lunes, febrero 23, 2015

La noche del alpiste.

Que no se diga que Cuarto Milenio no puede aportar nada a un doctorado. En los trabajos de investigación, los palabros siempre resultan llamativos, así que, para el de Teoría Feminista que renacerá de sus cenizas, utilizaré el que dijeron ayer a referencia de su catálogo de freaks, la teratología. Combo clásico de los últimos años (cuando me lo he podido permitir), llegó luego la noche de los Oscar. 
Si estoy escribiendo aquí es porque me han cundido las escasas horas de sueño. Tal vez pueda echar luego una siesta en el tren, si no hay personas en el vagón dignas de ser abofeteadas al estilo del profesor Fletcher. A mí la gala no me aburrió. Siempre dicen lo mismo, que es larga y aburrida, pero ello se debe a que no todo es igual de interesante. Lógico. La gente quiere ver a famosos, no a quien gana los efectos sonoros o los premios técnicos. Sin embargo, pese a que en la escuela de cine a mí el apartado técnico se me diera mal, resulta que es algo imprescindible para el éxito de una película. Por otra parte, a veces es la gente desconocida la que da los mejores discursos, como el guionista de la biografía de Alan Turing. De mi misma edad, más o menos, por suerte no comparto con él el hecho de que intentara suicidarse de adolescente. Por ello, dedicó el premio a aquellos adolescentes raros, para que puedan sentirse empoderados (otro horrible y recurrente palabro). ¡Ya podría haber caído en los Goya algún discurso así!
Con eso, y el feminismo de Patricia Arquette, la gala ya merece el aprobado. Lo siento por Boyhood, que es un filme emotivo pero se pasó de largo y telefilmero. Yo aposté desde el principio por Birdman. Al igual que otros años, me convertí yo mismo en pajarraco y fui picando alpiste durante toda la noche. No lo acabé todavía, estoy en ello. Por cierto, para coincidencia, la de Julianne Moore y Eddie Redmayne. Fueron madre e hijo en el filme Savage Grace, rodado en España por un director gay. Había de todo ahí: incesto, homosexualidad, tríos... Eddie, que es de mi quinta, era un adolescente allí, y se ha conservado estupendamente. Lo mismo digo de Julianne. La peli no será muy buena, pero merece la pena que la conserve en mi colección. A diferencia de lo que comentaba el año pasado, imagino que los próximos Oscar los pasaré también aquí, al menos eso sería lo más previsible. El fin de semana concluye así de modo magnífico, a pesar de que comenzó con una pérdida del tren por un par de minutos, algo que no me había sucedido en años. El siguiente tren, por cierto, llegó a León diez minutos tarde. ¡Predicando con el ejemplo! 

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