viernes, julio 31, 2015

La era de la dispersión.

Anoche, fundidos ya los plomos tras retomar con fuerza la tesina (al menos en cantidad de páginas), vi una película llamada Unfriended. Como semejante adjetivo no existe en español, optaron por algo menos original pero más expeditivo respecto al carácter del filme: Eliminado. Estas películas de Blumhouse la han convertido en una especie de Todo a 100 del género de terror, muy rentable y que a veces funciona mejor que otras, pero en este caso es el colmo de lo paupérrimo.Varios escenarios simultáneos, aunque un único plano, el de la pantalla de ordenador en que se desarrolla toda la trama. Lejos de resultar aburrido por ello, la estética de acumulación de ventanas y más ventanas llega a abrumar en algún momento, pese a su duración de una hora y cuarto. Ninguno de los protagonistas es un dechado de inteligencia pero, al haber mamado la informática desde su tierna infancia, se mueven a velocidad de vértigo en este pandemonio de mensajes entrecruzados, charlas paralelas, reacciones a tiempo real y recursos casi infinitos que, sin embargo, no les sirven para luchar contra lo sobrenatural. ¿No podrían haber visitado la web de algún buen exorcista?
De exorcismos hablé en el capítulo que estoy preparando esta semana para la tesina. Sí, no me lo invento, viene en las obras como tal. Hasta ahora lo cierto es que no he sacado mucho provecho a la red para preparar mi trabajo. Y no hablo solo de la whiskypedia (el actual decano de mi facultad dixit), sino del importante número de artículos sobre mi autora que deben andar colgados por los mundos de Google y demás. Así me lo recordó mi directora, y no es algo que no haya previsto. Es un recurso fácil pero, ironías de la vida, del que aún no me había aprovechado. Tendré que hacerlo el mes que viene. Resulta fácil dispersarse con una cantidad tan ingente de material que puede ser transformado dentro de mi proyecto. Sin usarlo aún, de hecho, ya me resulta complicado no dispersarme cuando me pongo a escribir y tengo varias ventanas más abiertas a la vez. En fin, tal y como he leído en ensayos y artículos, es lo normal de esta era, la era de la dispersión. ¿Acaso no es esta entrada una dispersión de mi trabajo? Pero, si ayer hice cuatro folios, y hoy solo me falta uno para llegar a los cinco previstos, resulta una dispersión que, en cierto modo, me puedo permitir. Para eso sirven las matemáticas, y para eso sirve no ser caótico, tal y como dice mi directora (cuando vea de qué modo me pongo a recopilar bibliografía, tal vez se lo piense dos veces antes de volver a decir que no lo soy). 

Feliz final de mes, y cuidado con la dispersión quienes se ocupen del volante. A disfrutar del buen tiempo, aunque aquí se toman muy en serio eso de que en agosto, frío al rostro. 

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