viernes, noviembre 05, 2010

Enredados.




Entre las desventajas de las redes sociales, al menos para mi persona, está la de que me distrae de tareas más productivas como escribir en este blog, en otros proyectos o no digamos ya respecto a las tareas de la universidad. Pese a todo, en época de exámenes no faltan los comentarios de gente atacada, que combate el tedio del estudio colgando impresiones sobre el desastre que profetizan.
Yo no estoy enganchado a Facebook, ni mucho menos. Me es útil, entre otras cosas porque habría personas de las que ya no sabría nada si no fuera por esta herramienta. A diferencia de lo que se dice en la película La red social, no me ha servido para evitar preliminares a la hora de echar un polvo, en lo que difiere de otras hermanas suyas, menores y bastardas. No, Facebook será una red de amigos pero en todo caso me parece que está bastante lejos de ser red de contactos. Si no fuera por su espectacular ascensión no se explicaría el surgimiento de dicho filme, el que, por otra parte, tiene entidad por sí mismo al margen del tema. No parecía a priori que la historia de estos jóvenes informáticos que se vuelven ricos en un abrir y cerrar de ojos pudiera ser muy apasionante, pero ahí está el mérito de convertirla en un entretenido largometraje de dos horas de duración que alberga una temática intemporal con la cualquiera puede identificarse: la amistad, la ambición, etc. Poco importan las probables exageraciones de la historia real, no estamos ante un documental sino ante una dramatización con sus imperfecciones, como la gran mayoría de guiones que merecen ser recordados. Me cuesta creer muchas cosas, como que existan alumnos de Harvard que tienen tiempo para sacar de media Matrícula de Honor, entrenar para los Juegos Olímpicos y no perderse sus selectas juergas, todo a la vez. Envidiable, ¿no? O ese piso franco de informáticos reconcentrados en la programación y obviando las orgías de drogas y chicas colocadas que suceden a su alrededor. Y, pese a que el protagonista se presenta como superdotado, al menos es una alivio saber que hace trampas en sus trabajos, cosa a la que yo por ahora me resisto.
Es una película básicamente masculina, en la que los personajes femeninos no gozan de mucho estatus aunque lo más probable es que el guionista no tenga culpa por ello y se haya limitado a reflejar en cierto modo la realidad. El comienzo, en el que se narra cómo nace el antecedente de Facebook, alcanza momentos propios de American Pie. El filme desarrolla una estructura circular: en el desenlace, resulta irónico cómo Mark utiliza su invento, de paternidad discutida durante toda la historia, para enviar una solicitud de amistad a la chica que le abandonó. Será que, pese a todo, hay cosas que aún no pueden comprarse con dinero... En fin. Una buena opción fílmica, incluso para aquellos que no tenéis perfil en la red social, lo que por otra parte os evitará malas experiencias y malos entendidos como los que yo he sufrido no hace demasiado tiempo, y toco madera para no sufrir más. Además, cuenta con el protagonismo de Jeese Eisenberg, quien está demostrando buen olfato con su carrera y que, pese a recaer en personajes de friki más o menos integrado, me resulta atractivo, aunque en esta película su personaje trabaje mucho para no serlo.

No hay comentarios: