domingo, octubre 23, 2016

Cumpleaños fragmentado.



Madrugué en este jueves de cumpleaños, por ninguna razón en concreto, pero eso me permitió, por un lado, recibir el regalo de mi compi Melissa a primera hora, esa tableta de kit-kat con una tarjeta pintada y escrita por ella misma, en tres idiomas. Tendremos que compartirla... Por otro lado, pude sentirme joven (sin ser aún viejo) gracias a una circunstancia para la cual es mejor no entrar en detalles. Lo importante es que surgió. Más tarde comí la tarta con Melissa, la misma del año pasado. Por la noche nos fuimos de cortos por la recurrente Ruta de los Vinos y fue una velada breve pero espléndida. El prólogo de una celebración fragmentaria de cumpleaños que se ha extendido hasta hoy mismo. 
 

 

 No ha habido, pues, una gran celebración unitaria como la de hace dos años, esa de la que he estado hablando con nostalgia este mes, la de Dylan y los lugares y personas ya desaparecidos. El viernes, con mi familia y luego amigos. Claudia me regaló este original set de bolsitas de té con efigies de artistas y obras célebres. Por la noche cayeron dos libros más, dos más para una lista que este año se me antoja interminable, entre los compromisos de la tesis y mis propias elecciones. El tarot del Papus, que quizá me sirva para guiarme en un curso lleno de dilemas, y una bella novela de Kawabata.




 Ayer, ronda de cortos por el Húmedo con Antonio y hoy regreso allí con Juancho para ir a la plaza del Grano. Faltaron algunas personas, con las que quizá coincida el próximo Halloween. No se si será deducible por mi relato pero el caso es que, tres días después de mi cumple, me siento estupendamente. No más mayor y, desde luego, me gustaría pensar que más sabio para afrontar los interrogantes que me surgen. Otros interrogantes del pasado ya van obteniendo respuesta. Hice bien en esperar, en asegurar el piso y la estancia en Oviedo. Esta semana me reafirmo en lo expresado ya el mes anterior, que la vida social ha experimentado una importante revitalización allí y ello, si bien me resta tiempo para la tesis, también es beneficioso para esta por la gran motivación y bienestar que conlleva. Ojalá esta situación se mantenga para el resto del curso. En estos días me he visto invadido, a ratos, por lo bello y lo triste, como en el libro de abajo. ¿No suelen ir muy unidos esos dos conceptos?



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