martes, diciembre 30, 2008

Bon apetit!

Avanti! Vamos a acabar el año con una exquisita comida que tuvo lugar el pasado Día de los Inocentes. Fijáos, hasta con nuestro propio cartel de bienvenida, qué qualité.




Y nuestro propio menú personalizado, aunque no podáis leer un carajo. Por suerte tengo fotos de los platos, que de hecho parecen cuadros. Aunque son mejores de degustar que de ver.




El aperitivo era esta varita de Harry Potter sobre una bola no de helado, que lo parece, sino de queso de cabra. Al lado, caldereta de salmón con cebolla y otros aditamentos.





Aquí tenéis un escabeche dulce con verduras asadas. La salsa creo que sea de caramelo y pringa bastante, lo se porque tuve la torpeza de dejar el cuchillo sobre la misma.



Antes de la carne sirvieron concentrado de crustáceos con vieira confitada. La comí tan rápido que se me pasó el hacer foto. Y no se por qué, la verdad, ya que el pescado no es que me guste mucho. Bueno, tampoco es que fuera un pez, ¿no? Salió de una concha, como Afrodita. Y con furia me lancé asimismo hacia la ternera lechal. Sí, colegas, por ello la veis tan mordisqueada. Esa es la razón de que no pueda hacerme vegetariano aunque quisiera, je, je. Cuasi sangrante, con patatitas y genial. ¿Lo peor? Que ya estaba demasiado lleno como para comerlo todo. ¡La raza, que degenera!




Y no es que sea muy de dulce, pero reconozco la valía de este postre: brocheta de fruta, tiramisú y helado de turrón. Lo de abajo no es una loncha de queso, sino de piña. Curioso, ¿eh?


Y, cuando ya había comido todo, aún me faltó meterme un chupa-chups para hacer la gracia de imitar a mi Mini-Yo, Pablito. Y así se me quedó la lengua...En fin. Si no nos vemos antes, aunque supongo que sí, os deseo que paséis una buena última cena del año. ¡Y cuidadín con las uvas!

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