domingo, abril 09, 2017

Mosquitos, moscones y martillazos.

Es esta una semana de muy malos recuerdos pero que, no obstante, se ha celebrado, en su primer tramo, en un clima lo más positivo posible, en compañía de gran número de familiares y también algún amigo. El regreso a Oviedo, por otra parte, comenzó de manera un tanto nefasta. Este piso, que entre sus valores siempre ha ostentado una tranquilidad casi monacal, se veía perturbado por unas obras en el piso de al lado, posiblemente para ponerlo a la venta. Martillazos incluso un sábado por la tarde. El día en que la sinfonía se hizo más machacona, creí descansar ya por la noche al acostarme cuando un zumbido me pasó rozando la cara. ¿Un mosquito? Un poco pronto para eso, ¿o no? Lo curioso es que me pareció verlo apoyado en alguna pared de la casa y lo dejé ahí con absurda misericordia, pues luego me dejó su impronta en diversas partes de mi anatomía, desde el cuello, prototípica marca vampiresca, hasta el tobillo. Habrá huido o habrá muerto de empacho, el caso es que no he vuelto a tener noticas suyas. Debería de haberle enseñado también la filosofía a martillazos, tal y como predicaba Nietzsche, a quien estoy leyendo en estos días. Prefiero las mosconas y moscones enormes que suelen entrar por la terraza y que, pese a su ruidosa presencia, al menos son inofensivas. 
Presencias extrañas en el hogar y otras que se van materializando, espíritus informes que toman carne, ¡y menuda carne! Ahora, el silencio. La Semana de Pasión me encuentra en soledad aquí, por algunas jornadas, antes de regresar al tumulto de los papones y las limonadas (que aquí también se ofertan). En Oviedo hay menos tradición procesionaria, aunque no faltaran palmas de todos los colores hoy a mediodía. Y si el tiempo acompaña, para qué hablar. A mí en cambio me provoca cierto sopor, coincidiendo con el final de una semana que trae muchos momentos para rumiar, también como diría Nietzsche, y recuerdos al asalto, algunos muy lejanos ya. Suerte que puedo concentrarme para escribir en el blog, pero a los temas corporales les cuesta, de hecho, tomar cuerpo en la tesis por ahora. Llegarán, todo a su tiempo. Ay, el cuerpo... 

No hay comentarios: