martes, julio 14, 2015

Expo Cuarto Milenio (III).


Acabo de volver, una vez más, de Gijón, esta vez de un viaje básicamente de playa, noche y algo de Semana Negra. No tengo mucho tiempo para escribir porque debo ensayar la defensa ante la comisión académica de mañana (con la tranquilidad de que son solo cinco minutos y que, probablemente, no me vendrán con chorradas similares a las del curso de Comunicación Oral). Hoy vamos a entrar en terrenos oscuros y, a la vez, clásicos. Muñecos embrujados y demonios como el mítico Pazuzu, del filme El exorcista



Aquí un supuesto vampiro, enterrado con un pedrusco en la boca para que, si se levanta, no pueda usar sus colmillos para ganar adeptos a la causa...


El sector muñecos malignos ha revolucionado a los fans del programa, que les dejaban notitas de post-it y todo. Yo no llegué a tanto. Me quedo con la verdadera Anabelle, mucho más siniestra en su simplicidad que la que protagonizaba aquel horripilante (por malo) spin-off de The Conjuring





Aquí, un pobre condenado a los tormentos de la Inquisición. 


La diosa Lilith, a la que ya hice referencia por el ensayo que adquirí hace poco. 



Llegamos aquí a la galería de clásicos básicos, por así decirlo. La gárgola de Notre Dame, por ejemplo. 



Repóker de ases para concluir: el Yeti, el Hombre Elefante, Mothman, Nosferatu y el alien prototípico, tan solo un adelanto de los que mostraré en la entrega final, con los visitantes... Ahora abandonaré estos terrenos para volver a la razón real por la que estoy aquí. Mientras me quito las últimas arenillas de la playa, iré ensayando mi intervención, que está programada como la última del día (por razones que desconozco, pero espero que no sean malas). 







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