lunes, julio 02, 2018

La era de la certidumbre.

Interrumpo el relato del Orgullo para hacer ciertas reflexiones al hilo de la nueva derrota futbolística de ayer, que no es algo que, debido a mi falta de afición, me preocupe mucho pero que, en perspectiva, me permite extraer ciertos paralelismos. ¿Cuándo triunfaba la selección española? Ya hablé hace dos años, en el contexto de la Eurocopa, sobre esa edad de oro, muy ligada al colectivo Diversidad León y sus Orgullos de entonces, así como a la licenciatura de Filología Hispánica, que no en vano transcurrió desde el 2008 al 2012, coincidiendo con la citada época gloriosa de la Roja. 
Una era de la certidumbre. ¡Qué fácil parece ahora! (Aunque no lo fue). En esa carrera, a la tercera va la vencida, bastaba con aprobar exámenes, ir a clase y hacer los trabajos de marras para garantizarse el título. Nada más, y nada menos. Nadie esperaba que pubicáramos nuestros humildes trabajillos de diez folios en ninguna revista, con o sin index. Ahora estoy llegando al desenlace de la era de la incertidumbre. Todavía no abarcó esta el Mundial de Brasil del 2014, durante el cual andaba yo ultimando mi TFM. Sí, claro está, la Eurocopa del 2016, año nefasto donde los haya. Y, en el presente, pues sigue la debacle. Ello no implica paralelismo con el doctorado, creo yo. Yo no quiero vivir de glorias pasadas. 
La incertidumbre significa, no solo respecto a mi tesis, que no se puede dar nada por hecho. Algo tan evidente que, en los dos primeros días de este mes, ya he comprobado de forma reiterada. Habrá que aplicarse el cuento. Acabadas las fiestas, quiero llenar el hueco entre el fin del curso y el comienzo del siguiente (curso universitario, que es mi principal objetivo para dar clase de español), mediante un nuevo envío masivo, o casi masivo, de textos como reseñas, entrevistas, artículos o lo que se tercie. Es mi único colchón de seguridad ante el requisito que se me pide y ante la exasperante tardanza de algunas publicaciones a la hora de contestar, lo cual constituye el mayor factor de incertidumbre. Creo que, más que la prórroga, lo que me voy a jugar ahora son los penaltis... 

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