martes, junio 09, 2015

La hemeroteca contraataca.

Gracias a este blog, siempre buen recordatorio de tiempos pasados, y a funciones análogas que aparecen en las redes sociales, he podido rememorar aquel mes de junio de 2014, proclive al narcisismo en versión impresa, y digital, gracias a un par de reportajes que me hicieron respecto al premio fin de carrera. El primero de ellos no fue exclusivo, pero, aparte de utilizar mis palabras para el editorial del periódico, sí aparecía en un recuadro con este titular: Estoy con el inglés y haré el doctorado en el extranjero. Bueno, al menos la primera parte era verdad. La segunda, solo parcialmente. 
Estaba con el inglés en junio del año pasado. Lo saqué, y sigo con él. Leo en esta lengua, escucho películas y series y, lo que es más importante, escribo whats ups (algo es algo) y hablo con algunas amistades que he hecho durante este curso en Oviedo. No intercambios de cinco minutos tipo academia, sino verdaderas charlas de tapeo y sidrería. El idioma para la vida diaria y para relacionarse, que es lo que cuenta. 
Cabría preguntarse, dado que se trata de personas que han venido a España a estudiar o trabajar, por qué me molesto en hablar en inglés cuando son ellas las que deberían hablar en español. No es algo que me importe, antes bien me beneficia. En el Advanced, la parte oral me quedó al incómodo nivel de borderline, así que, cuanto más hable, mejor. No me preocupan los errores sobre la marcha, sobre todo pretendo poder comunicarme correctamente, que es lo que necesitaré si vuelvo al extranjero, no esas preguntas pomposas que nos hacían en el examen. 
Y haré el doctorado en el extranjero. Sí, eso pensaba. Podría haberme pasado meses y meses buscando doctorados fuera, y no encontrar nada. En la vida hay que tomar decisiones, por fortuna no siempre tan drásticas como la del último capítulo de Juego de Tronos, así que la tomé. ¿Qué hay de verdad en las palabras que dije? Bueno, pues que el doctorado no solo invita a irse tres meses fuera, para obtener la mención internacional, sino que, además, están los congresos y el hecho de que hay muy pocas actividades presenciales en esta ciudad. La compañera con quien comparto directora es china y os aseguro que no vive aquí. No se cómo se las apañará para realizar actividades de formación, como el curso que comencé ayer, pero es la viva muestra de que este doctorado lo puedes hacer en el extranjero, aunque sea de la Universidad de Oviedo. Mientras funcione el wifi...
Así pues, al margen de los tres meses de la estancia, yo desde luego que no descarto pasar más tiempo fuera, currando o simplemente preparándome para el futuro. La hemeroteca ataca, aunque en este caso la incongruencia no ha sido tan grande como parecía en principio. 

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