domingo, abril 19, 2015

Semana freak, queer y freudiana.

Cuando uno dispone un viaje a Madrid en el horizonte cercano, por breve que sea, conviene gastar menos en otros asuntos, por aquello de hacer balance. Ya el lunes me había agenciado el tercer ladrillo de la saga El portador de la luz, de Brent Weeks, que salió el mes pasado y, por tanto, no hubo opción de rebaja posible. Mis padres me iniciaron en la serie, que es buena aunque prefiero la de Martin, cuando me trajeron la segunda entrega de Suecia. Hablando del tema, el lunes también vi el primer capítulo de la presente temporada de Juego de Tronos. No faltó alguna escena bastante queer, a juego con las teorías que he estado resumiendo durante la semana para la introducción de mi tesina. ¿Y qué pinta Freud en todo esto? Bueno, al hablar de queer siempre hay alguna reminiscencia hacia su figura, aunque solo sea para vituperarle. En todo caso, no lo cito por eso. 
Hablábamos del presupuesto para libros. Aparte de la fantasía heroica, hoy tenía pensado adquirir el volumen compilador de Freud que venía con el periódico. Pero claro, fui al rastro y vi uno que me traía tres obras suyas por un euro. Al saco, junto a la Galaxia Gutenberg de McLuhan, que me trae recuerdos de la asignatura de Medios de Comunicación, la última que aprobé en la carrera. El rastro, o mercadillos librescos similares, tiene el peligro de la compulsividad. Lo he comprobado. Compras un libro por dos euros y poco más allá te lo encuentras por uno. No me pasó eso, pero sí ver otro ladrillo, este con las obras fundamentales del psicoanálisis de Freud, que también acabé comprando. Con todo, los dos me salieron por un precio mucho más reducido que el que venía con el periódico, el cual no dejaba de ser una mera antología comentada. 
No hay demasiadas esperanzas de que el próximo domingo visite la cuesta Moyano, así que podré rebajar el ritmo... En realidad, mi viaje a Madrid debería ser más largo, pero me han puesto una matrícula online de cuatro días, la mitad de los cuales, irónicamente, coinciden con el fin de semana, cuando los bancos no están abiertos. Cursos de formación que no dejan de ser un poco de sacacuartos y un poco de obstáculo para aquellas personas que no vivan en Oviedo o tengan trabajo más o menos estable, al margen de que su contenido pueda ser interesante y útil para el doctorado. 
Da igual. Dos meses apretados, para los cuales tengo esperanza. La Fuerza despierta, parafraseando el título de la próxima película de Star Wars. Lo de semana friki iba por ello también, yo también me he emocionado al ver el avance y escuchar lo de Chewie, estamos en casa. Creo que es un sentimiento que permanece en el subconsciente de una generación. Y, con ello, volvemos a Freud. 

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