domingo, septiembre 09, 2018

Mi experiencia lesbiana con la soledad.

Me gustaría decir que esta primera semana de curso, por así decirlo, ha sido motivadora, pero se ha quedado a medio gas. Ciclos que se cierran, gente que se raja, decepciones, asuntos sin avance y accidentes absurdos, por decir solo algunos aspectos de la misma. Que el título no lleve a engaños, soledad no es que haya sufrido; en cuanto a la vida social y las amistades, sigo saliendo casi como el mes pasado, aunque introduciendo una mayor moderación. De hecho, tendré pronto que sacrificar algunas de estas salidas para poder tomar impulso en otros ámbitos. 
Ayer fue uno de esos días flojos, en los que uno es consciente de que debería estar pensado en hacer mil cosas a la vez pero, a la hora de la verdad, apenas hay energía para cocinar unos macarrones. Así que comencé, y terminé, siendo una lectura adictiva, el manga Mi experiencia lesbiana con la soledad, que le había regalado a Claudia, también pensando un poco en mí, y ella me había prestado. Cuentan de un sabio que un día... Ya se sabe, las situaciones autobiográficas que la autora relata allí llegan a tal extremo de patetismo que, en comparación, tanto mi vida como muchas otras resultan un prodigio de estabilidad. En El azul es un color cálido, motivo de análisis en mi TFM, se contaba una historia similar, de iniciación erótica, pero se hacía desde el amor, la pasión desatada. Este manga es anti-romántico y supongo que, además de por lo divertido que resulta, esa es una de las razones por las que me gustó tanto. Ahora que hay mucho debate con la prostitución, resulta que también existen mujeres, jóvenes, que recurren a contratar prostitutas nada menos que para iniciarse en el sexo. Y lejos de considerarlo una vergüenza, la autora se vale de ello para escribir un manga que ha llegado lejos, de lo contrario no estaría hablando de él. Una circunstancia patética ante los ojos de mucha gente, pero que le ha hecho ser conocida, al menos en su ámbito. Es motivo de reflexión, sin duda. 
Salvando las distancias, a mí me sucede algo similar con algunos de los escritos que estoy planeando en estos días. La literatura sirve para eso, entre otras cosas, ¿no? Para exorcizar recuerdos. Y de eso en este blog he utilizado bastante. Lo seguiré haciendo, aunque quizá no con tanta gracia como en esa obra fácil y rápida de leer, que os recomiendo sin duda. 

No hay comentarios: