jueves, diciembre 13, 2012

Leaving Furulund.


Yeah, I am leaving Furulund. No os preocupéis, no voy a escribir en inglés, la cabeza no me da ahora para ello puesto que, como indiqué, estoy en la víspera de un viaje. Un viaje ya conocido, por otro lado, hacia Estocolmo, donde pretendo, con una semana de antelación, celebrar la nochebuena con mi familia sueca. Lamento tener que abandonar esta espaciosa y (ahora) tranquila casa, si bien no fui advertido de los penosos horarios que la comunican con Lund. Cosas de vivir en un pueblo... Pueblo que yo no tengo en León, así que me he tenido que trasladar a Suecia para disfrutar de instantes tan crueles como bellos; las fotos que tomé esta mañana dan fe de cómo me empapé de nieve y frío para tomarlas. Bueno, reconozco que podría haberme abrigado mejor, estaba en plan de andar por casa... 

Ayer llegamos a alcanzar menos quince grados. Al lado de eso, León goza de un clima mediterráneo. En este invierno, por mí como si nos vamos de terrazas cuando esté nevando. Pero en Suecia ni siquiera hemos pasado del otoño, y eso que estoy viviendo en el extremo sur... Iba sobre aviso. Como con los precios. Pero ambos aspectos han superado mis expectativas. Con todo, es una gozada ver un río helado, sin llegar a la inconsciencia de pretender caminar por encima de él. Si, por una razón u otra, no soy admitido en la universidad de Lund, buena idea sería regresar a esta casa tan solo por unos días en el escaso estío que disfrutan aquí, y poder volver a esos ahora congelados bancos junto al río y tomar una birra, una auténtica birra de ese campo de concentración para birras llamado Systembolaguet. 


Queda ahora la enojosa tarea de pensar en cuántas de las cosas que voy a meter en las maletas van a ser en verdad útiles o ciertamente inútiles. Con algunas es costoso acertar. Pero todavía no es tiempo de calibrar hasta los gramos pues el vuelo de Lufthansa no está programado hasta el día veinte. Primero tengo la esperada visita a Copenhague. Sí, según me han comentado, puede que esa capital se adapte mejor a mi personalidad que Estocolmo, lo cual podría hacerse extensible a todo el país, Dinamarca. Veremos si en un par de días soy capaz de averiguarlo. Por lo que al presente momento respecta, no puedo asegurar si volveré o no a poner los pies en esta casa dentro de un futuro cercano. Siempre podré hacerlo en mis escritos o ensoñaciones: Ayer soñé que volvía a Furulund...

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