sábado, julio 12, 2014

Alpargatas.


Se acabó. Han sido dos cursos, pero no dos años: de febrero del 2013 a julio del 2014. El máster concluyó ayer con la defensa de mi trabajo final, un análisis del cómic El azul es un color cálido, el cual sostengo en la foto de arriba, frente a La vida de Adele, su adaptación fílmica. Siguiendo la línea de las peripecias que han acontecido en la facultad durante los últimos años, el desenlace fue un poco rocambolesco. El presidente del tribunal no apareció a las diez, cuando debía empezar nuestra defensa, raro asunto teniendo en cuenta lo puntilloso que era respecto a la puntualidad durante el curso en que lo tuve como profesor. Se barajó si sustituirle o no y la incertidumbre nos ponía más nerviosos, hasta que al final apareció a las diez y media, con sus famosas alpargatas o pantuflas, cual si hubiera venido dando un paseo desde la habitación de su casa (algo que no sería descartable). Como el lugar de reunión era uno de los seminarios, no un aula en sí, no había preparado power point ni nada parecido. De todos modos, al final recalamos en la vieja clase donde hemos tenido todas las sesiones del curso, por no hablar de las de Filología. 


En orden alfabético, si bien ella y yo compartimos el segundo apellido, mi compañera María rompió el hielo y luego tuvo lugar lo más temido por nosotros, las preguntas del tribunal. Sin embargo, resulta que no eran preguntas, tan solo sugerencias y/o valoraciones. La mayor parte de ellas positivas, todo hay que decir. Cuando me tocó el turno, traté de vencer el miedo escénico y no se me dio mal. Cabe decir, de todos modos, que el público era escaso. Aparte del tribunal, las tutoras y el coordinador, los únicos espectadores fueron Claudia, a quien debo este testimonio gráfico, y otro compañero del máster, Abdoulaye. No hubo broncas, desde luego, no obstante el tribunal decidió bajarnos medio punto la nota, quedado una calificación final nada desdeñable y, lo que más me importa en estos momentos, la sensación de que estamos preparados para la tesis. Dijeron que nuestros trabajos, de hecho, sobrepasaban lo que se esperaba de un TFM. Una de las profesoras me dijo que yo tenía buena pluma y, pese a la temática de mi trabajo, no se refería a nada relativo a Judith Butler ni similares, sino a que le gustaba cómo estaba escrito. No puedo pedir un piropo mejor. Ahora que he entregado el trabajo, podré volver a escribir ficción, al margen de mis aportaciones en este blog como es lógico.Si bien ya tenía ganas de hacer este máster desde antes de que fuera aprobado, al final lo hice por falta del Advanced, ese examen por cuyo resultado parece ser que habrá que esperar hasta el 8 de agosto. Desconozco cómo hubiera resultado la experiencia de realizar un máster en Lund y en inglés, pero el que acabo de concluir me ha gustado y, lo que es más importante, me ha orientado en una determinada dirección. Ahora sí puedo volver a repasar webs de universidades extranjeras, aunque no tenga asegurado aún el supuesto requisito del idioma. La aventura no ha hecho más que empezar.

No hay comentarios: