jueves, octubre 15, 2015

Tres bien.



Una semana de novedades, esta. Siempre resulta estimulante, aunque el esfuerzo y la excitación, si se unen a las estacionales corrientes gripales del momento, le pueden dejar tocado a uno. No importa. Es lógico que hoy se tenga un poco de resaca de la defensa. Pero defendida está, y con una calificación de 9. Estoy contento, es lo que esperaba. El nivel de exigencia es algo mayor aquí, solo he perdido medio punto desde el TFM. Me parece adecuado, en tanto en que existe una progresión desde el máster hasta esta tesina que, pese a ser de licenciatura (una de las últimas, momento histórico), está inscrita dentro de un programa de doctorado. Las sugerencias a mejorar me las imaginaba, en su mayoría. Sobre todo el tema de las fuentes. Eso de usar Cuarto Milenio como refuerzo puede ser adecuado al hablar de exorcismos, no tanto como un recurso científico. Por no mencionar la whiskypedia... Fácil de remediar, tan solo hay que ir acumulando artículos serios y estudios, aunque solo vayan a usarse cinco páginas de los mismos. Si el objetivo principal era el entrenamiento para la tesis, este ha salido muy bien. Tras este pistoletazo, o cañonazo, de salida para el segundo curso, ahora procederemos a hacer el plan de actividades, incluyendo una posible, y deseada, estancia internacional. 
Me sentí especialmente complacido porque el tribunal destacó mi exposición oral, al igual que sucedió en el TFM. Debemos pasar por alto, pues, la que llevé a cabo en el curso de Comunicación Oral, que no preparé bien ni tenía el día para ello. En todo caso, reconozco que ese curso me ha venido de perlas para esta experiencia y otras análogas. Otro motivo para la satisfacción es el inicio del curso de Francés. Por primera vez en mi vida he asistido a una clase de este tipo y he sido capaz de decir frases completas, con esa pronunciación que puede sonar ridícula pero no por ello debe abochornar. Tres Bien! (creo que me falta el acento con el rabo para el otro lado, pero ahora mismo no es algo que me apetezca buscar, vaya). Aunque sea el nivel cero patatero, o A 1.1, resulta ameno y eso es lo que me motivará a salir de mi guarida esta tarde. 
Nuevas rutinas en esta nueva temporada. Ayer tuve, además, mi primera clase, a efectos prácticos, de Inglés. Tras la defensa no es que el cerebro me diese para mucho más, pero en eso consiste la profesionalidad, supongo, y esa metodología que me elogió mi directora por la mañana. Compararme con el profesor de la academia de León, el que nos impartía Advanced, es totalmente ridículo, pero sí he copiado alguno de sus trucos. Yo me muevo entre el B1 y el B2, considero que ese es el nivel que puedo asumir para la enseñanza. Compré un pizarrín, que de momento no tengo donde colgar, y mezclé un poco de gramática (básica, pero es necesario repasar) y de speaking, que es probablemente lo que más tengan que practicar. ¡Al igual que yo! No es que sea un experto, pero para mantener una conversación, con algunos errores que ellos tal vez no perciban, creo que estoy preparado. En todo caso, si de verdad en la escuela de idiomas las clases eran como me han comentado, raro será que conmigo no vayan a practicar en mejores condiciones. Yo soy alumno y profesor, unas veces delante y otras veces detrás de la metafórica tarima de enseñanza. La defensa era entrenamiento, esto también. Si en el futuro debo dar clases de forma más sistemática, al menos no se podrá decir que no he ensayado algunas nociones antes. 

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