domingo, octubre 12, 2008

Si esto es un hombre...


Aquí estoy, con mi pijama, que no es a rayas pero sí azul. Es una desgracia tener que aguantar estos días, cuando necesitas dormir y no puedes. Hoy me desperté escuchando cómo la pareja de enamorados otoñales de abajo ponían el coñazo de desfile ese. Por ello, mi deshidratado cuerpo os escribe unas líneas para celebrar que este fin de semana inaugura el nuevo curso social en León. Mi resaca ha vuelto de vacaciones, y con ella algunos excesos que deben de ser limados. Claro que iba sobre aviso. Se sabe cómo se entra en los cócteles entre amigos, pero no cómo se sale...

Ahora siento una rara sensación de nostalgia post-coital, así que lo mejor será vegetar hoy en la medida de lo posible y ya mañana organizar este piso que gobierno durante pocos días. Por cierto, si me llegara alguna foto en la que salgo con una guirnalda de flores postizas del chino en la cabeza, con una resemblanza al Baco de Caravaggio (y como tal bebí), supongo que tendré que colgarla, aunque no salga tan en plan modelito como en las anteriores. Era una fiesta hippy, en teoría, aunque fuera con flores del chino. ¿Para cuándo una fiesta de togas, como en el clásico Desmadre a la Americana, ese que aún no he visto? Habida cuenta de que la anfitriona era americana, todo es posible.

En fin, será mejor que deje esto antes de que diga algo que no quiera confesar. Ayer no era mi cumpleaños, pero lo será pronto, aunque ya me estrené en ciertos sentidos. Hum... Quizá me sentó mal ese bizcochito con una extraña crema blanquecina en su interior. Me las piro, que ya voy a decir cosas inconfesables.

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