sábado, octubre 05, 2019

XIII Aniversario del Blog.


Cuando comencé este blog, me encontraba viviendo en Madrid, en otro piso, y el XIII aniversario, se dice pronto cuando esta clase de espacios ya se han vuelto bastante obsoletos, coincide con el estreno de otro espacio, del primero que, en realidad, no comparto, aunque no sea la primera vez que vivo solo. Y también se cumple la primera semana desde que me instalé allí, y ya lo siento bastante mío, como si llevara un mes. Huelga decir que todavía hay que insuflarle vida; hasta cierto punto, claro, porque no voy a llenar de muebles y trastos un lugar en el que desconozco cuánto me quedaré, con todas las opciones de posdoctorado y demás ofertas en el horizonte. Sea como fuere, lo disfrutaré hasta ese hipotético momento. Cualquier rincón, por humilde que parezca, es digno de ostentar su propio brillo, como en la habitación que quiero convertir en estudio-aula. Es la de la foto de arriba y, por ahora, ese es su sobrio rincón de trabajo. Ya lo estrené, garabatos de lápiz tan solo, pero es más de lo que he llevado a cabo en otras moradas. Existen obstáculos para la creación, desde luego, como la suscripción a HBO que venía con el pack de internet. Esta mañana, a una hora rara para ver series, continué con el visionado de uno de los escándalos de la temporada, Euphoria, y se me hacía raro estar ahí solitario en el sofá mientras contemplaba ese sensacionalista, si bien muy interesante desde la temática LGTBI, queer, gorda, etc., cóctel de sexo casi obligatorio, drogas y una aparente falta de futuro. En fin, no la pillé a tiempo para meterla en la tesis, porque anda que muchas de sus reflexiones no concuerdan con las de aquella. En todo caso, solo voy a seguir un breve número de series, como ha sido mi política hasta ahora, sin que falten clásicos como American Horror Story, la primera temporada que veo ya doctor, tras aficionarme en Oviedo gracias a mi compi americana. Y qué curioso que esta vez sea un homenaje al slasher de los ochenta, de los cuales también me empapé bastante en Oviedo gracias a un amigo. En fin, la mudanza progresa de forma lenta, pero segura, y así es mejor que suceda. Me han ayudado, a su manera, los de la academia de Inglés, con las largas indefinidas que me han propinado. No es ningún problema: back to basics, yo soy autónomo para buscar y encontrar trabajo, seguiré con la estrategia de las clases particulares, que ya me dio frutos en el pasado. Si ya en ese año inicial del blog conseguí que me contrataran en el Corte Inglés, llegando borracho y con la corbata torcida, con el riesgo de hundir su establecida imagen, anda que no lograré otros curros, con tal de mantener el mi ático, que ya en pocos días le he cogido cariño. Hasta voy a retomar la venta de libros de los Abrasadores, que fueron el germen de este espacio. Que el Gobernador de Libia nos ampare, pardiez. Quién lo hubiera dicho. De los five carros a Dr. León.

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