lunes, junio 28, 2010

Orgullo LETB.

Hay que reconocer que el Diario de León siempre ha tenido especial sensibilidad hacia las noticias relacionadas con el colectivo LGTB. Sin embargo, sea por la falta de correctores o lo que fuere, hoy incluye una pequeña nota que habla del Orgullo LETB. Debo suponer algo así: Lesbianas, Extraterrestres, Transexuales y Bisexuales. Aunque, para mucha gente, todos lo que celebran ese acto son de otro planeta. Quizá el LE venga de le-sbianas. Quién sabe. Lo único claro es que el redactor parece tener manía a los gays, porque luego los vuelve a omitir: Lesbianas, Transexuales y Bisexuales.
No deja de tener gracia porque, por lo general, en los medios de comunicación pasa al revés: hablan tan solo de Orgullo Gay e ignoran al resto. Así hicieron en TVE, la tele de todos, incluyendo además carreras de tacones y otras mamarrachadas, aunque ya se sabe que lo festivo es lo que da juego. En fin, lo importante es que la bandera del arco iris ya cuelga del Ayuntamiento (algo dudoso para el año que viene, si cambia de gobierno) y que esta tarde es la manifestación, ambos actos incluidos en el programa de fiestas y ojalá puedan tener una asistencia aceptable. ¡Feliz Orgullo LGTB!

viernes, junio 25, 2010

El cónsul de Sodoma.

Nunca dejará de sorprenderme de qué modo las polémicas tienden a engordarse en este país, de forma completamente artificial. Ayer vi la película El cónsul de Sodoma, basada en la biografía de Jaime Gil de Biedma que acabo de leer. Cuando salió el trailer de este filme, algunos grupos y medios conservadores se escandalizaron por su explícita sexualidad, y pidieron una calificación por edades más restringida. Yo no se si el grito en el cielo fue por el erotismo o porque el poeta era homosexual (cosa que dudo, como veremos adelante). En todo caso, y por desgracia, dudo también que los adolescentes tuvieran interés en ver esta historia sobre la vida de uno de nuestros mejores poetas en el s. XX. No entiendo por qué el cine español no aprovecha más la figura de sus escritores, desde los clásicos (Garcilaso, Quevedo o Sor Juana) hasta los contemporáneos. Bueno, sí que hay otra película en proyecto sobre la turbulenta vida de Lope, en todo caso sería recomendable hacer más biopics como el que vamos a tratar.
Lo del trailer parece una argucia del productor antes que del director. Para quien no conozca la vida del poeta, hay que decir que hacer una biografía fiel del mismo (muy discreto respecto a su vida privada, eso sí) sin mostrar el sexo es como hacer una de Colón y no sacar un barco. Ahora bien, las fugaces escenas sexuales de la película son, si mal no recuerdo, unas seis o siete, y no todas de matiz homo, sino también heterosexual y bisexual. Si algún papá o mamá de esos la viera, cosa que dudo, se daría cuenta de que no es para tanto, que ocupan si acaso un cinco por ciento del metraje y reflejan una faceta de un hombre que por otro lado fue un negociante, directivo de una multinacional, y un poeta con una obra breve pero intensa y muy influyente, que estoy deseando releer para la semana que viene.
Pese a que en todas las reseñas aparece como poeta homosexual (a eso alude el título), lo cierto es que en la película se da especial relieve a su relación con Bel. No solo era promiscuo, también desarrolló amores bastante tormentosos. Y esa no fue la única mujer de su vida. La balanza se desequilibra respecto a los sexos, pero eso a mí me trae sin cuidado, no es una cuestión matemática creo yo. En el libro hay declaraciones para todos los gustos. Hay quienes afirman que él odiaba su homosexualidad, y otros que le tildan de bisexual. Esto último me resulta más probable, aunque depararía otra clase de polémica bastante diferente de la que vimos al principio. Si os interesa os recomiendo la biografía y, sobre todo, su propia obra. Si no os interesa o no tenéis tanto tiempo creo que la película, sin ser redonda, alberga interés, sobre todo en la composición de Jordi Mollá, eclipsado en todos los premios por la arrolladora personalidad de Malamadre...

jueves, junio 24, 2010

No tengo miedo al fuego eterno (II)



Esto es todo lo que he podido sacar con mi anticuada cámara y mi quizá también anticuada estatura. Ahí podéis ver a Leire, de azul, a los chicos con sus instrumentos. He de decir que yo no soy amayista a ultranza. No me cae mal Amaia Montero (tampoco es que la conozca en persona) pero creo que Leire canta igual de bien y es más atractiva, aunque esto último no cuente en el plano musical. Si yo tuviera una hija creo que Leire sería un nombre muy eufónico para ella, ¿no? Leire León.
No entiendo por qué algunos creyeron que con la marcha de la vocalista el grupo iba a irse al carajo. La elección de la cantante es decisiva, pero la Oreja no es un grupo con chica. Los pibes son su esencia, son quienes formaron el grupo en una primera instancia. Canciones como París o Muñeca de trapo me emocionan igual con la voz de Amaia o la de Leire, reconociendo que tengo a la primera más asociada a mi memoria.
Lo único malo del concierto es que se me hizo muy corto, aunque hora y media no es moco de pavo. La Oreja tiene un repertorio muy extenso y, como pasó con Battiato, era inevitable que canciones de valor sentimental para mí se cayeran. Con todo, las mejores sí salieron a la palestra. Acabado ya, me desplacé al río para incorporarme a los fastos del cumpleaños y santo de Juancho, a quien habían vestido de San Juan (sin necesidad de cortarle la cabeza, por fortuna). Nos desplazamos al Húmedo, a sabiendas de cómo estaría de saturado, y llegamos justo para el final apoteósico de la verbena de la Plaza Mayor. Bailando encima de un tablado, con cierto temor a que se viniera abajo, me quedé estupefacto viendo a dos tipos en la primera fila que se habían bajado los pantalones y estaban en pelotas. Nos estaban dando el culo, y era lo mejor que podían dar porque lo de delante no tenía el menor interés en verlo. Como sea que los bares estaban más o menos como los de Chueca el día de la manifestación, nos marchamos esperando que la tradición pueda proseguir el año que viene. Yo también espero que, cuando la Oreja saque nuevo disco, pueda asistir a otro concierto pagando o no, y acompañado de algún orejófilo/a, o al menos de alguien que no tenga orejitis y me de el gusto de acompañarme.

No tengo miedo al fuego eterno (I)




No me refiero al fuego de la hoguera, en el cual en otro tiempo quizá hubiera ardido alguna supuesta bruja o un sodomita, me refiero a parte de una canción de La Oreja de Van Gogh, a cuyo concierto al fin asistí ayer. Tras ciertas negociaciones, al final me quedé solo como el gobierno, fue el precio a pagar por mi asistencia y lo he pagado muy gustosamente. Por no tener compañía ya me perdí la oportunidad de verlos tocar con Amaia Montero, no quería perder ninguna otra, mucho menos siendo gratis. Pero ahora me he quitado una espina, con un broche perfecto a un cuatrimestre perfecto y una sensación de felicidad permanente durante la hora y media que duró. La primera canción, precisamente, fue Sola, pero no me di por aludido. No es que no tuviera gente, la tuve después; lo cierto es que la gente tenía otros intereses, lo cual me parece legítimo. Embriagado por la música de la Oreja y en medio de una multitud, tampoco se puede decir que estuviera como un profeta en el desierto.
De hecho, el público era heterogéneo, desde los clásicos grupos de adolescentes a coro hasta esas mismas adolescentes proyectadas en la treintena. No se olvide que el grupo tiene unos 12 años de trayectoria y que mucha gente ha crecido con él, entre ellos yo. También había un anciano bajito con pinta de desubicado, detrás de quien me coloqué para no perder visibilidad. Esto de la altura es una mierda a la hora de hacer fotos... Yo nunca pretendí ponerme frente al escenario como un fan fatal, desde luego. Tenía pensado colgar aquí fotos del concierto, pero creo que lo haré en otra entrada. Esta basura, a diferencia de textos anteriores, no me deja arrastrar fotos. Con la tecnología de Google Fotos, dice. Bah. Con la tecnología de Google Pollas... De esta manera, y aprovechando que este mes tengo este blog un poco abandonado, voy a colgar otra entrada con fotos del concierto, no muy buenas pero sí representativas.

domingo, junio 20, 2010

Llibertat.

No retiro nada de lo dicho sobre el profe de Hispanoamericana, pero hay que reconocer que es generoso en sus exámenes. Yo me llevé otra matrícula, gracias supongo a una semana de trabajo intensiva. En Románica no tenía muchas esperanzas pero con Janick nunca me ha ido mal y al final me calzó un 9 con el que puedo dar botes de alegría. Es una suerte. No solo se rebajan los salarios, parece ser que el curso que viene me saldrá a mitad de precio.
Este último examen me costó. Eran pocos días, y ya notaba cierta desgana y cansancio acumulado. Además tuve una distracción, un libro que me ventilé en tres días, muy absorbente como para dejarlo incluso en período de exámenes. Se llama Transgresoras y es de Alaska. No os dejéis engañar por la faceta petarda de esta mujer. Es muy lista, ya lo creo. Está estudiando Historia por la UNED, y no es tarea fácil ya de por sí, menos para alguien con una agenda como la suya. Este libro es una antología sobre mujeres que han influido en ella desde todos los puntos de vista: el arte, la política, la religión, etc. No es profundo pero sí muy ameno, con una buena labor bibliográfica y permite al lector tener una panorámica en la que luego ahondar si algún aspecto concreto le interesa. Alaska es una mujer que ha decidido llevar hasta sus últimas consecuencias su famosa canción: A quién le importa. Podría decirse que incluso hasta la contradicción. Ella es una musa gay y lo sabe, pero no se avergüenza de trabajar en medios donde algunos compañeros suyos sostienen que la homosexualidad es una enfermedad. No se pierde ningún Orgullo LGTB en Madrid, donde al final siempre, siempre suena el himno antes citado. Yo no creo que vaya este año. No es una cita obligatoria, depende de una serie de circunstancias, pero el de León ya está metido en el programa de fiestas.
Como este curso he terminado pronto, ayer pude tener mi primer sábado de fiestas sin ninguna prisa por volver a casa. No tengo planes precisos de aquí a fin de mes, tan solo puedo decir que me he quitado una losa con un resultado tan imprevisto que me parece casi imposible.

martes, junio 15, 2010

El último.

Ya he hablado de las peculiares características del profesor de Hispanoamericana, quien decidió llevar su pasotismo hasta el día del examen. Ayer, en vez de los folios oficiales de la universidad, nos dio un taco de blancuchos, corrientes y molientes. Vamos, que me podía haber traído el examen escrito de casa. De hecho, tiempo hubo para hacer el cambiazo. Nuestros profes, a veces por causas mayores y a veces no, tienden a dejarnos al cuidado de alguna becaria. Entre que se fue él y vino la nuestra, pasamos unos cinco minutos a solas, tiempo de sobra para sacar folios, sacar apuntes o chivar al de al lado lo que hiciera falta. No es la primera oportunidad que tengo en esta carrera para copiar; por fortuna, la hago para aprender y no tengo interés en trampas, ninguna asignatura me tiene tan desesperado como para incurrir en ellas. Eso sí, el examen era demasiado largo. De tres preguntas, una de ellas era ¡un tema entero! Tuve que resumir hasta algo más de la mitad, lo cual resulta absurdo. Si un alumno no puede completar su examen, debiera ser por falta de conocimiento, no de tiempo. En fin... No tengo mala impresión, a ver ahora si se apura un poco para corregir.
El viernes tengo el último, el de Románica II, una materia en la que no me había matriculado al principio. Ya se sabe qué se dice de los últimos: que si maricón el último, que si el que llega tarde ni oye misa ni come carne (ninguna de las dos circunstancias me preocupan). Pero también se dice que no hay quinto malo, y esta es la quinta del segundo cuatrimestre (yo también soy el quinto, el último de los hermanos). Al margen de que debiera estar estudiando y no escribiendo chorradas, hoy tengo un incentivo más en forma de matrícula en Curso Monográfico Barroco. Parece que Cuarto va a salir baratillo... Me he planteado currar durante el curso (en el caso de que encontrara trabajo); no obstante, considero que es preferible dedicar el tiempo a tener un buen expediente el día de hoy, y así conseguir un empleo (decente) el día de mañana. Gracias a las matrículas, eso sí, algo se puede ahorrar. En Hispanoamericana tengo mis dudas sobre que la pueda sacar, y en Románica imposible; de todos modos, el viernes es casi imposible que suspenda, a menos que lo deje en blanco. Por ello, esta tarde empezaré y, sea como fuere, el viernes quedo libre y no hay mejor motivación que ello. El penúltimo escaloncito, y el último largo me lo fiáis, para el 14 de septiembre...

sábado, junio 12, 2010

Hispana.

Durante toda esta semana he estado preparando un único examen (las mezclas en esto me sientan tan mal como en los licores espirituosos): el de Literatura Hispanoamericana I. Lo he tenido que dejar para el final, no por desidia sino porque durante el curso he venido currando en las materias de evaluación continua, en las que por el momento ha habido muy buen resultado. Más allá de estudiar los apuntes, que no es mucha tarea, el examen del lunes lleva adosados dos complementos como un trabajo de cierta extensión y saber el resumen de un libro afortunadamente breve. De todos modos he logrado abarcarlo, el tiempo me ha ayudado en ello al cortar de forma brusca el anticipo veraniego que teníamos hace una semana.
Al margen del interés variable de la asignatura, el problema está en cómo se ha dado. El profesor como persona goza de mi simpatía. Nos ha mandado leer su edición sobre la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz y he de reconocer que es un buen libro, con una introducción bien escrita e interesante sobre una de las pocas figuras femeninas que tratamos, una mujer excepcional como creadora hay que decir. Sin embargo, la sapiencia y el dominio sobre la materia que un profesor pueda tener no lo es todo si no dispone de buenas herramientas para transmitirla. Sus clases eran una charleta continua, un monólogo a saltitos que no parecía haber preparado con mucho interés, y ese pasotismo se extendía a la clase, en la que no siempre reinaba un mínimo de disciplina. Le hubiera sido fácil, creo yo, fotocopiar los textos de poetas bastante desconocidos para nosotros, y de esa manera enseñar de forma más práctica. La culpa no fue del todo suya puesto que quien confeccionó los horarios le daba sesiones de dos horas seguidas, que él hacía sin interrupción y las últimas clases ya me las piré porque hacía un calor insoportable, que él mismo notaba y me han dicho que incluso llegó a echar un sueñecito en algún momento dado.
Yo creo que hay una vía del medio entre el viejo sistema de la clase magistral y lo que parece imponer Bolonia, es decir, que el alumno haga el trabajo del profesor. Durante este curso hemos tenido dos profesoras (y en menor medida un tercero) que han sabido, además de dar apuntes, crear interés en el alumno a través de un método más interactivo. Yo no se si llegaré a dar clase, pero en todo caso he aprendido bastante de este sistema. Volviendo al venerable maestro de Hispana, hay que señalar que no dio el temario completo, y no por falta de tiempo. Solía acompañar sus clases con una serie de digresiones, con las que podía estar de acuerdo o no. Su idea básica es que lo vamos a tener muy jodido, más que la generación de nuestros padres, y que más nos vale emigrar cuanto antes. Bueno, es una solución que contemplo, aunque no la tengo como requisito indispensable...
Esta semana me ha costado menos chapar, aún conservo memoria, que realizar el trabajo. Me sorprendió que, siendo tan locuaz en su clase, luego en las tutorías no supiera qué decir, ni de qué manera orientarnos. Así que lo he hecho un poco a mi modo y, si lo llega a leer completo, espero que sepa valorarlo. Es algo absurdo que el trabajo siempre lo mande sobre los mismos dos libros. Año tras año, ¿no se irán agotando los temas posibles? En fin. Ahora os dejo. Aún me quedan algunos folios y acabar con la cansina de Sor Juana y todos sus peloteos a las diversas virreinas, siempre comparadas con Venus. El lunes veremos qué depara esto.

miércoles, junio 09, 2010

La Oreja de San Juan.


Andan por las redes sociales quejándose (al menos aquellos que no tienen tanto que estudiar como yo) de lo paupérrimas que van a ser las fiestas de San Juan y San Pedro este año en León. Tienen su razón, pero no es menos cierto que, cuando hay que ahorrar, se debe empezar por lo prescindible. Quien quiera buenos conciertos, tendrá que pagárselos, y la gente parece más dispuesta a eso antes que a comprar discos. De hecho, el precio de algunas entradas es absurdamente alto, no es de extrañar que Miley Cyrus no lograra abarrotar el Rock in Rio, aunque vacío no es que estuviera... Ella, al margen de ser fenómeno infantil, es aún una recién llegada.
Yo he asistido a conciertos en los que no me ha importado pagar, ya sea un precio más bajo, como Lantana, o más alto, como Franco Battiato. Hace bastantes años estuve a punto de ir a ver a Mónica Naranjo, cuando aún estaba de moda, incluso tenía ya mi entrada junto a un grupo de amigos; pero Mónica hizo un feo a los leoneses y ahora, tras su especie de resurrección artística, no tengo intención de ir a verla, ni gente con quien asistir. Por casualidades de la vida nunca he ido a La Oreja de Van Gogh, no con Amaia Montero en el equipo. Como no todo va a ser malo, parece que el Ayuntamiento me dará la oportunidad de hacerlo gratis la víspera de San Juan. Por exámenes no será, ahora lo que necesito es encontrar voluntarios dispuestos a acompañarme. Si no lo consigo, eso podrá significar dos cosas: o bien que mi vida social aquí es pésima, o bien que mi gusto musical no es muy compartido por la gente que aquí conozco. Descarto lo primero, y veo más probable lo segundo. De todos modos, aún queda tiempo para indagar y supongo que mi primo y abrasador Juancho me invitará a la fiesta de su cumpleaños y onomástica. Ya os informaré si hay avances, por ahora solo me queda esperar mientras llega el examen del lunes, con su batiburrillo de colones, cabezas de vaca, incas y monjas, y también espero una nota en la quizá tengo más esperanzas de las que existen. Espero dar novedades pronto, y que sean para bien.

lunes, junio 07, 2010

Chica de ensueño, criaturas de pesadilla.


Ayer, aunque solo fuera por hacerme compañía ahora que estoy momentáneamente solo, me puse a ver el concierto de Miley Cyrus en Rock in Rio. Me quedé estupefacto, la verdad. Tenía la idea de que sería una puritana integrista como los hermanos Jonas, pero salió a escena, muy desarrollada para su edad, muy ligera de ropa y arrastrándose por el suelo enseñando su generoso escote a cámara. ¡Ohú! Bueno, en una entrevista que leí decía ser una persona muy espiritual, pero que creía que se debe respetar a todo el mundo, ya que su mejor amigo es gay (tópico) y es su peluquero (tópico al cuadrado). Sí, parece que quiere cambiar su público infantil por uno al estilo de Lady Gaga. Como sea que aparenta unos cuantos años más de los que tiene, eso restó indecencia al hecho de que me excitara ligeramente.
Tras ese receso frívolo, me puse a ver una película recomendable, y que se podría arrojar como proyectil a la cabeza de Jiménez Losantos, César Vidal y demás engendros cósmicos, mucho más temibles que el universo de Lovecraft en el que esta historia se inspira. Se llama La herencia Valdemar, es un filme español, rompedor de tópicos. No ha recibido ningún tipo de subvención, y no es precisamente de presupuesto bajo. Es una película de género, terror clásico, apolítica por completo. Y, como nota sentimental, fue la última de Paul Naschy, uno de los iconos de nuestro terror. Es un producto de buena factura, digno y trabajado, si acaso lo más chusco es ver cómo personajes históricos ingleses son interpretados por actores españoles, hablando en español... Pecata minuta. Lo malo es que la película se divide en dos partes, y acaba in media res, habrá que esperar a ver cuándo se estrena la segunda, que incluye, entre otras localizaciones, nuestras cuevas de Valporquero.
En fin. Pese a lo dicho, durante la jornada de ayer estuve preparando el próximo examen, cosa que seguiré haciendo hoy en la medida de lo posible, así que nos veremos cuando sea conveniente.

viernes, junio 04, 2010

Adiós, Tercero.

Advertí no en vano a comienzos de año que iba a bajar el ritmo de las entradas del blog, pero creo que la causa lo merece, como veréis en unas líneas. Hay motivos para el regocijo. En primer lugar hoy ha sido el último día de clase de Tercero. Bien es cierto que no estaré en Cuarto, a efectos prácticos, hasta que no realice ese lejano examen del 14 de septiembre; en todo caso me siento más lejos de lo que nunca haya llegado. Ya tengo dos notas y, aunque sea difícil decirlo sin parecer pedante, las dos son la misma: 10, Matrícula. No tiene tanto mérito sobresalir cuando es en asignaturas que me apasionan tanto como estas, Teoría de los Géneros y Literatura Comparada. Eso sí, dudo de que el final de las notas sea tan bueno como el comienzo. Siempre hay que hacer sacrificios, soy consciente de ello... No me dormiré en los laureles, esta tarde vuelta al tajo a revisar un trabajo con el que finiquitaré la tercera materia de la ronda. Solo deseo que a partir del 18 pueda tener más tiempo que dedicar a mi querido blog y a mis queridos, je, je, cerdos. Gracias a todos por haberme acompañado en esta singladura, de rumbo incierto al principio pero ahora ya muy asentado.