jueves, septiembre 13, 2007

La sal de la tierra.


Buen momento para ver este valiente filme de izquierdas, producido durante la época más áspera del Macartismo, no en vano tanto su director, Herbert Biberman, como buena parte del equipo fueron incluidos en la infame Lista Negra de Hollywood. Fue prohibida, claro está, hoy en día la película se guarda en la biblioteca del Congreso de Estados Unidos por su gran valor socio-histórico.

El concepto de la película es una discriminación dentro de una discriminación. En una explotación de zinc en Nuevo Méjico, los mineros chicanos se rebelan para tener los mismos derechos que sus compañeros anglos, y empiezan una huelga que, cuando les obliguen a abandonar, será continuada por sus mujeres, provocando un curioso cambio de papeles en las labores tradicionales de hombres y mujeres, venciendo la reserva del machismo de los mejicanos , que a fin de cuentas no olvidemos proviene de nuestros machismo español judeo-cristiano.

En mi trabajo la verdad es que no hay discriminaciones. Los hispanos son mayoría, pero todos, sin distinción de sexo y raza, cobramos lo mismo aguantando lo mismo. Lo tomas o lo dejas, yo soy de los que se pueden permitir dejarlo, y a eso me iba a disponer ahora, aunque, teniendo en cuenta que es mi primer día libre semanal, no me apetece mucho pasarme por ahí, vamos a ir a la filmoteca por tercer jueves consecutivo y ya mañana espero que, venciendo mi indecisión, lo confirme. No quiero despedirme a la francesa, como el anterior, que se que eso solo fastidia a quienes están en mi misma posición. Dos meses, bueno, ¿qué tiene eso de raro? Hay quienes acuden el primer día y luego salen escopetados...

No hay comentarios: