viernes, mayo 15, 2015

Summer is coming... Verano fofisano.

Hoy en una feria del libro pude ver una obra (cuesta llamarla así) con el título de Virgen, una novela romántica, al menos eso parecía, con el subtítulo de ¡No se lo cuentes ni a tu mejor amiga! O similar. Narraba la historia de una joven de 21 años buscando... Pues eso, lo mismo que cualquier tarugo de la saga American Pie. Al igual que hay rosquillas listas y tontas, esta sin duda sería una novela tonta. Lo positivo de estos libros es que, comprobando que son basura ya solo con mirar su cubierta, ahorran tiempo y dinero. Amigas y amigos escritores, quizá haya motivos para la esperanza en el mundo de las letras, pero, desde luego, no hay que buscarlos ahí. 
Mal tiempo hoy, frente al calor que ha asfixiado otras partes del país esta semana. El Norte no olvida... Yo veía esta mañana furgones y helicópteros, luego resulta que Rajoy vino de visita y le llovió, no precisamente agua. El calor me aplatana, aunque contaba con que mañana luciera un poco el sol, puesto que pretendo ir a Gijón, no al campus de Viesques (allí me quedan dos lunes) sino para dar una vuelta por la playa y despejarme así del Tetris de fechas que me espera este mes y el que viene. 
No tengo bañador (para eso no hace todavía) pero, si por alguna extraña razón hiciese para quitarse la camiseta, llevo protección y una nueva figura, moldeada por la disciplina del doctorado. Eso sí, daba igual perder kilos o quedarme como antes. Ahora dicen que se llevan los fofisanos. Sí, no hace falta ser filósofa y teórica queer para inventarse palabras. Fofisano sería alguien con cierta tripa y buena cintura, sin llegar a gordinflas prototípico. Un concepto cuya inventora lo explica, cabe señalar, con argumentos bastante machistas. Leonardo Di Caprio, por ejemplo, muy lejos queda ya el Titanic. Claro que, si yo fuera él, poco me preocuparía. Seguirá ligando con modelos rubias y delgadas, que parecen comer del aire. Yo, aunque no llegue a tanto, sí me puedo considerar ex-fofisano, listo para la temporada playera, que en el Cantábrico suele ser corta. 
Veré el mar y la semana que viene volveré a la meseta. León me esperar para el fin de esta campaña electoral, siempre desternillante como todas. Valga ver el lapsus linguae de la candidata a la alcaldía de Zamora, del PP, diciendo que su partido no había follado a los ciudadanos... no había fallado... Suerte que estaba al quite el presidente Herrera, recordando cómo en la comunidad el castellano se habla claro y rotundo. El hombre me cae bien, pero que no cuente con mi voto, claro está. Ya puede darse por contento, que le prevén la única mayoría absoluta del país. Hasta saber si es así, que siga el festival del humor. Y la señora de Zamora, de buen ver, por cierto. Hablando de fo... fallar. En fin, me voy a ver la obra de otro experto en surrealismo, Buñuel: Viridiana

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