martes, febrero 22, 2011

Ander.

Ahora que han pasado los Goya puedo decir que la piratería al menos te permite dar con rarezas que de otro modo serían casi imposibles de encontrar, fuera de grandes ciudades imagino. Es el caso de una película que han comparado con Brokeback Mountain, aunque solo guarda algunas semejanzas (y en conjunto resulta peor). Se llama Ander y, aunque ha sido premiada en festivales internacionales, dudo que haya llegado a muchos cines, por tres razones principales:
a) La mitad del metraje está hablado en euskera, con subtítulos.
b) Siendo una trama mínima, dura más de dos horas. Y sin ritmo digamos que ligero.
c) Last but not least. Trata de la historia de amor entre un pastor vasco y un inmigrante peruano. Vamos, para proyectarla en el Valle de los Caídos.
Recomiendo esta película, eso sí, a los enemigos de los tópicos sobre homosexualidad. No es que los rompa, los dinamita. Quien tenga en mente un protagonista atlético con calzoncillos de Calvin Klein (o imitaciones), que ahorra para ver a Lady Gaga... que vaya preparando el hara-kiri. Este tal Ander es gordo, peludo, lleva ropa interior de su bisabuelo, le gusta escuchar jazz mientras vigila a las vacas y meterse buenos bocatas de tortilla. Porque en esta película se come mucho, de principio a fin, y a lo bestia. En comparación, se folla poco, a lo hetero y a lo homo. Hay un personaje de prostituta, también poco típico, pues no está forzada y lo hace por comer ella y su hijo. La película tiene un desenlace positivo, sin estridencias como es el tono habitual en ella; eso sí, resulta triste que ciertos sentimientos nunca salgan a la luz hasta que la sombra paterna y materna se percibe lejos...
Y, como esto no es Mentiras y gordas, los cuerpos masculinos a los que se desnuda no quedan muy estéticos en pantalla. No es algo que me importe pero, como me suele suceder con el cine español, me pregunto si no sería mejor sugerir un poco más y mostrar un poco menos. Hace poco he visto Cisne negro, esa sí que es una película digna de ser premiada. Allí había escenas que me excitaron bastante sin mostrar ningún desnudo, claro que Natalie Portman y Mila Kunis no se pueden equiparar a unos mocetones vascos... (en mi gusto, claro).
Gordo también es el metraje. Tengo la impresión de que, si esta película es tan larga, es porque para pillar la subvención tuvieron que poner más diálogos en vasco, habida cuenta de que dos de los personajes principales solo hablan castellano. Pero, en fin, al margen de todo ello, me alegro de que alguien se acuerde de retratar la homosexualidad en el medio rústico. Falta hace...

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