domingo, octubre 18, 2015

Pre-Halloween.


Este año, al darse la circunstancia de estar compartiendo piso con una auténtica ciudadana de los Estados Unidos de América, el Halloween podrá celebrarse con toda propiedad. Bueno, en realidad creo que más bien el Pre-Halloween, porque para el día 31 es muy posible que me encuentre en León. En todo caso, después de la imaginería con calabazas y demás parafernalia que hemos estado viendo durante las sucesivas temporadas de American Horror Story, llegó el momento de decorar nuestras propias hortalizas. En mi caso, me estrenaba, y el resultado no ha sido todo lo malo que cabría esperar. 


La de la izquierda la hice yo. Algo mas pequeña y sucia, pero creo que la expresión de su rostro es todo lo maligna que se pueda esperar de una calabaza. Si no lo creéis, esperad a verla iluminada con la vela dentro. 

 Aquí, en plan psicópata antes de abrir el cráneo de mi pobre criatura y vaciarla de gran cantidad de pipas que, a priori, vamos a cocinar hoy en el horno, en el caso de que este funcione. 



El vino español, no es que concuerde muy bien con el espíritu pero sí lo hace el fondo de la imagen, en el que ligeramente podrá verse a Lady Gaga en el inicio de la temporada quinta de la serie. Una temporada más sexy, desde luego, que estuve revisando anoche pues durante el proceso de decoración de las calabazas hubo detalles que se me colaron, como la nacionalidad sueca de las rubias que hacían de víctimas en el prólogo de la temporada. 




Durante las dos próximas semanas, las tendremos como elemento decorativo que, en verdad, no queda nada mal. Se le podrían añadir muchas otras cosas, como una mano de goma cercenada y sangrante que ayer vi en Tiger, pero, en fin, tampoco es plan de gastar el dinero en chorradas. No gano todavía lo suficiente para ello. Tras este momento, entre Jack Skellington y Sleepy Hollow, procederé a pasar la aspiradora por el salón, no me extrañaría ver algún resto naranja en la alfombra, aparte de las ya consabidas cáscaras de palomita que suelen quedar por allí después de nuestras sesiones audiovisuales. Os dejo con esta desasosegante visión, a la espera de que el martes podamos celebrar mi cumpleaños con un pastel, no precisamente de calabaza. 



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