jueves, enero 27, 2011

DE DIOSES Y HOMBRES.


DE DIOSES Y HOMBRES.

El otro día, desde Corazón de Mierda (aunque la mierda no sea ninguna estación), volvieron a boicotear la ceremonia de nominaciones a los Oscar, barriendo para casa y quedándose solo con la que logró Bardem y su Biutiful. No he visto esta película, creo que el realismo social no es lo mío, pero dudo que sea mejor que otra que, incomprensiblemente, ha quedado fuera de la lista, la francesa De dioses y hombres.

Ahora que estoy de exámenes supongo que debiera ver cosas ligeras y entretenidas, pero tampoco viene mal relajarse con la ascética existencia de un grupo de monjes en un monasterio del Atlas. Depende del día, la otra vez tocó un blockbuster de fantasía como el tercer Narnia, pero suelo preferir el cine independiente. La película se basa en hechos históricos y, aunque sabes bien cómo va a acabar, no por ello se sufre menos, al menos en mi caso. En 1996 este pequeño grupo monacal fue secuestrado por un comando terrorista islámico y, viendo que no se cumplían sus peticiones, los asesinaron sin que, lamentablemente, en la actualidad se haya solucionado el crimen.

La película refleja bien la vida de estos hombres, que nadie espere un estilo videoclipero, ni tampoco un sermón religioso. No es una película religiosa en el sentido de la propaganda. En absoluto. Los monjes del Atlas no adoctrinan, conviven con la miseria de sus vecinos ayudándolos, suministrando medicinas, consejos y todo en una armonía que solo se rompe cuando el fanatismo y la barbarie, surgidos al amparo de una sociedad corrupta, entran en escena. A mí no me gusta el proselitismo, ni el adoctrinamiento, supongo que por eso miro con simpatía al budismo. En esta película vemos hombres que mueren por su religión, y hombres que matan por su religión; bueno, más bien ignorantes que matan, porque muchos no han leído el Corán, o lo han hecho de un modo que se adecúe bien a sus instintos criminales. Resulta admirable cuán puras son las creencias de estos religiosos, que son capaces de rezar por la salvación de sus supuestos enemigos cuando estos mueren. Es cierto que no son santos, vemos sus luchas internas y miedos, pero aun así están a años luz de aquellos cuyos escándalos saltan día sí y día no a la prensa. Es como todo. La religión en sí no es negativa, lo negativo es cómo puede ser usada por los hombres.

Ahora que la llama prendida en Túnez se va extendiendo por países vecinos, os recomiendo esta película, que, pese a no ser fácil, ha sido todo un éxito en Francia, y ya podrían hacer alguna parecida por aquí sin los tópicos de siempre, parece que inevitables cuando surge según qué tema.

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