jueves, mayo 26, 2016

Show Must Go On.


Una de las enseñanzas que se pueden sacar de este congreso (ha habido varias), y no necesariamente zen, es que un inicial despropósito es susceptible de tornarse en todo un acierto si se sabe manejar bien. De la cara de pasmo que se me quedó cuando dijeron que me habían incluido en un panel en inglés (aunque jamás me obligaron a exponer en este idioma), al resultado óptimo del lunes. En realidad, también hubo paneles mixtos. Ayer se produjo una graciosa situación, lost in translation, de una compañera que dio su ponencia en inglés, luego otra ponente argentina lo hizo en español y, en el turno de preguntas, esta preguntó a la primera en español y la otra contestó en inglés. ¡Menudo guirigay! 
Exponer en este idioma era un reto que, antes o después, tenía que plantearme.Hubo varias personas que me felicitaron por considerarlo, de hecho, un reto, me dieron la enhorabuena por mi valentía, entre ellas mi directora, cual si hubiese ascendido al Aconcagua.

 

No era para tanto, pero, veamos. El contenido en sí, que era lo importante, lo llevaba bien estructurado y documentado. El power-point no me valió para nada porque el ratón petó. Gajes de la primera vez. Lo relevante fue que, pese a ser en un idioma no nativo, lo llevaba bien ensayado. No me pusieron atril (eso llegó luego) así que, en contra de mis deseos, lo hice sentado y, al menos, grabé el audio en el iPad. Recibí preguntas, a diferencia de en otras jornadas, y en estas ya lo pasé peor por no tenerlas previstas, pero, con cierto entusiasmo y las ideas claras acerca de lo que quería responder, salí airoso. La gran mayoría de las personas en este programa de doctorado son de Filología Inglesa, y creo que supieron disculparme al tratarse de alguien de Hispánica. Al basarse en la obra de la británica Jeanette Winterson, creo que tenía mucho más sentido hacerlo en su propio idioma.



Por lo que respecta al resto del congreso, y pese a que no asistí de forma íntegra, me resultó muy satisfactorio. Entre lo que no me perdí estuvo la entrevista a la artista irlandesa Amanda Coogan, cuya performance en el Niemeyer no vi porque estaba en León. Ayer, ponencias sobre una serie web de tipo lésbico canadiense, y sobre transexualidad (bueno, mejor dicho sobre drag queens). La guinda, inesperada y por ello me supo mejor, fue el recital poético de una joven creadora que tiene un poemario asimismo de sensibilidad lésbica, que espero leer pronto y posiblemente aprovechar. Lástima que no pudiera hacerle una pregunta, porque tenía que irme a currar. Por lo que respecta a otras preguntas, que debería haber planteado en inglés, no las supe estructurar bien y, por ello, me reafirmo en el error de no haberme apuntado al tándem o algún tipo de clases de conversación o intercambio.Nada que no se pueda arreglar el curso que viene. Todo fue tan british que incluso el avituallamiento vino en forma de té y pastitas... Bueno, imagino que tampoco iban a poner bollus preñaos. En suma, estoy contento y este fin de semana voy a comenzar la tesis en sí, aprovechando en buena parte material de la tesina y otros trabajos. El show solo acaba de empezar...

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