martes, enero 04, 2011

El número 1 del 11.

Si tuviera que juzgar cómo irá el año según el grado de entusiasmo con el que tomé las uvas y celebré su venida... Entonces tendría que decir que será un desastre. Pero, ¡qué le vamos a facer! Yo no tuve la culpa. Patético, pero verídico, otro virus de esos, pasajeros y de fuente desconocida, me tuvo que atacar justo el último día del diez. ¡Horror! Una pesadilla recurrente es tener que pasar la Nochevieja viendo los especiales de música (grabados un par de meses antes), pero a tanto no llegué. De rebote, al menos esta mala pata contribuyó a uno de mis más firmes propósitos para el año, el ahorro, pronto abriré cuenta para ello. ¿El fin de ese dinero? Aún es pronto para saberlo, pero dependerá de, por un lado, lo que la universidad me pueda conceder en forma de becas y, por el otro, lo que la universidad me pueda arrebatar en virtud de un máster que no quiero hacer pero que, indirectamente, me veré obligado a realizar según las nuevas directrices de esa cueva de Alí Babá o, mejor dicho, Alí Bo-Bolonia...
De todos modos, sea cual sea su comienzo, enero no suele ser un mes muy digerible, así que habrá que apurar los últimos días de vacaciones al tiempo que se adelanta un poco para todo lo que vendrá después. Digamos que el virus navideño ha ido rotando a través de los años. En 2007 me arruinó la cena de primos y de clase. En 2008 (casi) la Nochebuena. En 2009 no, por fortuna, bastante tenía ya con ser amo de casa. Y en 2010 le tocó el turno a la Nochevieja. Y hablo de días sueltos porque poco más me dura. Llegan, tocan un poco las narices y luego se van. Pero en esta ocasión no llegó a tiempo a la cena de primos, que se celebró en la misma pizzería de hace un año, entonces llamada Latina y ahora Mary te quiero... No estaban todos los primos que son, pero las ausencias fueron por motivos bastante felices en este caso.
En fin. Ahora, a esperar a los Reyes. Les pediría que me hicieran algún trabajo en alguna asignatura que tal vez no debí escoger... Tampoco estaría mal alguna compañera de trabajos, alguna más excitante en todos los sentidos que las que ahora me corresponden... Bueno, no divaguemos. Que tengáis buena entrada de año y una cuesta de enero que no se pase de repecho.

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