viernes, junio 05, 2015

Las ñapas.

Tal y como señalé en la anterior entrada, no voy a pagar dinero si no estoy seguro de que la tesina va a estar a punto para la defensa. Aquí no hay segunda oportunidad. Primero pagas y luego, si no te presentas o si te la tiran abajo, hay que volver a pasar por caja para una próxima convocatoria. Cuando comencé este proyecto, sugerido primero por mi tutora y luego por mi directora, contaba con que habría que afrontar un carta de pago, pero no me preocupé demasiado por el factor ñapas. 
Este término me vino a la cabeza cuando me informaron del montante final de la tesina. Lo utilizó una vez un compañero de la carrera, al decirnos que un diccionario etimológico le había costado treinta ñapas, y eso que lo encontró en una librería de lance. Dado que él abandonó la titulación aquel curso, me pregunto si le habrá servido de algo, aparte de para favorecer su cultura general. En todo caso, el otro día tuve un momento glups al saber que la tasa estaba en unas 170 ñapas. Yo comprendo que hay que juntar a tres miembros del tribunal, que deben de haberse leído la tesina completa (o no), pero me sigue pareciendo un poco excesivo porque es más o menos la misma cantidad que la matrícula del doctorado. 
Eso no me echa para atrás a la hora de defender el proyecto, pero lo que no voy a hacer es pagar aprisa y corriendo para luego entregar una chapuza. El último día es el 23, y ahora mismo no tengo ni tribunal, ni fecha de defensa. Por no hablar de la impresión, encuadernación (más ñapas), etc. Vaya, que esto tiene que quedar bien para que merezca la pena. En contra de lo que se pudiera suponer, dejarla para septiembre no significa que me tome vacaciones ahora y la retome cuando estemos a 35 grados o similar. Esta misma semana estoy con el bloque práctico, el más importante. En junio haré el borrador, el resto del verano para las correcciones de todo el conjunto. El TFM lo finiquité en julio, sí, pero esa era otra historia. Estaba deseando acabar con el máster para afrontar mi inescrutable futuro. Siendo la tesina parte integrante, en algún modo, de la tesis (por eso la hago), dos meses no significan absolutamente nada. Ahora solo queda que mi directora, que ya se puso en contacto conmigo, esté de acuerdo. Y creo que sí, no en vano ella tendrá que dar el visto bueno y siempre será mejor darlo a un trabajo pulido y, si se puede decir, mimado. Que las 170 ñapas no vayan a saco roto. 

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