lunes, julio 02, 2007

FRIKOPOLIS EPISODIO ONE


FRIKOPOLIS

Podria haber sido una noche de vicio y pecado, pero aquí estoy dandole solo a las teclas, y no por tener mi profesionalidad de escritor a nivel de sacerdote, mas bien son tres los factores primordiales para esta abstencion, como la mala noche que pase, el calorcillo que ya se va notando, el madrugon para nada, como para nada fue todo lo que le siguio, y el largo viaje hacia el sur que me espera manyana, habreis notado que escribo de nuevo en este ordenador de las cronicas, que no me deja poner acentos ni exclamar, como las anfitrionas del concierto de esta tarde, ¡Vamos, chicas, levantad el conyo! Posiblemente me dejaria si descubriera la funcion, pero o escribo o descubro la funcion, que las dos cosas son demasiadas para alguien que ha atravesado en la misma jornada dos realidades paralelas.
Frikis y gays, tan parecidos, tan distantes. Hay frikis gays y muchisimos, a la tenor de lo visto hoy, gays frikis. Los frikis copiaron el dia del Orgullo, aunque en su caso es mas bien ludico que reivindicativo, que yo sepa en ningun pais del mundo te ahorcan por jugar a Warhammer, aunque habra que tocar madera por si acaso. Ante todo, resulta obvio cual es el concepto, con sus multiples variantes de bisexuales, heteroflexibles y todas esas pichadas, del termino gay. Pero, ¿qué es un friki? Yo mismo, posiblemente, lo sea, y sin embargo hoy continuo en el paro por no serlo lo suficiente. Es un concepto abstracto, porque tenemos el modelo clasico, de las peliculas americanas sobre todo, del empollon con gafas, sin amigos, virgen, etc. Pero hay frikis con novia. Hay mujeres frikis, aunque hoy no se las haya visto el pelo. Y hay frikis que no quieren saber nada de rol, George Lucas o quien se precie. Y hay frikis televisivos que son, directamente, analfabetos. Por ello, ¿debemos aplicar ese calificativo a todos aquellos que se salgan un apice de lo normal? ¿Y que es lo normal? Podria seguirse asi hasta la eternidad.
En cualquier caso, si hablamos de frikis modelicos, de esos que en los ultimos anyos van a Callao disfrazados, moda tambien copiada a los gays sin duda, esos son los que vi esta manyana en la tienda Games Workshop.
Ante todo, he de apuntar que esta es la cronica de un fracaso anunciado. Desde el primer momento supe que no tenia la menor opcion para trabajar alli. ¿Por qué, entonces, segui? Me he perdido una despedida de las fiestas leonesas, doble en el sentido de que por un lado la daria con los amigos de fiesta y por el otro con la familia en el tipico almuerzo de San Pedro de El Luison o El Alaska. Por no hablar de la propia concentracion del Orgullo en Leon del 28, que yo pense que no se celebraria, porque el colectivo lgtb de alli se ha ido al garete sin ave fenix que resurja de sus cenizas, pero da la impresión de que algo tendra que ver con la vuelta al poder de los socialistas.
Todo eso me perdi, para nada. ¿O no? Veamos. En la situacion en la que me encuentro, no puedo desperdiciar una oportunidad de empleo, a no ser que ya directamente sea para algo en lo que este mas que convencido de que no pienso currar. Cuando eche el CV para Workshop, bien es cierto que lo hice un poco al monton, aunque me quedaba un ramalazo de nostalgia de cuando los primitos jugabamos hace una decada al Warhammer, inventandonos las reglas, pero yo luego ya descubri el Barrio Humedo, Lancia y las discotecas de alguna manera poco compatible con mover ejercitos en linea recta, y desde entonces pues, ejem, digamos que la primera vez que pise una tienda de esas fue para dejar el curriculum, al principio no piensas que te vayan a llamar, pero van y lo hacen, cuatro meses despues por cierto, y no vas a decir que no. Por probar nada se pierde. Se puede hacer el ridiculo, pero por suerte no ha sido el caso. Pese a las similitudes con Operación Triunfo, el jurado no ha sido muy severo. Lo que mas panico que me daba era tener que mostrar mi skaven, el hombre rata que pinte ayer por la noche, con una tecnica que solo puedo calificar de ruda. Me ahorraron ese trauma, y como no fui tan imbecil de haberme gastado un punyado de euros en figuritas y pinturas, tampoco sali perdiendo tanto.

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