viernes, diciembre 23, 2011

¡Felices Fiestas!



Hace poco he recibido una felicitación de Navidad muy especial para mí; me ha emocionado, por lo que dice, aunque pudiera ser interpretado como una conjunción de lugares comunes, por su poso literario y, claro está, por la persona que la envía. El final de este año me ha traído agradables motivaciones, que antes no habría imaginado, y la esperanza, siempre el deseo de esperanza para un año que se abre, de que esas motivaciones sigan funcionando y los deseos, poquitos pero importantes, puedan cumplirse o al menos hacer avances para su cumplimiento. 
Soy consciente de lo arriesgado que es poner muchas esperanzas en una sola persona o una sola relación, pero ha llegado el momento de jugar con un poco de audacia. Luego siempre te podrán fallar, siempre habrá aprendices de Scrooge que no sean visitados por el Fantasma de las Navidades Pasadas, pero, a falta de otros milagros, yo nunca perderé la fe en que ciertas situaciones, a las que uno no comprende bien cómo se ha llegado, sean reversibles. Por eso, que paséis unos días plenos de alegría y, utilizando las palabras que me han sido transmitidas, que la esperanza llene siempre vuestro corazón. 

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