Con el título provisional de Vagos y Maleantes, sobre cuyo significado me extenderé en otro momento, este es un proyecto de serie cómica, y no digo teleserie a sabiendas. Porque creo que es extrapolable tanto a televisión como otros medios, sean Internet, salas de actuación, teatros, radios, incluso historietas o relatos.
Si bien no es una idea muy original, lo que sí pretendo es que lo sea el modo de llevarla a cabo. Es una serie que refleja la sociedad actual en todos sus estratos, de manera crítica a la par que divertida, parodia pero no de trazo grueso, inteligente y no partidista. Puede ser más realista o más absurda según cada fragmento y personaje, pero el tono de humor ácido no varía.
Estaría compuesta de sketches independientes entre sí, con unos personajes que pueden ser fijos, apareciendo en todos los capítulos; ocasionales, en varios; o episódicos, en tan solo uno. El formato de cada capítulo sería el clásico del formato telecomedia, media hora, lo cual permite mantener el ritmo. No obstante, de cara a primeras pruebas, o para promocionarlo a través de Internet o mandarlo a productoras y cadenas, siempre se pueden seleccionar un par de segmentos que funcionen bien, o de los primeros que podamos rodar.
Un proyecto de estas características puede tener varias motivaciones. Desde luego que el humor es una de ellas. Pero no podemos limitarnos a ser un grupo de colegas que rodamos para echar unas risas como, ejem, hacíamos hace una década. Seamos realistas. La competencia es brutal. Sabemos mucho de cine, de literatura, de actuación. Pero nos vemos obligados a ser carne de gran almacén, de cafeterías, etc. Precarizarnos nosotros o precarizar a nuestros padres. La chabola es la única vivienda accesible. Ha habido un largo camino hasta aquí, desde aquellos cortos infumables a los intentos ya bastante profesionales del presente. Aún con diferencias, siempre hemos juntado fuerzas, y lo seguiremos haciendo hasta al menos alcanzar un puesto de trabajo que justifique que no nos hemos estado tocando las ingles en casa. Vamos, que no somos unos vagos y maleantes.
Ahora ya hablando de mí, ahora os confieso que no pretendo escribir cada año una novela de ciento cuarenta páginas para poder sacarme una tirada de cien ejemplares. No. Si confío en esta serie, es porque creo que de verdad puede calar en la gente.
Y ahora, vayamos a ello.
jueves, noviembre 30, 2006
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