicas, no te haga llevar un mal recuerdo de los leoneses. Yo reconozco que a veces me avergüenzo de serlo, y en otras me cabreo cuando la gente se mete con nosotros generalizando. Ya lo decías tú misma, el público cómplice que hay en el Búho Real te ha malacostumbrado, pero en provincias las cosas son más duras de inicar, incluso en garitos de naturaleza tan cosmpolita y cool, por así decir, como el Clandestino. Lamento que no pudieras tocar temas buenos como Melancolía, Miedo o Gatos Pardos, pero la única manera hubiera sido que me entrara la vena berseker y me levantara a arrancar con los dientes las lenguas de aquellos malditos cazurros. Si vienes a dar otro concierto, tal y como dijiste, confío en que pueda ser entero y en lugar más apropiado. Yo, que ahora lo tengo más difícil para ir a Madrid, lo estaré esperando. Pese a todo, ha habido momentos en los que la música se impuso, y de qué manera, es curioso, he estado en tres conciertos tuyos y cada uno ha sido muy opuesto al anterior. Desde aquel día de Chueca con la banda, y qué ganas de volver a verte de esta manera para que metas caña jaja, pasando por el del Búho, y ahora este, algo frío acorde con la época, pero aún así bueno. Al menos eso me ha dicho Alejandro, y eso que él tira más por el metal... Jaja. En fin. Creo que iré a Madrid la semana que viene, así que si no nos vemos por la casita, a la próxima de León, a ver si logro ganar adeptos para la causa. Nos vemos por aquí, ya sabes, siempre, siempre.

miércoles, noviembre 14, 2007

REGRESO A PONFERRADA: PARTE 2. (LA ENTRADA NÚMERO 200)

¡Voilá! ¿Dónde estoy? Tengo una foto muy similar a esta, que me retrotrae al Chinatown de mi añorado San Francisco. Por cierto, si antes me despedí con el deseo de que Egeria os guiara en vuestros viajes, creo que la buena virgen estuvo siempre a mi lado en el mío, porque aparte de no tener ningún incidente, escogí buena época para visitar la zona. Fue marcharnos de allí, y comenzaron las desgracias en cadena. Primero una ola de incendios, aunque, bien mirado, qué más les dará que se les queme su casita de Malibú si deben tener diez más... Ahora, un remedo del Prestige en la propia Bay Area, amenazando entre otros a la colonia de leones marinos que tan buenos ratos hacen pasara a los turistas. Y, mientras tanto, el gobernador bregando con la huelga de guionistas. Qué ironía, él que se hizo famoso precisamente por un papel en el que apenas pronunciaba unas palabras. Esto no es Frisco, amigos, es Ponferrada. Allí comencé dos pasiones. La de la comida china y la del té chino, luego extensible a toda variante de esta infusión. Hago oídos sordos a la rumorología de abuelos troceados y ratas por terneras, para mí es un alimento completo, sano y barato. Este último factor siempre muy de agradecer en mis periplos ponferradinos y matritenses.



¡Ahí estoy! Con el palitroque que contiene tres años de desvelos, autohaciéndome la foto en el baño del restaurante chino Gran Muralla II, sito en la calle General Vives, que fue mi rúa durante el penoso primer curso de Cinematografía. Por cierto, ¿os he comentado que, en dicho curso inicial, la asignatura que más suspendí fue la de Fotografía? Lo digo por excusar la calidad de la misma, y por ende del resto de las que pueda colgar en este blog.

¡Bon apetit! (¿Cómo se dice en chino?) Yo creo que la inflación es un factor que no cuenta para ellos, al igual que la restricción de vender alcohol a partir de las diez de la noche y otras particularidades españolas. Los seis euros que me cobraron por esta comida deliciosa, aunque soy consciente de que algunos tenéis las tripas revueltas, creo que son los mismos que hace tres años. A vueltas de nuevo con la fucking magdalena proustiana o, mejor dicho, cual James Stewart en Vértigo, quise vestir el banquete con las mismas galas que durante la finada carrera. El mismo menú. Rollito de primavera, arroz tres delicias, cerdo con champiñones, agua y té. ¿No falta algo? Hum. Sí, la invitación a chupito de flores. Consecuencias del descubrimiento asiático del capitalismo. De todos modos, disfruté como la vez primera. De hecho, me está dando hambre de nuevo, maldita sea. Después de Ponferrada, el restaurante chino quedó como lugar común en El diez por ciento, y ya en Madrid fue inolvidable aquel brindis marica con sangría el sábado en que murió el Papa, y en León, un almuerzo con palillos del que tengo un, nunca mejor dicho, agridulce recuerdo. Creo que una de mis últimas visitas fue en Madrid con Oli. Do you remember?


All good things come to an end, así que comencé a planificar el regreso. Y, si hay algo de que realmente tengo pésimos recuerdos es del ALSA interurbano, otro factor relacionado con mi libro, por ello no me quedaba duda de que iba a volver en tren. Me dirigí hacia la estación, situada en el barrio del Temple, el cual domina ese egregio caballero de ahí arriba.



Había tiempo aún para una última ventanita hacia el pasado, y he aquí mi segunda y por el momento última morada como estudiante en el Bierzo: el hostal Santa Cruz. Abajo podéis ver que hay otro chino llamado Gran Muralla I, así que entre ambas ediciones de la saga se estableció mi conexión oriental de vivienda en la ciudad. Ni que decir tiene que allí vivía como un rajá, yo solito, y si alguna pega puedo poner es que, al no tener cocina, en ocasiones me daba al antiguo vicio de engullir bolsas de Rufles onduladas sabor jamón de 180 gramos. No puedo escribirlo sin que me tiemble el pulso. Debe ser el mono.



No, no hay foto del tren, no quise cansarme ni cansaros a vosotros, por lo tanto me voy con la instantánea que resume el motivo de este viaje, lo que me permite entonar el ¡Misión cumplida! Soy titulado en Cinematografía y Artes Visuales, y con eso a mí me vale. A quien no, tendré mucho gusto en argumentar su valía. Bueno, el papelito no es que sea muy grande pero, supongo que en esto al menos, el tamaño no es lo que importa...

PD- Mañana jueves 15, concierto de la amiga y vecina Lantana en León, a las 21:00. El bar es El clandestino, en la calle Corral de San Guisán, 10. Yo tampoco tenía ni idea de dónde estaba, coged un mapa, os aseguro que es un sitio con mucho encanto. Allí estaré. Porque ella lo vale.




lunes, noviembre 12, 2007

REGRESO A PONFERRADA: PARTE 1.

Para tener un buen retorno a la capital berciana, decidí zambullirme en el relato de una de sus más ilustres viajeras y además precursora de la literatura en la región leonesa, esa Egeria de quien ya he hablado aquí y que no tiene mucho que ver con la Eteria de los Abrasadores. Ella llevó a cabo una peregrinación desde la antigua provincia romana de Gaellicia, o algo así, hasta Jerusalén y los Santos Lugares, una odisea formidable para una mujer en aquella época, de la cual pensé que podría sacarse una buena película. Aunque el libro parece inadaptable, y además es una sucesión de escenas religiosas, pero eso no es reto que me asuste, en comparación con el que tuvo que afrontar ella para escribirlo.




Para llegar, tuve la suerte de poder hacerlo en una furgoneta del LAE que me dejó en la puerta del campus, evitándome la empinada cuesta que tantos sudores me provocó en el pasado. Gracias a Rafa por su servicio. ¡Helo aquí! Este edificio era un antiguo hospital, y aún sigue conservando la forma, y algunos trastornos psiquiátricos en sus habitantes. Nada más entrar, me encontré a un grupillo reunido donde antaño solían estar los de Cine, no se a qué carrera estarían adscritos, solo que estaban imitando al Rey y a Hugo Chávez. Me fui derecho al mostrador para reclamar el motivo de mi llegada. Qué iluso fui. Recordaba que, en el Albéitar, los títulos universitarios te los entregan con una elegante carpeta verde. ¿Os creéis que en una carrera en la que se pagaba 4000 euros de matrícula y sin embargo no te regalaban nada, iban a tener este detalle final? No, por Libia. Me lo entregaron enrollado como si fuera un canuto. Maldiciendo por última vez esa codicia, que me llevaría al inútil gasto de un tubo de transporte, me acerqué a comprobar si era cierto que Cinematografía había desaparecido por completo. ¡Pues no!




He aquí la prueba, estos son los horarios de Segundo y Tercero de CAV. Aún quedan un par de promociones antes del cataclismo, y además los restos del naufragio se están reorganizando en forma de módulos de FP. Así que, ahora que al fin lo he investigado por mi propia cuenta, compruebo que aún queda un último estertor, y subí a la quinta planta para ver que, en efecto, allí seguían dando las clases teóricas de cada especialidad. Lo que sí habían cambiado era el ascensor, menudo descojono. Era de esos que hablan, y además lo hacía con una voz femenina de fuerte acento hispano, con frases como Puerta se sierra, Puerta se abre, Piso sero. Menos mal que en Ponferrada no tienen Filología Hispánica como para escuchar semejantes patadas al idioma.



Los estudiantes no tuvimos cafetería en el Campus hasta Tercero, pero cuando al fin llegó yo la aproveché todo lo que pude. Aparte del menú del día, para tomarme bocadillos vegetales como ese que véis en la foto, junto al título tó enrollao, el libro de Egeria y la Coca necesaria para despertar y afrontar, una vez terminada la fase de ex-alumno, la de turista. Delicioso menú, y por menos de tres euros.



Tiempo atrás, un grupo de visionarios decicieron otorgar a Ponferrada el título de Ciudad del Cine. De aquel deseo, perviven el Festival de Cine, los Multicines La Dehesa, la Escuela de Cine (por dos años) y, eso de ahí arriba, el Monumento al Cine, que pese a su apariencia no es una atracción del Port Aventura. Si creéis que es feo, pensad que en León tenemos estatuas peores. ¿Por qué el asesino del Cojonazos no se estampó contra un vomitivo grupo escultórico de la calle Burgo Nuevo? Es un monumento a la familia tradicional, menudo gol que le colaron al amigo Amilivia, y lo de tradicional lo supongo porque uno de sus tres miembros es una especie de rectángulo con tetas. De todos modos, en comparación con el par de mamotretos que os voy a enseñar a continuación, esto es arte puro.




Mamotreto Number One: el alcalde de Ponferrada tiene suerte. Por muy mal que lo haga, es imposible que sea peor que el anterior. Riete tú del escándalo de la gomina, aquel hombre envió, espero que al menos fuera de su bolsillo, una carta más extensa que la de los Corintios la cual podría llevar este título: Yo no acoso. Sin embargo, ¿qué coño es eso de ahí arriba? ¿Una televisión gigante que solo pone anuncios? ¿Cómo pueden prostituir la belleza natural del parque del Plantío con una mierda como esa? Bueno, bueno, ojito, que también tiene labor informativo. Creo que no podéis leerlo, pero debajo de ese culo de mujer hay una línea roja que pone ATENCIÓN TRÁFICO: CORTADO ACCESO, y ahí se corta la frase, lo cual, ahora que estudio Lingüística, me gustaría elucubrar sobre cuál puede ser la relación entre la imagen y el mensaje. ¿Cortado el acceso por detrás? ¿El acceso de vía estrecha, el de vía ancha, los dos? Cualquier día vamos a tener una desgracia, imaginemos que el conductor del camión se queda mirando las trabajadas nalgas y pierde el control, estampándose contra algún jubilado que salga de pasear. Yo ya lo advierto.



Mamotreto Numer Two: Si el bocata vegetal pudo funcionar a modo de magdalena de Proust haciéndome regresar al pasado, esta visión me llevó de vuelto no a Ponferrada, sino a Madrid. ¿Pero qué pinta esa torre ahí? ¿Acaso van a meter a toda la población de la ciudad a vivir allí? En fin, vamos a ver cosas más bonitas, que realmente las tiene.








Vaya cambio, ¿eh? Este es el puente sobre el río Sil, y aquí comienza la saga de los Abrasadores, por eso la foto estaba más que cantada. Al fondo, el castillo de los Templarios, al cual en esta ocasión no entré, pero sí estuve por sus laderas haciendo un poco el cabra. Así que, como sea que hay que estudiar, precisamente, Latín, aquí el caballero templario de abajo y yo os decimos adiós hasta la próxima parte. Que Egeria os guíe en vuestros viajes.

domingo, noviembre 11, 2007

¿Por qué no te callas?


Hay días en los que me gustaría hablar de muchas cosas, pero opto, como mejor solución, por callarme. Me gustaría hablar de bares chic, de Proust, de comida vegetariana, del punto G masculino, de saxofones, de Latín, de perras, de sopas, de lápices, de un montón de cosas. Pero no puedo. De algo sí hablaré. De que mañana confío en ir a Ponferrada, y espero tener en mis manos de una vez mi merecido título, ya solo esa perspectiva me pone de buen humor, esa y también la oportunidad de recordar muchas buenas cosas que hice en esa ciudad. Porque las hubo.

¿Por qué no te callas? Pues sí, me callo.

viernes, noviembre 09, 2007

HACE UN AÑO YA ANDÁBAMOS POR AQUÍ.


Increíble, pero mucho celebrar el primer aniversario del blog, y se me pasó por alto otro igual de relevante, el de mi regreso, aunque en aquel caso fue de carácter temporal y no muy dilatado, a esta ciudad hace un año por estas fechas. No hace falta mirar en retrospectiva para deducir que en esta ocasión mi permanencia en León está teniendo mayor sentido. A fin de cuentas, estoy estudiando mi segunda carrera, una que he comenzado tres veces, y supongamos que por una vez el dicho se cumple y a esta va la vencida. Es una ocupación de provecho, poco me importa que se diga que es una titulación sin futuro, ese es otro de los extendidos tópicos que tenemos que sufrir la gente de Letras. ¿Y quién se supone que va a dar clases de español? No es que esa sea mi perspectiva de futuro, pero las hay peores.
Sin embargo, cuando me vine aquí a primeros de noviembre del dos mil seis, alrededor de esa decisión tajante se ceñía una red de motivaciones varias, no todas confesables. Se diría que me fui huyendo del trabajo, pero no era para tanto. Ya es paradoja, pero es el mejor empleo que he tenido en mi vida, si bien no el más aguantable, de ahí que en los últimos tiempos estuviera planificando un improbable regreso de hijo pródigo. Sí, yo pudiera haberme quedado en Pozuelo, en ese gran equipo que formaba junto a Oli. Pese a esos señorones que se creían por encima de mí, cuando en tantos aspectos estaban por debajo. A principios de noviembre, ya quedaba lejos el Five Carros Affaire y remitía la campaña de libros de texto. El jefe no quería que me fuera; yo, en cierto modo, tampoco. Pero hay dos palabras que obran un poderoso influjo sobre mí: una se llama Navidades, y va bastante más allá de ser el período comprendido entre la nochebuena y los Reyes Magos. Son, casi, un estado mental. La otra, la tenéis ahí arriba: Los Abrasadores, y su estreno en sociedad, en la sociedad que les creó. Nada de esto pudiera haber sucedido si me hubiera quedado en el Hipercor a vaciar, solo un poquito, los inmensos bolsillos de los moradores del corredor oeste madrileño.
No se si este es un buen día como para mirar hacia atrás. Mis posibilidades de ocio para esta tarde se han ido desplomando una tras otra. Madrugué tan solo para un par de clases, y aunque he dormido lo estipulado, a estas cosas uno nunca se acostumbra. Y, encima, lejos de evadirme ayer me puse una película de Wong Kar Wai, una triste historia de amor llamada In the mood for lover, con la que, pese a que no soy chino, me identifiqué por algún motivo. Tampoco voy a mentir haciendo suponer que mi regreso es desdichado. El martes tuve una cita de la que salí satisfecho, el miércoles otra de dispar calado, ayer seguimos creando los cimientos de una asociación con la que, pese a mi función de espectro, estoy muy ilusionado. Y mañana reanudaré de algún modo mi vida social. También son necesarios momentos para la reflexión, para que mensajes como estos puedan salir bien.
Sin embargo, hoy sí he notado algún leve detalle que indica mejoría respecto al año pasado y, sobre todo, una sensación de tanto alivio como que se ha aprendido de errores que ya no se cometen en situaciones similares. Yo hay una cosa que tengo muy clara. Para las grandes metas de nuestra vida, me da igual en qué ámbito queramos conquistarlas pero tienen que ser aquellas que su mera existencia se erija en razón vital, un paso diminuto puede tener significancia análoga a uno grande en cualquier otro terreno menor. El año pasado cometí torpezas, sin embargo reconozco que ahora las observo desde una posición cómoda, lo cual me permite esbozar una sonrisa irónica mientras pienso ¿Ese era yo?, aún a riesgo de que ese yo pueda volver a serlo cualquier día en la actualidad.
La memoria filtra recuerdos desagradables, pero también los mismos son necesarios para comprender qué nos ha llevado hasta aquí. Hubo ocasiones desaprovechadas, situaciones mal resueltas, comunicaciones no transmitidas; pero también, y de manera inesperada, que es la más complaciente de todas, surgieron momentos que ahora mismo no se cómo recuperar. Podría intentarlo, quizá incluso mañana mismo. O dejar que reposen allí en el pasado, evocados, que no calcados, como recurso artístico para un guión que nace tan de situaciones humanas como en otra época lo hizo el de El ser reprimido. Como se que es muy difícil, pero lo neguemos por adelantado, el que el azar disponga encuentros tan casuales como esos, por ahora prefiero dedicarme a intentar mejorar aquellos episodios que quedaron inconclusos o sobre los que, en todo caso, ahora recae una nueva perspectiva. Y lo haré sin prisa. Con pasitos pequeños, que a la vez de gigante.

miércoles, noviembre 07, 2007

Epitafio por el Cojonazos


Hoy el día ha empezado más triste que el de ayer. ¿Y por qué? ¿Porque fuí al fin a clase tras una semana de ausencia? No. Porque, antes de marchar, leí en el periódico que habían asesinado al gigante de piedra hasta entonces situado en la plaza de Santo Domingo, a quien su autor había bautizado como la Vieja Negrilla, y eso que tenía una rocosa virilidad que un desalmado castró quien sabe si por siempre.

En efecto, al ir hacia la parada observé la marca que en el suelo había dejado el cadáver, ausente junto al pirindolo que el kamikaze borracho, que no suicida, se había llevado por delante. Haber visto sus piernas reducidas a gravilla me partió el corazón, y tras la clase estuve comentando la luctuosa nueva con Irene, quien le había dado el epíteto, gráfico para venir de labios de una señorita, del Cojonazos. Antes le solíamos llamar simplemente el Gordo, y era nuestro punto de referencia a la hora de quedar. En vez de quedar en Santo Domingo, quedábamos en el Gordo o, si era ella quien quedaba, en el Cojonazos. Se había convertido en un verdadero símbolo de la ciudad, pese a quienes lo detestaban. Feo era, desde luego, pero también lo es el Gernika y no por eso deja de ser menos arte. Y justo ahora, que antes de las elecciones le dieron un lifting que lo dejaron como nuevo. ¿Resucitará? El autor lo ve complicado. Y el Ayuntamiento no tiene un duro, quizá debería echar a unos cuantos antes de afrontar su restauración.

Del homicida, que solo leí que tiene 20 años y es extranjero, propongo colgarlo por los propios cojones en el mismo lugar que antes ocupaba la estatua, o bien, si está de buen ver, que venda su cuerpo por Papalaguinda hasta que logre recaudar la cifra que le traiga de vuelta. O quizá pueda organizarse una campaña Salvemos al Cojonazos, con conciertos benéficos en los que podría intervenir ese nuevo símbolo llionés como es el acordeonista Yaroslav, que ya se que no se llama así pero es como le he rebautizado.

Yo solo se que, resucite o no, yo sí lo haré sacándole en la saga de los Abrasadores si el gobernador de Libia me lo permite. Cojonazos forever. Descanse en paz.

sábado, noviembre 03, 2007

Huelga de guionistas. ¿Y yo?


Resulta en principio sorprendente el hecho de que se pueda dar una huelga de guionistas en Hollywood, habida cuenta de que, a raíz de los últimos estrenos con un predominio avasallador de secuelas, precuelas y remakes varios, cualquiera diría que se habían tomado vacaciones desde hace tiempo y sus tareas las había asumido algún procesador de textos con nociones de cómo repetir el mismo esquema hasta la saciedad.

Pero no, los guionistas aún existen allí, y no están para bromas, su sindicato se ha puesto de huelga para reclamar mayores beneficios en la venta de DVD y otros pujantes sistemas como Internet, los móviles y los iPod. Me pregunto cómo harán los piquetes, si la mayoría de escritores, o al menos a mí así me gustaría, trabajarán desde casa. Supongo que dicha medida no afectará a espíritus creativos como un Woody Allen que dirija sus propios guiones, pero no todos los directores tienen alma de guionista, aunque algunos crean que así es en contra de todas las evidencias.

Aquí en España no tenemos esos problemas. Porque para que haya huelga, primero tiene que haber trabajo. Hay un sindicato, sí, al que mandé un correo, aún sin respuesta. Si acaso, tenemos experiencia en realizar huelgas ya desde la propia escuela de cine. Hasta que la misma escuela de cine decidió ponerse en huelga indefinida, claro. Qué más quisiera yo que permitirme el lujo de ponerme en huelga. Voy por libre, como no cobro, pues si me apetece escribo, y si, como ha sucedido esta semana, por diversos motivos no se mentaliza uno ni para transcribir ideas de papel a disco duro, pues nada. Qué le vamos a hacer. Yo soy mi propio empleador. Pero así como puedo tener rachas de pereza, también afirmo que, antes de que termine el mes, unas pocas personas de total confianza, y no voy a decir privilegiados porque sería una muestra de vanidad que no creo merecer, tendrán en sus manos, y es un concepto figurado porque su posesión será más bien virtual, una copia de la primera escaleta del guión que, con mi particular método de trabajo, estoy atacando durante este retorno.

En el peor de los casos, siempre se podrá hacer caso al profesor de Lengua, cuando dice que de esta carrera podemos salir todos colocados, como profesores desde luego. ¿Proselitismo o realidad?

jueves, noviembre 01, 2007

Dibujante novato, constipado y en día de fiesta, intenta hacer bocetos de la mala de su saga.


No comment.

PD- Alicia, si lees esto, quiero que sepas que me he quedado estupefacto por la desaparición de tu blog original, que para mí siempre fue el auténtico. ¿Realmente has sido tan Medea como para cometer ese filicidio? Bueno, no queriendo prejuzgar, espero que podamos tomarnos la semana que viene ese té que te debía de hace tiempo. Besos.