domingo, febrero 10, 2019

Rechazo.

Sin grandes tragedias, pero no puedo afirmar que el año haya comenzado de buena manera. La tónica general es positiva, eso sí, pero, por el momento, ha habido importantes temas en los que me he dado de bruces con la inmovilidad y el rechazo. Aunque el único rechazo importante, en realidad, es el que tuvo lugar este jueves cuando, una vez más, el mi pobre artículo sobre Deseo, placer, de Gimeno fue rechazado por la misma revista (que, a modo de premio de consolación, al menos sí me aceptó una reseña). Creo que lo peor fue el modo de fracaso porque, ya de fracasar, hacerlo con todo el andamiaje. Pues no. Ha habido importantes mejoras, y eso es positivo, pero me ha dejado con la sensación de coitus interruptus, ahora que estoy leyendo libros sobre sexología. De los dos informes del artículo, uno era favorable y el otro desfavorable; no he leído este último ya que, a estas alturas de la película, me trae sin cuidado y, por otra parte, era más de lo mismo, que si falta bibliografía (pese a que incluí cuarenta referencias), que si Foucault, que si esto o lo otro. Pero bueno, ¿tanto le habría costado a esta entidad anónima poner aquello de aceptación condicional? Esto empieza a parecerme una farsa. 
Pero hay, aún, tres artículos en reserva, además de otro que acabaré hoy y este pobre huérfano que, sin cambiar una palabra, probablemente tendrá una última oportunidad si lo envío la próxima semana a una revista de la Uned. Ironías de la vida, el viernes vino a León la autora motivo de mi análisis, pero mi cuerpo no fue mi gozo, a diferencia de su novela, y me asaltó con un catarro pasajero que me dejó fuera de combate. Lástima, aunque, francamente, no creo que el hecho de conocer a Gimeno en persona vaya a cambiar la suerte de mi doctorado. Presentaba un libro que conozco de memoria, como sea que es sobre el que me aceptaron la otra reseña pendiente. Me gustaría conocerla, sí, aunque tal vez mejor después de que defienda la tesis, si es que dicha defensa llega a materializarse. Para que así sea, voy a darlo todo. Otras metas podrán esperar unos meses, dado que en esta el calendario es el que es. Hay algo de lo que estoy seguro, y es de que todos los rechazos acaecidos en lo poco que llevamos de año son reversibles. O insignificantes. 

No hay comentarios: