sábado, junio 04, 2011

El viaje llega a su fin.

Cierto, ese es el lema de la última película de El señor de los anillos, pero bien vale para mi último curso. Acabo de venir de tomar una Franziskaner (no sabía que era alemana, por eso no pude boicotearla). No es la mejor idea irse de birras teniendo examen el martes, en mi descargo diré que el resto del día sí he estado de gramáticas. No se. Hay que despejarse, y además mi ánimo no es ni mucho menos negativo. No me siento un optimista irredento, pero sí gozo de una exultante sensación de liberación desde el día de ayer.
No es para menos. En marzo, llegué a pensar que este curso no se acabaría nunca. Ya acabó. ¿Fue para tanto? Bah... Las cosas se sacaron de quicio en algún momento, pero ahora puedo sostener que en ciertos sentidos echaré de menos incluso a mi profesora de Literatura; en otros no, pero son de menor relevancia. He cometido errores durante este curso, ya no solo que pudiera haber arañado medio punto de aquí y un punto de acullá. Ciertos aspectos todavía son susceptibles de mejorar en el curso final. Eso deseo. No va a ser fácil, pero considero que uno no va a la universidad solo para aprender materias relacionadas con su carrera, sino también para analizar algo a lo que podría otorgársele la balzaquiana etiqueta de la comedia humana.
Sí. El viaje llega a su fin, al margen de los cinco escollos que me esperan durante este mes.

2 comentarios:

Hopewell dijo...

O sea que vas a ser filólogo español!!!!
Pues nada, duro con los escollos!

Luis dijo...

Sí, estoy en camino... ¡Gracias!