martes, noviembre 27, 2012

TOEFL



Aquí no se andan con tonterías, amigos. Para hacer el máster en la Universidad de León te pedían dinero, bastante más con la reciente subida de tasas; aquí la matrícula es gratuita, lo que supone un ahorro de diez mil euros nada menos, pero los requisitos no se quedan cortos. En mi actual nivel de Inglés me desenvuelvo de forma airosa en las situaciones cotidianas, al menos soy capaz de comunicarme y transmitir lo necesario. Ahora bien, para acceder al máster, pese a que este verse sobre literatura española e hispanoamericana, hace falta acreditar un nivel similar al Advanced de Cambridge. En el test TOEFL, que es el que pretendo realizar, una puntuación de 90 sobre 120. Todo ello, antes del 15 de enero. 
Parece una locura. Hay gente que emplea un año entero de academia de idiomas ya no para preparar el Advanced, sino el First, y lo que yo pretendo es alcanzar ese nivel por mi propia cuenta, si acaso yendo a que me hagan algún test de prueba. Con todo, no empiezo de cero. De lo contrario, no me hallaría aquí. Tras siete años de Inglés en el colegio y tres en la universidad, a esta base habría que sumar que en los últimos años me he aficionado al cine en versión original, a lecturas en lengua inglesa muchas veces por mero placer y, en fin, a sumergirme en esta cultura cibernética donde es el idioma dominante. 


Lo que en León no llegué a realizar lo estoy poniendo en práctica aquí: hablar y escuchar en inglés, aún en las situaciones más cotidianas del día a día. Con ese bagaje, quizá no llegue a la puntuación exigida en Lund, pero al menos confío en no hacer el ridículo. Tampoco importaría, porque es un test por internet, bastante impersonal. No me arrepiento de no haber ido a clases de Inglés durante la carrera. Me centré en lo que me tenía que centrar, eso es todo, y por la misma razón no fui al gimnasio o a desarrollar otras actividades. Si al final no puedo quedarme aquí estudiando, la solución está a la vista. Puedo volver a León, en un plan distinto al de Filología. Allí todo es más barato, también las academias de idiomas. Podría sacarme el Advanced, al menos eso espero, y realizar el máster de Literatura. No arrojando a Lund tan rápido al arroyo, siempre estaría la opción de pedir una plaza para el doctorado. En este caso no es obligatoria la prueba de idiomas, salvo que cada departamento así lo especifique. 


Para mí es un reto, siempre bienvenido, que me estimulará durante las próximas semanas aunque también, me temo, va a frenar un poco la algarabía navideña. Nevermind! Al menos, alguna ronda de tapas caerá, algo impensable aquí. La experiencia del viaje, creo que ya lo remarqué, se sostiene por sí misma, valga de muestra mi paseo por la playa de Malmö del pasado domingo. Puede que fuera uno de los peores días para ir a la playa. Ya no por ser finales de noviembre, sino porque llovía con rabia y el viento casi arruinó mi endeble paraguas. Pero yo me sentía feliz de estar allí, una sensación de libertad que no se repetiría si regresara en verano con buen tiempo. Vuelvo al English, pues, quizá alguna de las próximas entradas sea en este idioma, como sucedía en el viejo y entrañable blog del amigo Hall... 

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