Cercana ya mi despedida, ayer tuvo lugar un acto de hermanamiento entre León y Madrid, que espero sea anticipo de lo que nos puede deparar este curso. En el encuentro estuve con Oli y dos paisanos, Gema, que trabaja con él en Pozuelo, y su hermano Javier, que es director de cine y estuvo dando clase en la escuela de cine de Ponferrada (DEP) También ha escrito un par de libros, uno de ellos sobre ciencia ficción, género en el cual está enmarcada la película que fuimos a ver. Por cierto, os recomiendo su blog, http://www.saberius.blogspot.com/
Había un ciclo de este estilo en el Círculo de Bellas Artes, y la película era El increíble hombre menguante, de Jack Arnold, todo un clásico que luego dio pie a innumerables plagios, y que yo aún no habia visionado. Me gustó sobre todo al final, cuando el hombre es totalmente diminuto y tiene que enfrentarse a un entorno hostil. Más que el comienzo, cuando empieza a menguar me trae recuerdos ineludibles de la Tierra Media.
Tras el filme, fuimos a tomar unas tapas, algo raro en Madrid, sobre todo que no te las cobren, pero también hay bares de este estilo, que hacían rememorar el Barrio Húmedo, por eso y también porque hablamos del proyecto que Javier trae ahora entre manos, ni más ni menos que la biografía de Genarín, si alguien aún no sabe quién es por favor que pregunte al leonés que tenga más cerca, y es fácil porque los hay por todas partes, qué es lo que hizo la noche del Jueves Santo pasado... O que busque en Wikipedia, quizá mejor Frikipedia. Yo ya le dije que si necesitaba algún extra, quizá un joven parroquiano de Casa Benito en el año de su inauguración, 1915, contara conmigo. Posiblemente quien le interprete sea el padre del portero de Aquí no hay quien viva, a quien el papel le va como un guante.
En fin, dado que ellos ahora mismo tienen más obligaciones, yo ya dije que si no les veía por la tierra en la medida de lo posible procuraría pasarme por aquí y retomar el contacto, que entre cazurros hay que ser algo endogámicos. Yo regresaré en brevis, me voy ahora a dar una última puntilla a mi traslado de expediente, y confío en que el último post del mes sea la crónica del concierto de Franco Batiatto, esperemos que no se olvide del gobernador de Libia que vela por nuestros pasos.
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