jueves, diciembre 31, 2015

Happy New Hitch!



Yo no necesito una lista de deseos para el año nuevo, me sobran agendas, libretas, cuadernos, con líneas y líneas de notas que, en ocasiones, a mí mismo me cuesta comprender. A pesar del atolondramiento propio de las fiestas, bien recuerdo que apunté en mi agenda este día como aquel en el que recuperaría, tres años después, el blog poético, y me he permitido el lujo de bautizar las dos entradas con el mismo título. ¡Vaya aniversario! Y no solo es el aniversario de eso, pero, en fin, de lo otro mejor no acordarse es. El caso es que, al menos este objetivo, lo he cumplido, poco importa que solo haya sido para poner una entrada que es como un tráiler, nada más. 
Lo he retomado no con poesía, cierto. Inspiración podría tener, pese a todo, pero me dije que volvería a ese espacio por una buena causa, por un buen proyecto. No necesito improvisar proyectos esta noche; aparte del prolongado embarazo de la tesis, llevo meses contando con uno, de carácter artístico, del que ya di algunas pistas hace un par de meses aquí.
Para quienes no tengan ni idea de qué blog hablo, adjunto enlace: 

http://ellibrodelosamoresimprobables.blogspot.com.es/

Quiero volver a llenarlo (aunque sea de forma esporádica), no solo de poesía, sino también de arte en general, del arte como potencia polivalente al estilo de cómo la concibo en el Proyecto Hitch. También desde un punto de vista paródico, en la línea de las teorías queer que estoy aplicando en mi investigación; muy sano, por otra parte. En librerías-café de Gijón esbocé posibles estrategias. Si llegan o no a algo, el tiempo dirá. En todo caso, en esta época en que las jornadas doctorales parecen una comedia de situación pasada por el matiz del corporativismo, cualquier soplo de aire fresco creativo que pueda aportar me resulta bienvenido. Además de las letras, sobre las que ya tengo bastante práctica y no solo en este blog, me gustaría añadir nuevas vías de experimentación, en lo plástico, visual y otros cauces. Por otro lado, lo visual también influye en lo literario, como por ejemplo en el diseño de personajes; ya lo he comprobado en una idea de novela que tengo bastante madura. 
Por supuesto que yo no soy pintor ni dibujante. Sin embargo, quiero terminar este 2015, como el año pasado, con la inspiración del maestro Martín, que tuvo a bien dedicarme otro libro. En este caso, la primera entrega de Brian the Brain, su personaje mejor conseguido y, posiblemente, el más querido. Un outsider como pueda serlo yo mismo, un personaje con claroscuros, que siempre son los más interesantes (volviendo a El despertar de la Fuerza). Feliz año, y que (en este caso) el gobernador de Libia nos acompañe. 

No hay comentarios: