miércoles, diciembre 24, 2008

Vuelve la matraca.

De necios es vanagloriarse, como hice yo el otro día al dar cuenta de que había estado todo el año sin que los virus me atacasen. Sí, claro, esta vez me respetaron la cena de clase, por fortuna. Pero la contrapartida me temo que va a ser la de esta Nochebuena (no tan buena para mí) Como fuera, pueden haber influido varios factores y no todos confesables, el lunes por la noche me dio un ataque de anginas. Y hasta ahora. Ayer por la noche llegué a sobrepasar los 39º, pa habernos matao... Por ello no pude tocar a mi sobrino Marcelo, que llegó anoche al final.
¡En fin! Ya sabéis el dicho: si estás pasando un gran mes, seguro que llega alguna bacteria y lo jode. Dudo que pueda hacer cena, si ya me cuesta tragar mi propia saliva. Y, aunque no haya concursito, los regalos al menos ya los tengo comprados. Qué le vamos a hacer... Si este es el daño colateral que cierra un mes aprovechado al máximo, lo doy por bueno; pero al menos que no me boicotee la Nochevieja, que tengo ganas de ver al buen Buena Esperanza (valga...) tras ocho meses. ¡Feliz Navidad!

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