5) Yo siempre creo hacer lo mejor. Aunque me equivoque. ¿Tiro los años de Ponferrada por el retrete? En absoluto. Allí aprendí. Y de muchas clases puedo decir sin reparo que me gustaron bastante. Ahora bien, de cara a mi carrera profesional, ¿mereció la pena? ¿No fue la crónica de un desastre anunciado? ¿Pude anticipar que a estas alturas ya no existiría? ¿O que el título no sería homologado? ¿Quizá mi problema fue que no hice los contactos necesarios? Preguntas sin respuesta.
6) Regreso a Madrid. No es que fuera el Return of the King. Iba a echar para Filología. ¿Por la UNED? Creo que sí. Otra cosa de plazos. O de desgana. Pero no cundió. Mi amiga Alejandra, colega de la clase de Guión, estuvo unos meses en Madrid. Luego se volvió a León y se puso a estudiar otra carrera. No se si debería haber seguido su ejemplo, pero en fin. Era tan solo el comienzo.
7) El segundo año fue más típico. Tras matricularme de varias asignaturas de la UNED, apruebo dos. Es lo que la gente suele hacer. De hecho, me encontré con otro chica con la camiseta de Yo sobreviví a la ECP, que también tenía un par en su zurrón. En aquel momento, comprendí que los trabajadores precarios, como yo por aquel entonces (y por este ahora), a duras penas pueden conseguir más, habida cuenta que es bastante más complicado que te den un par de librotes y te pidan que te los trabajes, antes que leerte tus propios apuntes. Ya lo decía yo de broma, con fondo serio. Si quería licenciarme por la UNED, lo haría con cachaba.
8) Debacle absoluta. Como en cierto corto versionado un par de veces, tiro de la cadena con el dinero de la matrícula dentro, un dinero que no me pertenece. No he aprendido. Si aprobé dos, ahora cojo cinco. Y por culo me la hincan, claro, porque tras abandonar a las bravas el Corte, en León empiezo a leer unas aburridísimas novelas hispanoamericanas, y finalmente paso y me pongo con algo tan poco intelectual como Vagos y Maleantes. Me prometo a mí mismo, y esas son las peores promesas, que si vuelvo a esa endemoniada carrera, por la vía que sea, me lo tomaré en serio.
9) Llegamos hasta el día de hoy, y la enésima cara de tonto que se me queda tras una visita para conocer los plazos, replazos, papeles, vueltas y permisos que requeriría para, una vez más, ser el paleto que llega veinte días tardes a pedir los apuntes de una asignatura en la que ya me haya matriculado tres veces.
10) Conclusión: A quienes leáis el blog, aunque no me dejéis comentario, eso poco importa, prefiero de motu propio: ¿creéis que perdí la cordura definitivamente tras lo de Ponferrada? Yo no tiro la toalla. En absoluto. Es más, creo que cada vez escribo mejor. Y no solo escribir, quiero conocer otros campos del conocimiento artístico, como el dibujo o la música, y tengo la suerte de tener una creatividad inagotable, otra cosa es que eso de para comer o no. A mí no me interesa hacer novelas como Castillos de Cartón de Almudena Grandes o Contra Natura de Álvaro Pombo, por poner dos ejemplos de literatura española contemporánea que no he podido terminar. Quiero hacer cosas que me gusten. Si para llegar a eso me toca tragarme algún culebrón o ser el negro de César Vidal, valga que me exploten, pero al menos que lo hagan en mi campo. Y para ser escritor, ahora mismo no se me ocurre ninguna carrera mejor que esa. Si al final voy a León, eso no quiere decir que vaya a terminar allí. Pero si el medio de sacarse la carrera es ese, pues allá vamos, y que el espíritu cazurro que ha parido tantos buenos escritores en esa tierra me inspire.
Si esa es mi decisión final, solo quiero entonces disfrutar de esta también magnífica ciudad este año, cuando pueda entre pizza y pizza.
6) Regreso a Madrid. No es que fuera el Return of the King. Iba a echar para Filología. ¿Por la UNED? Creo que sí. Otra cosa de plazos. O de desgana. Pero no cundió. Mi amiga Alejandra, colega de la clase de Guión, estuvo unos meses en Madrid. Luego se volvió a León y se puso a estudiar otra carrera. No se si debería haber seguido su ejemplo, pero en fin. Era tan solo el comienzo.
7) El segundo año fue más típico. Tras matricularme de varias asignaturas de la UNED, apruebo dos. Es lo que la gente suele hacer. De hecho, me encontré con otro chica con la camiseta de Yo sobreviví a la ECP, que también tenía un par en su zurrón. En aquel momento, comprendí que los trabajadores precarios, como yo por aquel entonces (y por este ahora), a duras penas pueden conseguir más, habida cuenta que es bastante más complicado que te den un par de librotes y te pidan que te los trabajes, antes que leerte tus propios apuntes. Ya lo decía yo de broma, con fondo serio. Si quería licenciarme por la UNED, lo haría con cachaba.
8) Debacle absoluta. Como en cierto corto versionado un par de veces, tiro de la cadena con el dinero de la matrícula dentro, un dinero que no me pertenece. No he aprendido. Si aprobé dos, ahora cojo cinco. Y por culo me la hincan, claro, porque tras abandonar a las bravas el Corte, en León empiezo a leer unas aburridísimas novelas hispanoamericanas, y finalmente paso y me pongo con algo tan poco intelectual como Vagos y Maleantes. Me prometo a mí mismo, y esas son las peores promesas, que si vuelvo a esa endemoniada carrera, por la vía que sea, me lo tomaré en serio.
9) Llegamos hasta el día de hoy, y la enésima cara de tonto que se me queda tras una visita para conocer los plazos, replazos, papeles, vueltas y permisos que requeriría para, una vez más, ser el paleto que llega veinte días tardes a pedir los apuntes de una asignatura en la que ya me haya matriculado tres veces.
10) Conclusión: A quienes leáis el blog, aunque no me dejéis comentario, eso poco importa, prefiero de motu propio: ¿creéis que perdí la cordura definitivamente tras lo de Ponferrada? Yo no tiro la toalla. En absoluto. Es más, creo que cada vez escribo mejor. Y no solo escribir, quiero conocer otros campos del conocimiento artístico, como el dibujo o la música, y tengo la suerte de tener una creatividad inagotable, otra cosa es que eso de para comer o no. A mí no me interesa hacer novelas como Castillos de Cartón de Almudena Grandes o Contra Natura de Álvaro Pombo, por poner dos ejemplos de literatura española contemporánea que no he podido terminar. Quiero hacer cosas que me gusten. Si para llegar a eso me toca tragarme algún culebrón o ser el negro de César Vidal, valga que me exploten, pero al menos que lo hagan en mi campo. Y para ser escritor, ahora mismo no se me ocurre ninguna carrera mejor que esa. Si al final voy a León, eso no quiere decir que vaya a terminar allí. Pero si el medio de sacarse la carrera es ese, pues allá vamos, y que el espíritu cazurro que ha parido tantos buenos escritores en esa tierra me inspire.
Si esa es mi decisión final, solo quiero entonces disfrutar de esta también magnífica ciudad este año, cuando pueda entre pizza y pizza.
5 comentarios:
Hola, Luis.
Los titulos universitarios no valen para mucho cuando se es creativo. La pena es que en Espanya sobra gente que cree que si, y copa muchos trabajos.
Tu dices que yo tengo un buen curro, y lo tengo, pero en Madrid estaba en el paro, acabe la tesis sin cobrar. No quiero decir que haya que irse de Espanya, aunque ayuda, sin duda. Lo que quiero decir es que hay que ser bueno en algo, eso es mejor que tener un titulo. Hay que hacer algo muy bien, y buscar donde lo que haces es valorado, e irse alli. El mundo es una aldea, hay que moverse. Yo te veo en California, donde la creatividad se paga. Tal vez en Barcelona? Madrid no es lo que era desde la movida. Tambien te recomiendo que no pierdas foco, que te centres en pulir alguna de tus ya buenas obras, ya sea V&M o 10%, antes de crear el Opus Magnum.
Yo entiendo que una carrera te dara un titulo y un titulo puede que un trabajo pero, de escritor? de guionista? Ya tienes la formacion, por supuesto que Ponferrada valio.
Si pules algun diamante en bryto como el 10% y lo mandas alla donde se aprecie, creo que puede salir algo bueno.
Por supuesto que mientras tanto necesitas comer, tener una fuente de ingresos. Por eso hay tantos escritores funcionarios, porque cobran, trabajan 5 horas al dia y el resto escriben (no es mal plan).
Animo, todos los grandes artistas pasan dificultades inicialmente.
paco
Si, desde luego, yo no me olvido de mis antiguas creaciones. Lo del ten per cent creo que va en camino. No es verdad, Oli? jaja
Es bien cierto que las carreras no ayudan a hacerse escritor, tan solo pueden si acaso otorgar una serie de conocimientos extra y ahondar algo en la técnica.
Pero vamos, que no quería que el escrito fuera entendido en tono pesimista, más bien irónico. Desde luego que iré a dónde tenga que ir. La única rendición posible es no seguir escribiendo, y por suerte eso no pasa. Ayer escribí y hoy tb lo haré, con Telepizza o sin él...
A ver, estudiar no es que sea malo, solo que noe es absolutamente necesario.
Si encontrases un trabajo en una editorial, por ejemplo, en una empresa editora o en una publicacion, seria mejor que estudiar, posiblemente. Pero es cierto que en el caso de Leon, estudiar te permitiria tener un entorno protegido con tiempo para escribir, asi que tal vez no sea mala idea, supongo que tienes razon.
paco
Sí, y no solo escribir, había pensado a ver si podía darle duro de nuevo al inglés, algo que no hice el año pasado.
¿Aún estás con la idea de mudarte en un futuro próximo a San Francisco?
jaja
No, no en un futuro proximo. Ahora me voy a Baltimore y espero estar alli al menos 2 anyos.
Esta muy bien, la proxima vez hacemos el eje Baltmore-Philadelphia-NYC
lo de darle al ingles es MUY BUENA idea.
paco
Publicar un comentario