martes, diciembre 15, 2015

Joyeux Noël!



Podría decirse que es demasiado pronto para felicitar la Navidad, pero no lo creo. A fin de cuentas, he visto decoración navideña, como mínimo, desde finales de noviembre. Y si encabezo esta entrada en francés es porque hoy hemos tenido la última clase de este idioma en el presente año. Y hemos cantado un villancico, sí, en francés y versionando la popular música de Las muñecas de Famosa se dirigen al portal... No es coña. El profesor incluso nos grabó y lo subirá al blog del grupo, igual hasta pongo un enlace desde aquí cuando suceda. 
También había una versión de Noche de Paz. ¡No la de ayer, desde luego! No vi todo el debate electoral, pero lo más gracioso han sido las reacciones, acusando de barriobajerismo. Es que el término me retrotrae a las filípicas del hermano Tomás. ¡Él sí que sería un gran orador! Un tanto apocalíptico, cierto. ¡Ay de esos barriobajeros, que te los encuentras en el barrio Húmedo y deberían poner un cartel que dijera ¡Cuidado! ¡Paso de ganado! Se echan de menos esos momentos, aunque la ira también pudiese recaer sobre uno. 
¡Un poco de paz y amor, pardiez! Necesitarían un invento como el caldarium o caldearium para relajarse. Esta era la sala de agua caliente en las termas romanas, cuyo museo estuve viendo el domingo en Gijón. De hecho, el trasunto de mi ciudad lo bauticé como Caldearium en un guiño, y motivo paródico, de su pasado romano. Caldearium fue la primera novela que terminé en este año. La segunda, Los Que Sobran, no fue premiada en el concurso literario de la universidad. Da igual. Pocas veces he visto una forma más clara de tirar el dinero, pero ya que tenía la opción... Una excusa más para escribir. No me siento mal por ello, desde luego, ¡la paz también llega a eso!
El domingo, gran jornada en Gijón, aparte del museo: playa con sol, visita a la la librería-café La Revoltosa, donde estuve pergeñando un proyecto artístico del que en breve daré noticias en el otro blog, el abandonado (pronto ya no tanto). Al volver de Gijón, sorprendente hallazgo en casa, no hablaré de ello porque este espacio es demasiado, ejem, público para el tema, pero se trata de un recurso que aprovecharé tanto para mi escritura científica como para la creativa. Confiemos en que este espíritu navideño llegue hasta las jornadas doctorales, para las que ya he mirado horarios de autobús. Cáspita, te dan veinte créditos solo por madrugar, algo que en la carrera hacía a diario. Sí, solo por madrugar, porque lo que es la asistencia, vaya, tampoco creo que requiera demasiado esfuerzo. Igual hasta me gustan y todo, seamos positivos y sonriamos como en la foto de arriba, un selfie, horrible palabro, que me saqué en el Elogio del Horizonte, rodeado de esa seráfica aureola. Como un ángel, anunciando buenas nuevas para el nuevo año. Así sea. Bonne année! (dentro de quince días). 

1 comentario:

claudine dijo...

Joyeux Noël Tis!! Et bon année pour toi aussi ;)