viernes, abril 11, 2008

Lección oral y particular con un becario.


Antes de pensar mal, dejadme que justifique el título...

Ser pocos en clase creo que tiene más ventajas que inconvenientes, pero entre estos se podría destacar que estamos bastante más controlados. El calificar el veinte por ciento de la nota según la asistencia es una medida que han adoptado algunos profesores, no todos, de cara a evitar situaciones en las que se encuentren ellos solos al llegar a clase.

En nuestro caso, nada de eso ha llegado a darse aún, lo más cercano es lo que ha sucedido esta mañana. Fue en clase de Inglés. Puede que no os la toméis muy en serio, por lo de las chucherías y los dibujos animados, pero para mí es importante, aún cuando ya la hubiera aprobado. Yo leo libros en inglés, prefiero las películas en versión original y, si al final puedo trabajar en lo que realmente me gusta, este idioma será muy importante para mí. Cierto que este curso yo parto con ventaja, al haberme librado de las dos asignaturas de Literatura que estas sí me convalidaron. Mis compis tenían examen de Literatura Medieval a última, y tampoco vinieron los Erasmus, que suelen ser bastante fieles a la lengua inglesa.

Por tanto, me encontré yo solo en el aula. Creía que el profesor, nada más ver el percal, se volvería sobre sus pasos, pero no fue así. Eso es algo bueno. Dado que a él le pagan por impartir clase, y yo he pagado por asistir, ambos cumplimos. Para que la escena no fuera tan triste, supongo, se colocó cerca de mí, sentado en el banco de enfrente, una auténtica lección particular. Con tanta cercanía física que casi me sentía intimidado... Tened en cuenta que este becario debe tener más o menos mi misma edad, si bien unos cuantos más centímetros de altura. Así que la clase desarrolló la actividad del speaking (hacer tertulia en inglés, vamos) Primero comentamos algunas fotos del libro y luego, por fortuna, la conversación derivó hacia cualquiera de las que se pueden tener a diario en plan cafetería.

Las películas de los Oscar (a él no le gustó Juno, eso es un punto a favor); las series británicas como, desde luego, Little Britain; el Youtube (casi le doy un enlace a Vagos y Maleantes, pero me corté), etc.

Aunque no recordaba muchas palabras y por ello mi charla era un tanto entrecortada, creo que es una buena práctica. Cuando estuve en USA, me quedé con las ganas de haber practicado más con nativos, un pequeño fallo, personal, dentro de ese gran viaje.

Pero bueno, por lo menos que no se diga que estas clases personales hasta el paroxismo no valen para nada...

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